Capítulo 33: Eudaimonía.

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Marlon

«Quédate un poco más que un para siempre»

Su mensaje de voz vuela por mi cabeza desde ayer.

Le iba a contestar, lo estaba por hacer, pero la verdad es que no pude hacerlo. Luego iba a querer buscarla, y no puedo hacerlo más.

Hoy es el gran día y no puedo pensar en Verena, sino que ahora mi vida cambiará para siempre.

La puerta se abre y me encuentro con Luca, el cual me esboza una media sonrisa.

—Vaya, no sabía que tenía un hijo tan guapo.

Ruedo mis ojos.

—Cuidado, no quiero encontrar fotos mías debajo de tu cama —carcajea.

—Ya saldrás en cinco minutos, ¿estás preparado?

—Sí, obvio —bufo—. ¿Cómo no voy a estar listo? Es el día en el que todo cambiará, me casaré, viajaré con ella y tendremos millones de hijos...

—Marlon, basta. Sé que lo dices forzadamente.

Humecto mis labios y suelto tres maldiciones, cada una en idiomas diferentes.

—Solo estoy un poco estresado y nervioso. Pero estoy bien, debo salir y...

—Siéntate.

Me cruzo de brazos.

—¿Cómo qué me siente? ¿Con quién se va a casar Laila? ¿Un fantasma?

—Siéntate y no me hagas volver a repetirlo.

Resoplo y me siento en el pequeño sofá que hay, a veces se toma el papel de padre demasiado en serio.

—Todavía tienes tiempo para recapacitar, aún puedes recuperar a Verena.

—¿Para qué? Ella ya se va y lo nuestro se terminó.

—Pf, te conozco. Sé que la besaste y posiblemente hicieron algo más que no me gustaría mencionar.

—¿Disculpa? —me indigno, falsamente— ¿Cómo crees que haría algo tan indebido?

Me lanza una mirada objetiva y río por lo bajo, no vale la pena mentir con él.

—Si es lo que quieres escuchar, la quiero —me sincero—. Y cada parte de mí la quiere, pero ella ya se va en un rato y no habrá vuelta atrás.

—No lastimes a Laila y termínale, admito que me cae mal, pero no merece que la engañes de esa manera.

—No la estoy engañando, yo la quiero.

—Ajá, quieres muchas cosas, ¿pero amar? Muy pocas cosas, y Verena está en tu lista de favoritos.

—Luca, basta...

—¿Qué esperas para recapacitar e ir a buscarla? ¡Abre los ojos!

No respondo y tocan la puerta, ignoro a Luca y la abro, encontrándome con el padre de Laila.

Una trampa Tentadora (MUESTRA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora