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—No te vayas a comer las uñas Hyungsik por Dios —le dije. Aunque no debía decirle nada. Yo ya me había quitado parte del esmalte de las uñas y había arruinado el decorado.

De inmediato bajó la mano y la puso sobre la pierna que no había dejado de mover. Había llegado el dia de las elecciones y yo no creía que en sus treinta años de vida hubiera estado tan nervioso. La verdad era que yo tampoco me había sentido asi en mis veinticinco años de vida. Parecía que era contagioso.

—Se han demorado demasiado —dijo— yo necesito saber. Aunque creo que los resultados son bastante obvios.

Lo miré muy seria.

—Hasta que no se publiquen los resultados oficiales no digas esas cosas —le dije.

—Pero Sun Ji. Nadie va a votar por mí. Todos van a pensar que soy demasiado joven para ser el presidente de este país —dijo.

Odiaba que dudara de sí mismo. De entre todos esos vejestorios que querían ser presidentes él era la mejor opción. Pasé el brazo sobre sus hombros y le di un beso en la mejilla.

—No digas estupideces Hyungsik. Cualquiera con cerebro y un poquito de inteligencia se daria cuenta de que tú serias el mejor presidente que tendría este pais —dije.

Sonrió.

—Me tienes fe por lo que veo —dijo.

Era cierto. Había hecho que creyera en él a pesar de la mala impresión que me hice cuando lo conocí. Estaba cruzando los dedos en esos momentos para que dijeran que había ganado. Se acomodó en el sofá y se encogió entre mis brazos. Sonreí y lo abracé más fuerte. Su cabello olía tan bien y era tan suave. Se sentía bien tenerlo asi de cerca. Miré a mi alrededor. Estábamos en su casa esperando los resultados de las elecciones. Era un lugar bonito y acogedor muy bien decorado.

—Trata de calmarte —le dije. No me gustaba verlo tan angustiado.

—No sé qué me preocupa más. Si ganar o no ganar —me respondió.

—Se supone que debería preocuparte más no ganar.

—Me da miedo que si gano sea demasiado para mí y no pueda.

—Mírame a los ojos Hyungsik.

Se alejó un poco de mí y me miró a los ojos. Puse las manos en sus mejillas.

—Vas a poder con eso y con más. Eres un gran hombre, no dudes de ti nunca ni de lo que puedes hacer. Cree más en ti así como yo lo hago —le dije.

Dejé un beso sobre sus labios y sonreí. Me sonrió también y volvió a acomodarse entre mis brazos como estaba antes.

Se hacía tarde y todavía no terminaban de contar los votos. Ya me estaba desesperando pero al menos veía a Hyungsik un poquito más calmado. El corazón se me subió a la garganta cuando escuché que sonaba su celular. Se separó de mi para tomarlo de la mesa que había junto al sofá.

—Creo que... van a decirme los resultados —dijo mirando la pantalla.

—Contesta contesta —dije.

Contestó y puso el altavoz.

—¿Sí?

—¿Señor Park? Lo llamamos para avisarle que ya tenemos los resultados de las elecciones.

Me miró.

—¿Quién ganó? —preguntó.

—Usted. Muchas felicidades.

—¿De verdad?

—Sí. Estamos a punto de publicar los resultados. Debería ir preparando un discurso y buscando lo que va a usar el día del acto de posesión presidencial.

—Gracias por avisarme.

—De nada y felicidades otra vez.

Tan pronto colgó lo abracé fuerte.

—Felicidades señor presidente —dije.

—Todavía no lo puedo creer —dijo— ¿Y si es una broma o algo asi?

Me alejé de él y puse las manos en sus mejillas para besarlo. Estaba tan feliz por él y tan orgullosa. Lo había logrado.

—Me alegra tanto por ti —dije.

No esperé a que me dijera nada más y volví a besarlo. Hyungsik sería el presidente más jóven de la historia de Corea. Su celular comenzó a sonar y se puso a contestar una llamada tras otra. Mi celular también sonó y pensé que sería mi padre porque le había dicho que esa misma noche me iría para la finca. Pero era Taehyung. Por fin aparecía después de tantas veces que lo había llamado desde que había regresado.

—Tae —dije cuando salí al jardín a contestar— por fin apareces. Estaba preocupada por ti ¿Estás bien? ¿Sigues en Daegu?

—Hola Sun Ji —dijo— perdóname. Tenía problemas que estaba intentando resolver.

—Pero estás bien... ¿sí? Estaba preocupada por ti.

—Si estoy bien. No te preocupes. ¿Ya regresaste a Corea?

—Hace casi una semana.

—Escuche que Park ganó las elecciones.

—Sí. Estoy con él ahora.

—Estaré en Seúl para el día de la posesión presidencial. Necesito hablar contigo pronto.

—Yo voy a irme unos días para la finca de mi papá pero regresaré para ese día.

—¿Te vas a ir con Park?

—No. Él tiene cosas que hacer aquí.

—Como últimamente parece que disfrutas mucho de su compañía.

—Tae...

—Hablamos después. Ahora tengo que irme. Adiós Sun Ji.

Sin esperar a que le dijera nada más me colgó. Me quedé con la sensación de que algo raro estaba pasando. En todo el tiempo que había pasado desde que nos conocimos no había desaparecido por dias sin decir nada. Además había algo en el tono que me había hablado que me había causado desconfianza. Y eso de que estaría en Seúl el día de la posesión presidencial... quizás era paranoia pero sentía que habia algo raro. Algo que no me estaba diciendo.

Primera dama - PHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora