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Jungkook's POV

—No creo que me vaya a hacer nada. Déjelo así. No va a atacar a la que lo va a sacar de aqui —la voz de Hee Sook me hizo regresar de mi viaje astral. ¿No me la estaria imaginando?

—¿Está segura señorita? —le preguntó el guardia mientras sacaba las llaves y buscaba la de esa puerta— Otra vez tienes visita Jeon y es visita de la buena.

Dejé de mirar al techo y me di cuenta de que ahi estaba ella. Desentonaba por completo con el lugar. Le sonrió al guardia cuando abrió la puerta y se acomodó el cabello detras de los hombros.

—Gracias —dijo y luego me miró— ya llegó por quien lloraba señor Jeon. 

Entró y se quedó mirandome.

—¿Y usted qué hace aquí? —pregunté.

Se encogió de hombros.

—Esperaba una calurosa bienvenida pero bueno. ¿Por qué le sorprende tanto verme? —dijo.     

—Pues porque no pensaba que la dejaran pasar hasta aquí —le dije.

Puso esa sonrisa arrogante con la que parecía creerse la dueña del mundo.

—Ay señor Jeon. Yo siempre consigo lo que quiero.

—Me gustaría poder decir lo mismo de mí. 

Dejó de sonreir y me miró ladeando la cabeza.

—¿Deprimido? —preguntó.

Suspiré.

—Un poquito —le respondí.

Me miro muy fijamente y en silencio.

—Debe estar muy grave porque para que no me esté desvistiendo con la mirada es porque realmente se siente mal —dijo.

Ese comentario me hizo reír.

—Si quiere empiezo a hacerlo ahora —le dije.

—Deje así —respondió.

—Entonces voy a volver a estar deprimido porque usted me prohibió mirarla.

Me crucé de brazos y ella sonrio y me miró enarcando las cejas.

—Yo no le prohibí mirarme. Si me mirara normal sería diferente —dijo.

—¿Cómo normal? —le pregunté— ¿alguien puede mirarla a usted de una manera normal?

—Pues claro que si. Es cierto que soy la octava maravilla de este mundo pero eso no tiene nada que ver.

Sonreí. A veces me costaba creer cómo podia ser tan egocéntrica. No sabía practicamente nada sobre ella así que quizás esa era la razón por la que no lo entendía. Quería saberlo todo sobre ella. Estaba muy seguro de lo diferente que debia haber sido su vida a como habia sido la mía. Quizás tenia razón y siempre conseguía lo que queria. Recostó el hombro en la pared y se acomodó el cabello detras de las orejas.

—Pensaba que tardaría más en volver a venir —le dije.

—¿No quería verme? —preguntó.

—Yo no he dicho eso. ¿Por qué no iba a querer verla?

—No se me ocurre ninguna razón por la que alguien no iba a querer verme a mí. Vine porque estuve mirando los videos de las cámaras de seguridad de la noche de la posesión presidencial.

—¿Y qué encontró?

—Que usted no le puso el veneno a la copa del señor presidente.

—No. No fui yo. ¿Eso importa?

Primera dama - PHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora