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Hyungsik´s POV

Nunca me había sentido así de mal en toda mi vida. Me dolía todo el cuerpo y me costaba mucho respirar. Apenas abrí los ojos me di cuenta de que el señor Han estaba ahí.

—¿Sabe algo de Sun Ji? —pregunté.

Cuando estuve muy seguro de que iba a morir solo podía pensar en ella y en que me iría sin haberle dicho que la amaba.

—Estuvo aquí —me respondió— debía quedarse unos días pero se escapó y no tengo idea de a dónde se habrá ido.

—¿Cómo que debía quedarse unos días? ¿Le pasó algo? ¿Está enferma?

—Está embarazada y cuando se enteró de lo que te había pasado estuvo a punto de perder el bebé.

Le iba a responder algo pero no supe qué decir. Tenía que hablar con ella. No podía seguir estando sola por ahí si no estaba bien. Yo tenía que estar con ella en esos momentos. En realidad tenía que estar con ella siempre porque la amaba y porque estábamos casados. Tenía que encontrarla en donde fuera que estuviera. Hacer un solo movimiento me costaba demasiado pero en esos momentos todo lo que quería era salir corriendo de ahí a buscarla.

—No te vayas a levantar de ahí —me dijo— todavía estás muy delicado.

—Yo estoy bien y tengo que hablar con Sun Ji —le respondí.

—No puedes andar por ahí así. Además los que intentaron matarte van a volverlo a intentar. ¿Les vas a poner tu cabeza en bandeja de plata?

—En este momento nada de eso me importa.

—No seas imbécil Hyungsik. Tienes que aprender que antes que cualquier cosa tú eres el presidente. Eso está primero que nada. El país está por encima de todo. Por encima de lo que tú quieras, por encima de cualquier mujer, de tu familia, en fin. Quiero creer que algún día vas a entenderlo.

Me sorprendió mucho escuchar esas palabras. No se veía ni un poquito preocupado por Sun Ji y eso que era su única hija. Yo nunca conseguiría hacer lo que él decía porque mi amor por ella siempre estaría por encima de todo. Prefería renunciar a la presidencia o dejar que el país se fuera al diablo si así podía tenerla conmigo, si así sabia que ella estaría bien. La verdad era que llevaba algún tiempo pensando en renunciar. Por mucho que lo había intentado no había podido hacer inefectiva la orden de captura en su contra. Era como si alguien más estuviera haciendo algo para que no se pudiera demostrar de ninguna manera su inocencia.

—Cada quién define cuáles son sus prioridades señor Han —le dije— y la mía siempre va a ser Sun Ji. Además ahora vamos a tener un hijo y con mayor razón tengo que estar con ella y cuidarla.

—Es demasiado probable que lo pierda —me respondió con la misma frialdad e indiferencia— así que no te entusiasmes demasiado con la idea.

—Con mayor razón. Si eso pasa tengo que estar con ella. Ninguno de los dos estaba planeando que eso sucediera pero está pasando y ella debe saber que no está sola.

—No vas a mandar todo a la mierda por una mujer. No sabes lo que me costó ponerte en la presidencia para que hagas estas estupideces.

Se levantó y salió de la habitación completamente furioso. ¿Qué le pasaba? Estaba hablando así de su propia hija. Eso no me había gustado para nada pero estaba demasiado preocupado por Sun Ji como para ponerle cuidado a eso. Tenía que salir de ahí en la medida de lo posible sin ser visto pero ¿cómo? Me quedé pensando un rato hasta que uno de los guardias me interrumpió.

—Señor presidente —me dijo— la señorita Kim Hee Sook está aquí. ¿La dejo pasar?

Que hubiera llegado me dio una idea.

Primera dama - PHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora