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Yoongi's POV

Yo había dicho que quemaría el mundo por él. Que lo haría arder hasta convertirse en cenizas si alguien se atrevía a hacerle daño. Jimin era demasiado importante para mí y por eso no podía permitir que le pasara nada. Tenía que encontrarlo en donde fuera que estuviera y matar a todo el que le hubiera puesto una mano encima.

—Yoongi —la voz de Taehyung interrumpió mis pensamientos- sé lo que estás pensando pero no hagas nada todavía. Acuérdate de la herida del brazo.

Miré el vendaje que estaba un poco manchado de sangre. Eso no me impediría acabar con quienes tuvieran la culpa del secuestro de Jimin.

—Ya conoces a Yoongi —dijo Jungkook— no se va a quedar aquí tranquilo viendo que quién sabe qué estará pasando con Jimin. Es parte de amar a alguien, no te puedes quedar de brazos cruzados si alguien le hace daño.

Al decirlo miró a Hee Sook que estaba a su lado. Todavía estaban tomados de la mano. Él me entendía porque estaba enamorado de ella, seguramente tanto como yo de Jimin.

—Tenemos que encontrar a Jimin cuanto antes —dijo Hoseok.

Me sorprendía que Sae Hyo estuviera guardando silencio. Debía estar muy preocupada porque Jimin sabía muchas cosas y si lo hacían hablar, ella resultaría hundida hasta el cuello. Trabajaba para ella desde hacía unos años, encargándose de todo ese asunto del contrabando y el narcotráfico. Por eso era que yo lo había conocido. Un día ella nos envió con él a ajustarle cuentas a un estúpido que había cometido el grave error de pensar que podía robarla. Durante todo el camino estuvimos hablando de muchas cosas y desde el principio sentí esa conexión inexplicable que une a las personas que están destinadas a amarse. Hablamos varias veces más y después comenzamos a vernos más seguido en lugares que no tenían nada que ver con el trabajo. Sin darme cuenta me había enamorado pero no era capaz de hablarle de lo que sentía, así que él se adelantó. Me envió una carta con Hoseok en la que decía tantas cosas que nadie me había dicho nunca. Después habíamos empezado una relación y mis sentimientos hacia él solo crecían con el pasar de los días. Por eso no podía quedarme ahí tranquilo. Tenía que encontrarlo cuanto antes, antes de que fuera tarde y le hicieran daño. Si algo le pasaba verían a la peor versión de mí. A la más inhumana y despiadada. Por fin Sae Hyo hizo algo y llamó a un par de personas por teléfono, diciéndoles que necesitaba la ubicación exacta de Jimin y de Han. Esperaba que no tardaran tanto en encontrarlo. Teníamos que ir por él.

A la mañana siguiente Park se fue temprano con su esposa. Creo que todos debíamos admitir que el hombre no era tan detestable como pensábamos en un principio y ahora estábamos todos en el mismo barco. Teníamos una causa común. Él también tenía alguien a quien proteger. Además era más grave su situación porque iba a tener un hijo con Sun Ji. Se suponía que regresaría a Cheong Wa Dae a retomar el poder.

—Yo no debería volver —había dicho Sun Ji— la orden de captura en mi contra todavía existe.

—Por eso no se preocupe —Hee Sook parecía tan tranquila y confiada como siempre. No me explicaba de dónde sacaba tanta seguridad en sí misma.
Quizás eso era lo que había hecho que Jungkook se enamorara de ella— la cuestión está en encontrar otro culpable y para eso está su padre.

—Usted va a...

—Echarle la culpa de todo, sí. Además todo empeoró porque secuestró a Hyungsik y porque toda la cúpula militar sabe que quiere quitarle el poder. Simplemente vamos a decir que intentaba matarlo desde el principio para recuperar la presidencia y que manipuló las pruebas para inculparla a usted, por eso cuando yo investigué parecía ser usted la culpable.

Sun Ji sonrió.

—Nunca pensé que diría esto pero gracias —dijo.

Hee Sook le sonrió también.

—Es lo menos que puedo hacer después de todo lo que ha pasado —dijo.

Jungkook la rodeó con el brazo y le dio un beso en la mejilla.

Sae Hyo estaba con Hoseok en el estudio y nos reunió para decirnos que ya sabían dónde estaba Jimin. No estaba en Daegu sino en Busan. A mí no me importaba en dónde carajos estuviera. Podía estar en el puto infierno y allá lo iría a buscar. La dejé que terminara de hablar y me hice cargo de alistar todo para ir por él. Hoseok se demoró despidiéndose de Sae Hyo. Parecía que ya había dejado de importarles que viéramos que tenían algo. Estaba por ir a sacarlo cuando apareció por fin.

—Te demoraste una puta eternidad —le dije.

Subió al auto y se puso el cinturón.

—Solo fueron diez minutos —dijo y puso la llave para arrancar.

—Mejor vámonos —intervino Namjoon— hay distancia de aquí a Busan y la idea es ir cuanto antes.

No podía estar más de acuerdo. El viaje se me hizo eterno. Necesitaba llegar cuanto antes. A medida que los minutos pasaban me sentía todavía más preocupado. Ya habrían tenido oportunidad de hacerle daño seguramente y eso me angustiaba. Cuando por fin llegamos era más de medio día. Donde se suponía que estaban era una zona industrial en la que solo habían bodegas. Dejamos el auto lo más cerca posible para entrar sin llamar la atención. No sabíamos a cuánta gente tendrían ahí y todos teníamos que salir ilesos. Cada uno tomó su arma y entramos por lugares diferentes.

—Esto está muy oscuro —dijo Taehyung en un susurro.

—Tampoco veo un carajo —dije.

Estuve a punto de caerme por unas escaleras pero me tomó del brazo justo a tiempo. Nunca había estado en una construcción así de laberíntica y me estaba dando impaciencia sentirme así de perdido. Pasó mucho tiempo antes de que pudiera ver por una ventana una habitación en donde estaba Jimin. Se me encogió el corazón cuando lo vi así de golpeado. Pero me las arreglé para sacar el intercomunicador y avisarle al resto que ya lo habíamos encontrado. Miré a Taehyung e intenté que no se me cayera el rifle de la mano.

—Hay que ver por dónde entramos —dije.

Asintió y seguimos buscando hasta encontrar una puerta. Los demás ya habían llegado a excepción de Jungkook y Hoseok. Seokjin era muy bueno forzando cerraduras así que abrió la puerta en segundos. Yo entré primero y corrí hasta donde estaba Jimin.

—Sabía que vendrías por mí Yoonie —dijo. Me miró un momento y después se desmayó.

Lo tomé en mis brazos e intenté no ponerme a llorar.

—Mejor vámonos —dijo Seokjin mientras miraba hacia afuera.

Desaté a Jimin y lo levanté para sacarlo de ahí. Se me había hecho muy raro que no nos hubiéramos encontrado a nadie desde que habíamos entrado y ahí estaba la explicación. Estaban esperando a que entráramos en la habitación para caernos encima. Todos se movieron de lugar para ponerse en frente de mí.

—Tiren las armas y salgan con las manos en alto —dijo uno de los que estaba afuera.

Primera dama - PHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora