Primera dama - PHS

24

Hyungsik's POV

Nunca me había sentido tan frustrado en toda mi vida. Dos días habian pasado ya y nadie podía decirme dónde estaba Sun Ji. El tiempo pasaba demasiado rápido y me sentía cada vez más presionado.

—Voy a renunciar entonces —dije. De inmediato todos los que estaban sentados alrededor de esa mesa conmigo se quedaron callados y me miraron.

—Señor Park yo no creo que tenga que ceder ante los chantajes de un grupo de criminales de mala clase —dijo uno de los ministros— es mejor que espere hasta que aparezca su esposa. Tarde o temprano van a encontrarla.

Todo lo que yo quería era salir de ahí y buscar en cada maldito rincón de esa ciudad hasta encontrar a Sun Ji y tenerla de nuevo a mi lado. La presidencia había sido mi sueño de toda la vida pero no podía dejar que le pasara nada malo solo por no ser capaz de soltar el poder.

—¿Alguna vez ha querido a alguien aparte de usted mismo? —le pregunté mirándolo de la peor manera que fui capaz.

Me miró entre sorprendido y ofendido.

—¿Qué...? —preguntó.

—Ahora lo más importante para mí es encontrar a Sun Ji —lo interrumpí— esos criminales son muy capaces de matarla y si algo le pasa será únicamente mi culpa y no podría vivir con eso. Si quieren mi renuncia pues la van a tener pero todo lo que necesito es que me la devuelvan.

—Pero señor presidente usted no puede decidir eso asi como asi.

Me puse en pie muy despacio.

—Antes que ser el presidente de este país yo soy su esposo y no puedo ser tan egoísta como para dejar que la maten solo por quedarme en el poder. Si tengo que elegir entre la presidencia y ella. La elegiré a ella.

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Sae Hyo's POV

—Esta es la ventaja de que haya un solo testigo. Si lo eliminas lo que sabe muere con él —dije. Le hundí el cuchillo en el pecho y poco después cerró los ojos para siempre. Sonreí. Una cosa menos de la que preocuparme.

Miré la hora en el celular. Al día siguiente se vencía el plazo que le habíamos dado a Hyungsik para renunciar y todavía no habia dicho que lo haría. Estaba desesperado porque le entregaramos a su esposa pero se negaba a cumplir con lo que le habíamos pedido. En verdad necesitaba que renunciara. Su permanencia en el poder afectaba mis intereses. Igual que su predecesor era un idiota que se creía incorruptible y quería meter a la cárcel a todos los politicos corruptos. Y yo era una de ellos. Estaban haciendo exhaustivas investigaciones y donde descubrieran que yo además de desviar recursos públicos también traficaba con armas,  drogas y lavaba dinero me meterían a la cárcel de por vida. Usaba mi puesto para poder evadir la ley más facil y esos hijos de puta me estaban complicando la vida.

Le envié un mensaje a Hee Sook. Tenía que sacar a Jeon de la cárcel. No me convenía tenerlo ahí. Si le ofrecían rebajarle la pena seguramente diría que yo estaba detrás de todo ese asunto de querer matar al idiota de Park. No hundiría a sus amigos pero a mí si. No me debía nada en cambio a ellos si.

Regresé a la mansión. Odiaba tener que esperar y me preocupaba que Jeon no colaborara. Solo llegar a mi habitación y encontrarme a Hoseok ahí hizo que dejara de sentirme estresada y preocupada.

—Señorita Sae Hyo —saludó con una radiante sonrisa.

—Hola Hobi —le dije y sonreí.

Se acercó y me abrazó. Era increíble como había pasado de ser un polvo ocasional a ser mi persona favorita. Aparentemente no teníamos nada en común proveniamos de mundos completamente distintos pero eso no había impedido que naciera el amor entre nosotros. Cuando las cosas tienen que suceder siempre encuentran su camino. Dejó un par de suaves besos sobre mis labios.