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Ya estaba cansada de dar vueltas en la cama sin poder dormir. Estaba segura de que si estuviera en el suelo estaría menos incomoda. En realidad lo que me incomodaba no era la cama sino el hecho de tener que casarme con ese politico insoportablemente arrogante. Tenía que hacer algo, lo que fuera con tal de no casarme con él. Tenía que llegar a un acuerdo con mi padre para poder sacar a Taehyung de la carcel. Después de que lo dejara libre vería como irme a donde fuera y no volver a ver ni a mi padre ni a Hyungsik. ¿Como prentendía que me casara con alguien a quien acababa de conocer? Eso no tenía ningun sentido. Yo no tenía nada que ver con sus cuestiones políticas, lo justo era que me dejaran fuera de eso.  

A la mañana siguiente fui a hablar con mi padre en el desayuno.

—Buenos días hija —saludó al verme.

—Buenos días —le respondí mientras me sentaba— tengo que hablar contigo.

Me miró fijamente y asintió.

—Habla —dijo.

Junté las manos sobre la mesa y lo miré a los ojos.

—Necesito que saques a Taehyung de la carcel —él me había enseñado a ser directa, a hablarle sin rodeos y eso fue lo que hice.

—No antes de que te hayas casado —tomó la taza de café y bebió un sorbo.

—No puedes dejarlo todo ese tiempo alla.

—¿Todo ese tiempo? Tú debes estar casada con Hyungsik para el día de las elecciones y eso es en dos meses.

—¿Qué? ¿Esperas que me case tan pronto con alguien que conocí ayer?

—Ya tendrás tiempo de conocerlo, por eso no te preocupes.

—Como si quisiera conocerlo. Me basta y me sobra con haberlo visto una vez. Sería mejor no volver a verlo en la vida.

La mirada que me dirigió me causó escalofrío.

—¡Ya basta Sun Ji! —gritó y golpeó la mesa con la palma de la mano— nunca te he pedido que hagas nada por mi, esta es la primera vez que lo hago y me vas a obedecer. Hyungsik es un buen hombre y no entiendo por qué lo odias tanto si tal y como dices lo conociste ayer.

—Si lo es entonces cásate tú con él —grité— es cierto que nunca me has pedido nada pero ahora me estás pidiendo cosas imposibles. Cosas que odio tener que hacer. Si me caso con ese estúpido dejarás a Tahyung libre al día siguiente y lo dejarás en paz de una vez por todas.

—Sabes que soy un hombre de palabra. Así se hará. Lo dejaré en libertad y me olvidaré de que existe al día siguiente de tu boda.

Lo miré a los ojos y me levanté despacio de la silla.

—Muy bien —dije— cumpliré con mi parte. Tú cumple con la tuya. ¿Al menos me dejarás verlo?

Contra todo pronóstico asintió.

—Dime cuando quieres verlo y yo mandaré a que lo traigan aquí —dijo.

—Mañana —dije.

—Bien. Hablaré para que lo traigan mañana.

Asentí y salí del comedor para ir a desayunar en la cocina. 

Más tarde salí para ir al hospital a visitar a mi mamá. Unos días atrás había tenido un accidente que parecía cualquier cosa menos un accidente. Estaba en coma y los médicos no sabían decir si despertaría y cuando. Mi padre estaba casi seguro de que habían intentado matarla. Por ahí habia un grupo que hacía oposición a su gobierno y creía que habían sido ellos. Entré en la habitación y me acerqué a la cama.

Primera dama - PHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora