detente.

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¡Me había librado de Kim! Para mi buena suerte, la Sra

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¡Me había librado de Kim! Para mi buena suerte, la Sra. Ubon había citado a Kim en su oficina a la salida de clases. Había sido un milagro para mí, no dudé en irme a casa rápido.

Caminé hacia la puerta en el instante en el que escuché el timbre y abrí, revelando a Kim y su cara molesta. Tenía los brazos cruzados y me observaba con sus ojos marrones casi matándome.

─¿Por qué te fuiste de la facultad sin mí? ─reclamó entrando a la casa sin ser invitado.

Cerré los ojos y tomé un suspiro profundo.

─Pensé que tardarías, no puedo esperarte toda la tarde, Kim ─espeté.

─No mientas, Porchay ─exclamó empuñando los puños de sus manos─. Sigues desafiándome, tratas de evitarme y eso te juro que no lo lograrás ─se acercó violentamente y temblé─. ¿Te has olvidado de todo lo que hablamos en la facultad? ─su aliento chocó contra mi cara.

─No ─miré para otro lugar y gruñó agarrando mi barbilla, obligándome a mirarlo─. No hagas eso ─mi voz salió pareciendo una exigencia. De hecho lo era.

─¿Por qué haces las cosas difíciles, Chay? ─se acercó más, eliminando la distancia que quedaba entre nosotros─. Por qué simplemente no aceptas que eres solo mío y que ningún otro hombre que no sea yo va a tocarte jamás.

Lo miré perturbado, Kim daba miedo. Esto era mucho peor de lo que había pasado antes.

─Ya déjame ─mi voz salió como un susurro.

─Ya hemos hablado de esto, Porchay ─dijo con los dientes apretados─. Entiende que no lo voy a dejar, no te dejaré ir nunca, primero muerto ─su voz era oscura.

─¿Y qué es lo que quieres? ─le pregunté.

─A ti, es tan simple como eso ─rió sin gracia─. ¿A caso se te olvidó que hemos regresado esta mañana? ─frunció una ceja.

─Porque tú me obligaste ─espeté con ira.

─No quieras buscar más problemas ─acarició mi mejilla, mi cuerpo reaccionó, causaba sensaciones inexplicables en mí─. Solo vuelve a ser el mismo Porchay de siempre ─se acercó a mi oreja y depositó pequeños besos en ella.

─P'Kim ─coloqué mi mano en su pecho tratando de alejarlo─. Por favor, vete ─rogué.

─No ─mordió el lóbulo de mi oreja y gemí─. Solo déjate llevar, es lo único que tienes que hacer ─susurró bajando sus manos hasta mi trasero.

Negué mientras empujaba su pecho hacia atrás y me sacudía con fuerza.

─No.

─Maldición, Porchay ─se quejó─. Ya deja a un lado tu maldito problema ─espetó molesto.

─Lo dejaría si te fueras ─hablé molesto─. Pero ni eso entiendes, ¿por qué no dejas de ser tan posesivo? ─le reclamé.

Agarró mi cintura con más fuerza, me levantó el trasero y comenzó a caminar hacia mi habitación sosteniéndome con fuerza.

𝐌𝐢 𝐞𝐱-𝐧𝐨𝐯𝐢𝐨 𝐩𝐨𝐬𝐞𝐬𝐢𝐯𝐨 |𝐊𝐢𝐦𝐂𝐡𝐚𝐲|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora