Porchay ha sido novio de Kim Theerapanyakul por más de dos años. A simple vista parecían una pareja perfecta, incluso para Chay, Kim era el hombre de su vida. Pero había un pequeño problema; los celos y la posesividad de él. Lo de ser un mafioso era...
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─Big... ─me giré hacia él.
─Está bien, te llevaré ─gruñó Kim agarrándome del brazo.
─No. Le preguntaré a Big ─traté de escapar de él, pero Kim me gritó.
─¡Escúchame! Te llevaré, punto final ─me sacó de allí, pero no antes de escuchar al chico en bóxer que estaba en el sofá.
─Oh, me encantaría un hombre tan fuerte y guapo como él, y encima es posesivo, eso solo lo hace aún más atractivo ─ronroneó.
─Puedes quedártelo.
Kim me sacó antes de que pudiera oír su respuesta. Caminamos por el jardín, respiré el aire fresco feliz de estar fuera. Kim abrió la puerta de su auto.
─Entra.
Tiré de su agarre y entré.
─¿Contento? ─pregunté sarcásticamente.
Mi respuesta fue un portazo. Un momento después, Kim se sentó a mi lado con el ceño fruncido y arrancó el auto. Hubo unos momentos de silencio, mientras, Kim decidió romperlo.
─¿Qué quieres de mí, Porchay? ─su voz sonaba afligida.
Tragué saliva sintiéndome mal. Odiaba cuando él estaba así.
─P'Kim, es solo... No puedo explicarlo ─oí un golpe y me di cuenta de que había golpeado el volante con su puño─. Fantástico ─lo miré, ya no me sentía mal─. No es mi culpa, eres tan...
─¿Soy qué? ─preguntó con los dientes apretados.
Yo apreté las manos sacudiendo la cabeza.
─Olvídalo.
─¡No! ─rugió. Se produjo un fuerte chirrido cuando ferozmente paró el auto.
Grité y me fui hacia delante, estaba apunto de chocar contra el parachoques, pero entonces Kim me paró con su mano.
─Ponte tu cinturón de seguridad.
─No, no me digas lo que tengo que hacer todo el tiempo.
─Ponte el puto cinturón de seguridad ─gruñó lentamente─. Te vas a hacer daño.
Sacudí la cabeza y me alejé de él, entonces sentí como su mano serpenteaba mi cuerpo, haciendo que se me pusiera la piel de gallina por donde él tocaba. Volví a mirarlo, nuestros ojos se encontraron y me perdí en su mirada tan profunda como siempre.
Sentí una fuerte atracción. Cogió el cinturón de seguridad, miré su rostro, sus ojos, sus cejas, sus pestañas, su nariz, sus pómulos, hasta que miré sus labios. Me acordé de los sentimientos que sentía cuando nos besábamos, cuando agarraba su pelo entre mis dedos. Entonces oí un clic.
El clic del cinturón de seguridad me sacó de mi sueño y me di cuenta que Kim estaba muy cerca de mí, lo aparté y me giré hacia la ventana, sintiendo un rubor un mis mejillas.
Kim se aclaró la garganta y oí que arrancaba el auto de nuevo.
Mientras nos dirigíamos a casa, mi mente iba de forma frenética a lo que hubiera pasado si lo hubiera besado. Sería sin duda un grave error. El viaje en auto era en silencio, sin duda Kim estaba pensando en lo que acababa de ocurrir.
Se detuvo frente a mi casa, me volví hacia él después de abrir la puerta, hablé con desesperación.
─Kim, mantente alejado de mí.
Él parecía sorprendido y luego furioso.
─¿Qué? ─respondió entre dientes.
─Ya me has oído ─fui consciente de que mi corazón latía dolorosamente─. Mantente alejado de mí.
─¡No! ─espetó mirándome perplejo, se acercó a mí, pero se apartó y salió del auto.
─Porchay.
─Déjame en paz, Kim. Ya me has oído, ¿Por qué no puedes hacerme caso?
─Por que eres mío.
─No soy tuyo, ¡déjame en paz! ─grité de repente.
Tenía que mantenerlo alejado de mí, de lo contrario no sabría que podría hacer.
─Porchay.
─¡No! ¡Nada de Porchay! ¡Déjame en paz!
─¿Qué es lo que te pasa? ─preguntó pareciendo confundido y molesto.
─Tú, tú eres lo que me pasa.
─¿Cómo?
Di un paso hacia adelante, señalándole con el dedo índice.
─Tú eres lo que me pasa, así que déjame en paz de una vez.
Me miró un par de segundos en silencio.
─Dilo otra vez, dilo y te dejaré en paz ─dijo agarrando mis hombros y atrayéndome hacia él.
─Déjame en paz ─susurré.
Parecía sorprendido.
Antes de que un gruñido saliera de su boca, antes que pudiera hacer nada, se alejó de mí, subió a su auto y se fue en él, dejándome allí, mirándolo mientras se iba y preguntándome si había cometido un error.
