La finca.

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Abrí los ojos lentamente sintiéndome incómodo por la luz solar que atravesaba mi ventana

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Abrí los ojos lentamente sintiéndome incómodo por la luz solar que atravesaba mi ventana. Observé mi habitación, las paredes son de color verde claro, las cortinas son blancas y desde la ventana puedo observar un árbol por el que perfectamente puedo bajar hacia la planta de abajo y escaparme. Kim solía subir por ese árbol en nuestros primeros meses de novios. Maravillosos recuerdos, todo era color de rosa.

Respiraba con dificultad gracias a la gripe que me gané la noche anterior, pero había acordado salir con Kim todo el día, así que me di una larga ducha caliente para que me ayudara a relajarme. Cuando salí me vestí y cepillé mi cabello.

Mi nuevo teléfono vibró en la mesita de noche, lo tomé inmediatamente y miré la pantalla. Nuevo mensaje.

Hola Chay, ¿cómo amaneciste? Espero que muy bien, verás, hoy es mi cumpleaños número veintidós y quisiera que vinieras y estuvieses un rato. No será nada del otro mundo, solo será una fiesta. Estaré esperando tu respuesta.

De: Archen.

Me puse nervioso. A mi cabeza llegaron pensamientos de si tal vez yo le gustaba a Archen. Eso no sería más que un problema, no solo lo digo por Kim, sino por la manera de pensar de Archen, que es completamente diferente a la mía, es algo así como la de Macao. Por esa parte si estaba completamente agradecido de que Kim no pensara de esa manera.

─Kim está esperando abajo ─mi hermano abrió la puerta sorprendiéndome. Suspiré frustrado.

─Bien ─guardé mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón. Más tarde le respondería a Archen.

─Espero que disfruten de este día ─dijo Porsche.

Le miré mientras salía de la habitación. Me limité a asentir.

Me despedí de Porsche y salí de casa, caminé hacia el auto de Kim y monté en el asiento del copiloto sin mirarle a los ojos. Estaba yendo casi obligado.

─¿Qué te pasa? ─escuché su voz.

─Nada ─me coloqué el cinturón de seguridad. Él agarró mi barbilla con brusquedad y me obligó a mirarlo─. Kim, no empieces.

Se inclinó hacia mí sin soltar mi barbilla y plantó un corto beso en mis labios.

─Solo quería saludarte como debe ser ─me soltó y volvió la mirada hacia delante. Prendió el motor y comenzó a conducir.

Miraba por la ventana mientras Kim conducía. Estábamos alejándonos de nuestras casas. Kim conducía a una velocidad impresionante.

─¿Cómo está Macao? ─pregunté rompiendo con el silencio de minutos.

─Está descansando ─se encogió de hombros─. Supongo que bien ─agregó.

─¿Para dónde vamos? 

𝐌𝐢 𝐞𝐱-𝐧𝐨𝐯𝐢𝐨 𝐩𝐨𝐬𝐞𝐬𝐢𝐯𝐨 |𝐊𝐢𝐦𝐂𝐡𝐚𝐲|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora