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No estaba en Busan desde la campaña de mi padre. Esa ciudad siempre me había gustado mucho pero definitiva  era mejor porque iba con Hyungsik. No soltó mi mano en todo el viaje desde Seúl y estuvo durmiendo recostado sobre mi hombro. Estaba cansado y se veía. El país tenía demasiados problemas y habia muy pocas soluciones para ellos. Uno de los problemas más graves era Taehyung y su grupito de terroristas. En una semana habían intentado matar a dos de los ministros y todavía no habían logrado encontrarlos para meterlos a la cárcel. En gran medida el viaje de Hyungsik se debía a que se creía que el lugar en donde se escondían era en Busan. De hecho uno de ellos, el que estaba en la cárcel era de ahí. A pesar de lo mucho que habian intentado sacarle información no habia hablado. No habia delatado a sus compañeros y había dicho que aunque le dieran la pena de muerte o cadena perpetua no los traicionaría. 

Mientras Hyungsik se reunía con el alcalde yo decidí ir de compras. Jimin estaba en la ciudad según me había dicho encargandose de un asunto personal así que le dije que me acompañara. 

—No deberías andar por ahí —me dijo— los que persiguen a tu esposo te pueden perseguir a ti también. 

—Para eso llevamos todo este esquema de seguridad —respondí— para hacernos algo está muy dificil. 

No parecia para nada convencido. Es mas, podía jurar que algo le preocupaba. Entramos a una tienda y me puse a buscar algo que me gustara. No usaba muchos vestidos antes pero debía admitir que me gustaban cada vez más. 

—A ti te está pasando algo —dije mientras miraba fijamente un vestido verde que me habia parecido mas que horrible— nunca eres tan callado. 

—Estoy preocupado por ti —Jimin descolgó un vestido azul marino y me lo entregó— lo que se escucha en todas partes no es nada alentador. 

—Ya sé que la situación no es que sea la mejor pero yo voy a estar bien. Mira alrededor y dime si parece probable que algo me pase. 

En la puerta habían dos guardaespaldas. Dentro de la tienda otros dos y en la calle al menos diez. 

—Nunca se sabe —Jimin me pasó otro vestido pero ese era de lentejuelas negras— tu esposo tiene demasiados enemigos. 

—Lo sé —dije— pero nada va a pasarme. 

—Hay muchos que creen que debería renunciar. 

—Pero si acaba de posesionarse. 

—Lo que están haciendo en todo el país es intentar demostrarle a todos que no es apto para gobernar. Por eso tantos atentados terroristas porque quieren que todo el mundo vea que no es capaz de mantener el orden en el país. Convenciendo a la opinión pública de que es débil e inepto conseguirán que todos se vuelvan en su contra y le pidan renunciar. 

Sabía que Jimin tenía razón y no me parecía justo. Veía todo el esfuerzo que estaba haciendo Hyungsik por intentar mantener el país en orden, porque no se le saliera de las manos pero eso era misión imposible. Desde niño habia soñado con ser el presidente y ahora que podía no le iban a permitir hacer nada. Eso no era justo. 

—No importa si tengo que cazar y matar a todos sus enemigos —dije mirando a Jimin a los ojos— pero que no te quede ni la menor duda de que Hyungsik va a terminar su mandato aunque sea lo último que yo haga. 

Tomé unos tres vestidos más y me fui al probador a medirmelos. Me sentía frustrada y preocupada por lo que podía pasar si los enemigos de Hyungsik se hacían más poderosos. Toda esa situación era demasiado peligrosa y no me gustaba para nada. Le puse seguro a la puerta y colgué los vestidos de un gancho que había en la pared. Me desvestí y cuando estuve en ropa interior, el espejo que estaba en la pared se movió un poco hacia un lado y de detrás salió Taehyung. 

Primera dama - PHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora