De mal en peor.

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''Te amo, Porchay

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''Te amo, Porchay. Jamás había amado tanto a una persona. Perdóname, no te vas a arrepentir, te lo juro''.

''¿Qué es lo que te pasa?'' ─Tú. Tú eres lo que me pasa, así que déjame en paz.

''¿Crees que me gusta que te restriegues con los chicos? ¿La forma en la que hablas con ellos? ¿La forma en que te vistes? ¿Te das cuenta de cómo me siento al respecto?''.

...

Me moví incómodo en la cama. Todos los recuerdos que tenía junto a Kim estaban invadiendo mi mente, haciéndome sentir mal y culpable por todo lo que ahora estaba pasando. Haciéndome arrepentir por todas las veces que le negué algo a Kim.

Abrí los ojos y me vi en una camilla de enfermería. Me levanté de la camilla y salí de aquella habitación solitaria y fría.

Caminé hacia la habitación de Kim, observando a varias personas pasar por mi lado, llenas de caras largas y preocupadas. ¿Qué podía esperar? Sus familiares seguro estaban igual o incluso más grave que Kim.

Me acerqué a la habitación de Kim, en donde pude observar que la puerta estaba cerrada. Miré hacia todas partes para saber si la enfermera estaba vigilándome, cuando no la encontré me dispuse a poner la mano en el pomo de la puerta e intentar girar. Para mi sorpresa estaba cerrada.

─Mierda ─susurré.

Entonces a mis oídos llegaron unas voces, provenían de la habitación. Dejándome llevar por la curiosidad, me apoyé en la puerta para poder escuchar lo que hablaban. Se escuchaban a dos mujeres y un hombre.

─¿Hora de muerte? ─preguntó la voz masculina.

─Diez y veinte de la mañana ─contestó la mujer.

Me alejé de la puerta. Mis manos fueron a parar a mi pecho, en donde pude sentir mi corazón latiendo con intensidad y fuerza. Quedándome en shock por unos minutos y sintiendo que mi cuerpo se enfriaba volví a acercarme a la puerta, pero esta vez toqué reiteradas veces, dando golpes duros y llamativos.

─¡Abran! ─grité cuando las lágrimas comenzaban a apoderarse de mí─. ¡Kim! ─volví a gritar, ahora sintiéndome ahogado─. ¡Abran, maldita sea! ─golpeé con más fuerza.

Entonces la puerta se abrió al fin, revelando a dos enfermeras y un doctor.

─Lamento decirle que el paciente no resistió. Tuvo un paro cardíaco hace unos minutos.

Me quedé parado mirando y procesando cada palabra que había dicho aquel doctor. Esto era una jodida broma. Kim, el amor de mi vida y futuro esposo ¿muerto? No... eso no podía ser verdad.

𝐌𝐢 𝐞𝐱-𝐧𝐨𝐯𝐢𝐨 𝐩𝐨𝐬𝐞𝐬𝐢𝐯𝐨 |𝐊𝐢𝐦𝐂𝐡𝐚𝐲|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora