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Hyungsik's POV

—Pero señor presidente usted no debería estar en esto. Es demasiado peligroso y si le pasara algo...

—Cierra la boca —le dije. No me demoré más de dos segundos en arrepentirme por hablarle así. Estaba insoportable desde que Sun Ji habia desaparecido. Consideraba a los que habían tenido que soportarme pero es que nunca en mi vida habia estado tan desesperado ni habia tenido tanto miedo— Nadie va a poder impedir que vaya por mi esposa ahora que por fin la encontramos.

—Insisto señor. Es mejor que se quede en un lugar seguro mientras vamos a traer a su esposa. 

—De ninguna manera. Yo voy a ir por mi esposa personalmente.

Tomé el rifle y salí por la puerta intentando recordar todo lo que había aprendido en el servicio militar. Por fin sabíamos donde estaba Sun Ji y yo no iba a quedarme esperando que me la trajeran. Iría por ella y la rescataría aunque tuviera que morir en el intento.

El viaje se me hizo eterno y mientras iba solo pensaba en cuánto anhelaba verla. Esperaba que no fuera tarde ya. Había pasado una semana desde que la habían secuestrado y se había vencido el plazo que me habían dado. Si algo le habia pasado sería culpa mia, debería haber renunciado desde que me dijeron que esa era la condición que ponían para devolvérmela. Todo el equipo de las fuerzas especiales ya estaba ahí rodeando la casa donde se suponía que estaba Sun Ji. Bajamos del auto y nos acercamos a la puerta. Uno de los que iba conmigo tocó dos veces. Le dije que se hiciera a un lado, no íbamos a llegar como si fuéramos de visita, eso era una misión de rescate. Le di una patada a la puerta y se abrió de inmediato. La casa parecía estar vacia. Todo lo que habia eran unos muebles rotos y viejos amontonados en un rincón de una sala oscura y llena de polvo. Entré con el rifle en la mano y listo para dispararle a lo que viera moverse. Estaba dispuesto a todo. Nunca hubiera pensado que llegaría a quererla tanto. Ella estaba por encima de todo y de todos. Era lo que más me importaba. Comenzamos a revisar habitación por habitación. Cuando la vi fue como si mi alma hubiera vuelto a mi cuerpo. Entré corriendo a la habitación y me dejé caer de rodillas en el suelo junto a ella. Se había desmayado pero estaba viva. Eso era todo lo que me importaba. La tomé en mis brazos y la abracé.

—Te quiero —le dije al oído. Estaba a punto de ponerme a llorar— te quiero tanto tanto Sun Ji.

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Hoseok´s POV

Dejé la copa vacía sobre la mesa que había en el centro de la sala y miré la hora en el reloj de la pared. Estaba esperando que Sae Hyo terminara su reunión con Jimin. Ojalá no demorara. 

—Pensaba que te habías cansado de esperar —me dijo Jimin cuando salió del estudio.

—Claro que no —le contesté— también tengo asuntos que tratar con ella.

Jimin sonrió.

—Hazme un favor y entrégale esto a Yoongi —sacó una hoja de papel doblada y me la entregó. Yo la recibí y la guardé.

—Más tarde cuando lo vea se la entregaré —dije.

—Gracias.

Salió y yo bajé los pies de la mesa de centro para ir a buscar a Sae Hyo pero se me adelantó y se sentó junto a mi.

—¿A dónde ibas? —preguntó.

—A buscarte —le dije.

Me acerqué para dejar un beso suave sobre sus labios. Ella puso las manos en mi nuca y metió los dedos entre mi cabello. Me acerqué mas para profundizar el beso. Nunca tendría suficiente de ella. Por muchas veces que la besara siempre iba a querer seguir haciéndolo. La empujé suavemente para que se acostara sobre el sofá y me puse sobre ella para seguir besándola. Sus manos subieron y bajaron por mi espalda y abrió las piernas para ponerlas alrededor de mis caderas. Dejé sus labios para comenzar a besarle el cuello. Tenía uno de esos vestidos de diseñador tan elegantes que solia usar. El escote no era demasiado prenunciado pero le quedaba bien igual que cualquier cosa que se pusiera. Mis manos subieron por sus piernas subiendo también el vestido. Le apreté las nalgas y ella soltó un pequeño gemido. Mis labios ya habían llegado hasta el borde del escote. Me alejé un poco para buscar la cremallera en la espalda y bajarla para poder bajarle también el vestido. La miré a los ojos mientras acariciaba sus pechos por encima de la tela del brasier. Ella metió las manos por debajo de mi camiseta. Me alejé un poco para que pudiera quitármela y después volví a besarla con creciente pasión. Sentía su piel contra la mía y como sus manos me acariciaban la espalda. Movió un poco las caderas para restregarse contra mi ya notable excitación. Ya me estaba estorbado la poca ropa que tenía encima. Le iba a quitar el brasier cuando comenzó a sonar su celular. No era la primera vez que una llamada interrumpía un momento así. Sae Hyo era una mujer muy ocupada.

—No contestes —le dije y volví a besarle el cuello.

Ella se estiró para alcanzar a leer el nombre en la pantalla del celular.

—Es Namjoon —dijo— puede ser algo importante.

Tomé el celular y se lo entregué. Me senté en el sofá junto a ella e intenté escuchar la conversación.

—Kim —dijo ella al contestar— ¿pasó algo?

—Park viene para acá con un maldito escuadrón de las fuerzas especiales —le respondió Namjoon— ¿qué hacemos?

Sae Hyo me miró y luego puso el altavoz.

—Maldita sea —dijo— hijo de puta ese... ¿sabes que? déjale a su mujer para que la encuentre y ustedes lárgense de ahi pero ya. No quiero tener que ver cómo los saco de la carcel a todos. Ya es suficiente con Jeon. Ya que no pudimos hacer que el imbécil renunciara pues ahora tenemos otras maneras de quitarnoslo de encima.

—¿Se refiere a lo que se le ocurrió a la señorita Hee Sook? —preguntó Namjoon. Al fondo escuchaba la voz de Yoongi otra vez discutiendo con Taehyung.

—Hee Sook sabe lo que hace. Confío en ella. Ahora salgan de ahí y vayan a donde no los encuentren. Que Park se lleve a su esposa y sea feliz con ella mientras pueda.

—Como mande señorita Sae Hyo.

Colgó y dejó el celular en la mesa de centro. Luego me miró.

—¿Estás segura que hiciste bien en dejar que Park se lleve a su esposa? —pregunté.

Asintió.  

—Por supuesto —respondió— nos conviene que esté libre. Ya nos sirvió de bastante. Ahora Hee Sook tiene con qué hundirla.

—Si sale bien podrá sacar a Jungkook de la cárcel ¿verdad?

—Jeon te hace falta ¿no?

—A todos.

—Bueno tu y yo estábamos en algo.

Sonreí.

—Pensé que ibas a dejar esto así —le dije y volví a ponerme encima de ella y a besarla.

Esperaba que los chicos hubieran podido salir de ahí bien y que nada fuera a pasarles. Hablaría con ellos después. En esos momentos lo único que debía preocuparme era lo que estaba por hacer con Sae Hyo. Le quité el brasier y puse las manos sobre sus pechos para empezar a masajearlos y acariciarlos. Ella movió sus caderas contra mí y su respiración se aceleró. Seguí besándola mientras movia los dedos sobre sus pezones. Habia aprendido a conocer muy bien su cuerpo y podía decir que sabia bien qué era lo que le gustaba. Gemía contra mis labios y se movia mas rápido contra mí. Después de un rato me levanté y me quité de una vez el pantalón y los calzoncillos. Terminé de desvestirla también. Me puse otra vez sobre ella en medio de sus piernas. La penetré de una rapida y fuerte embestida. Junté mas nuestros cuerpos abrazándola con fuerza mientras comenzaba a entrar y salir cada vez más fuerte y más rápido. comenzó a moverse tambien mientras me abrazaba de vuelta con los brazos y las piernas. Al rato ya estabamos cubiertos de sudor y gimiendo en voz muy alta. Sabía que estaba cerca así que me movi todavía más rapido para hacer que llegara al orgasmo y cuando la senti temblar debajo de mí cerré los ojos y me vine dentro de ella mientras decía una entrecortada version de su nombre. Cuando abri los ojos estaba sonriendo y sonreí también. Le acaricié la mejilla con el pulgar. Qué no haria yo por ella. Ya había matado muchas veces siguiendo sus ordenes. Pero eso no era suficiente y yo tenía que hacer mas. Mientras Park viviera ella estaria siempre en peligro, él la perseguiría y podia meterla a la cárcel y yo no podia perderla. No queria perderla y lo evitaría a toda costa.

Primera dama - PHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora