Porchay ha sido novio de Kim Theerapanyakul por más de dos años. A simple vista parecían una pareja perfecta, incluso para Chay, Kim era el hombre de su vida. Pero había un pequeño problema; los celos y la posesividad de él. Lo de ser un mafioso era...
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─¿Macao?
─Porchay ─se acercó a la cama lentamente, se veía un poco apenado, cosa que no era muy normal en Macao.
Mi hermano cerró la puerta enarcando una de sus cejas.
─¿Qué haces aquí? ─pregunté con el ceño fruncido, haciendo notar mi incomodidad al mismo tiempo que el sentimiento de desilusión que invadía mi cuerpo.
─Vine a visitarte ─se sentó a un lado de la cama, mirándome fijamente a los ojos─. Sé que me comporté como un maldito en estos últimos días, de verdad que lo siento. Tú eres mi mejor amigo y me has hecho falta, no puedo negar que me estoy odiando por todas las estupideces que hice, me siento terrible. Apedréame si eso gustas. Sé que es difícil perdonarme pero... necesitaba vengarme de Kim y tú eras su punto débil, pero comprendí que con esto no debo jugar. Arriesgué a mi propio amigo y... uff, me siento tan atormentado Chay, no quiero perder tu amistad.
─Has hecho cosas muy malas, Macao ─lo miré con el ceño fruncido.
─Lo sé, pero estoy arrepentido. Créeme Porchay, sabes que yo no miento cuando se trata de estas cosas.
─No lo sé, no lo sé, Macao. Ahora me das desconfianza ─tiré mi cabeza hacia atrás tomando una respiración profunda.
─Volvamos a ser los mismos de antes y ya está. Te juro que lo siento, no volveré a hacer algo de esa magnitud y menos contigo, ¿sí? Te lo juro por mis pelotas ─se agarró los testículos con la mano izquierda.
─¡Macao! ─lo miré con el ceño fruncido.
Se encogió de hombros.
─Ehh... ─rodé los ojos─. De acuerdo, pero solo es porque hemos sido amigos desde hace mucho tiempo y... eso es lo que cuenta ahora ─declaré no muy seguro, aún me sentía traicionado.
─Ese es mi amigo ─me abrazó con fuerza─. Gracias por hacerlo, te juro que no te defraudaré.
─Eso espero ─le advertí.
Sonrió.
─Y bueno, ya en dos días será tu cumpleaños. ¡Cumples veinte, baby! ─exclamó efusivo─. ¿Qué tienes planeado?
─Nada. No tengo cabeza para eso ─hice una mueca.
─Oh, vamos, hay que aprovechar que Kim no te tiene encadenado para armar una gran fiesta en donde por supuesto estará tu hermano, el mío y todos. Eso por si tienes desconfianza.
Asentí.
─Sí, ¿verdad? Aprovecharé ─sonreí.
─Bien, y ahora que estamos de vuelta, ¿quieres ir a una fiesta? ─preguntó.
─¿A la que está organizando P'Song? ─pregunté.
Song era un chico popular en la universidad, también amigo de Kim, por eso la idea de ir a la fiesta de Song no me convencía mucho, Kim podría estar allí.
