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Sun Ji's POV

No queria abrir los ojos. Seguramente seguía en el mismo maldito lugar, lejos de Hyungsik y todo lo que quería era verlo. No había comido prácticamente nada en toda esa semana y aunque no me habían hecho nada todavía no dudaba de que lo que querían era matarme de hambre. Rogaba porque Hyungsik no hubiera renunciado a la presidencia. No quería que les diera ese gusto. Él debía seguir ahí ese era su lugar.

Por fin abri los ojos y tuve que parpadear muchas veces porque había mucha luz. Todos esos días me habían tenido en una habitación oscura. ¿Qué había pasado? Entonces me di cuenta de que Hyungsik estaba a mi lado.

—¿Qué...? —pregunté mientras me acomodaba mejor en la cama.

—¿Estás bien? Te trajimos algo de comer. ¿Quieres que llamemos al médico? Ya vino a revisarte pero creo que es mejor que vuelva a venir —dijo Hyungsik. Me miraba con preocupación y podía jurar que habia estado llorando. 

Nunca habia estado tan feliz de ver a alguien como de verlo a él en esos momentos. 

—Estoy bien —le dije— aunque no estaría mal comer algo. 

De inmediato me pasó una bandeja que tenia una taza de ramen. También habia kimchi y un poco de japchae. Me lo comí en minutos porque nunca habia tenido tanta hambre como en esos momentos. Después de que terminé me sentí mucho mejor. Hyungsik también parecía mucho más aliviado. Ya debía ser de noche porque las cortinas estaban cerradas pero todas las luces de la habitación estaban encendidas.

—¿Te sientes mejor ahora? —preguntó Hyungsik.

Asentí.

—Mucho mejor —le contesté y sonreí— ¿Y tú? ¿Ya comiste? ¿Estás bien? ¿Te has cuidado mientras no estuve?

Se quedó un momento callado.

—No te preocupes por mí. Lo más importante es que tú estés bien —dijo.

Lo tomé de la mano.

—Yo estoy bien porque estoy otra vez contigo —le dije.

No tendría idea nunca de lo feliz que me hacia poder volver a mirarlo a los ojos. Miré el reloj y me di cuenta de que era casi media noche.

—Ya deberías estar descansando —dije— es tarde y siempre tienes mucho que hacer.

Asintió y se levantó para cambiarse de ropa. Después se acosto junto a mi y me abrazó.

—Tenía tanto miedo de perderte —me dijo al oído— estaba dispuesto a entregar la presidencia con tal de volver a tenerte a mi lado.

Me alejé un poco para mirarlo. Tenía los ojos llenos de lágrimas y como me dolía verlo llorar. Le acaricié la mejilla con el pulgar.

—No podías dejar tu sueño por mi —le dije.

—Ahora tú eres mi sueño —me respondió— ¿de qué me serviría tener la presidencia si no puedo tenerte a ti? Podrían darme el mundo y no significaría nada porque ahora tu lo eres todo.

Dejo de retener las lágrimas y verlas correr por sus mejillas me dolió mucho. Lo besé y me sentí viva de nuevo.

—Te quiero Hyungsik —le dije— te quiero mucho.

Sonrió y me dio otro beso.

—Yo también te quiero Sun Ji —dijo— y no voy a permitir que nada ni nadie me vuelva a separar de ti.

Volver a dormir entre sus brazos fue algo maravilloso. Quería hacerlo cada noche del resto de mi vida porque no había otro lugar donde quisiera estar. Solo quería estar donde estuviera él. Donde pudiera tenerlo cerca y abrazarlo muchas veces.

Primera dama - PHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora