Porchay ha sido novio de Kim Theerapanyakul por más de dos años. A simple vista parecían una pareja perfecta, incluso para Chay, Kim era el hombre de su vida. Pero había un pequeño problema; los celos y la posesividad de él. Lo de ser un mafioso era...
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Abrí los ojos poco a poco, sintiendo la tenue luz del sol entrando por la ventana de mi habitación. Mi cabeza estaba recostada sobre el pecho de Kim, el cual subía y bajaba lentamente. Lo miré y sonreí.
Observé que estaba profundamente dormido, se veía tan jodidamente atractivo. Con descaro le di un pequeño beso en el pecho, por encima de la tela y poco a poco fui levantándome de la cama.
Estuve sentado por unos segundos, ya que si me levantaba de inmediato probablemente me marearía al caminar. Luego me levanté y recordé todo lo que pasó la noche anterior, vaya, fue demasiado. Ahora estaba ruborizado.
Abrí la puerta y miré hacia la habitación de mi hermano, estaba entreabierta. Cerré la puerta de mi cuarto y me dirigí a la de Porsche. Apoyé mis manos en el pomo y asomé mi cabeza por un lado de la puerta. Porsche se veía muy cansado, estaba dormido.
Corrí hacia mi habitación, entré a la ducha y tomé un baño rápido. Teníamos que ir a la universidad, aparte de que no quería que mi hermano se enterara de lo acontecido la noche anterior. Kim no tendría problema alguno en entrar en detalles y por supuesto, Porsche iba a molestarme y todo lo demás.
Una vez listo me acerqué a Kim y comencé a mover su brazo con delicadeza. Abrió los ojos lentamente y luego se pasó las manos por el cabello mirándome.
─Ve a darte una ducha, debemos ir a clases ─me incliné para darle un beso en la comisura de los labios.
─Mierda ─espetó volviendo a cerrar los ojos.
─Kim, debemos ir ─insití moviendo su brazo con más fuerza.
Volvió a mirarme y se quedó viendo mis ojos por unos segundos, luego asintió y fue levantándose poco a poco. kim se dirigió hacia el baño y entró.
En cuanto terminó lo noté muy callado, eso se me hacía bastante extraño. Bueno, tal vez ya estaba acostumbrado a las constantes discusiones. Salimos de casa cuidando de no despertar a mi hermano, no alcanzamos a desayunar, pero en el camino compramos unos sándwiches. Me estaba tomando nuevamente de la mano, así como antes, llevando mi mochila en su brazo izquierdo y diciéndome cosas preciosas durante el camino. Todo estaba perfecto y esperaba que se quedase así.
─Tengo clase de Matemáticas ─avisé en cuanto llegamos a la universidad. Kim me acompañó hasta el aula y pudimos observar al Sr. Chop escribiendo algunas cosas en el pizarrón.
─Te veré en el almuerzo ─sujetó mi cintura y se inclinó para darme un beso.
Cerré los ojos por un momento, dejando que aquellas sensaciones invadieran mi cuerpo. Me sentía tan nervioso cuando estaba a su lado... producía miles de cosas en mí.
Entré en el aula y vi a Macao en una de las mesas, movía su lápiz con desespero mientras miraba hacia el pizarrón.
─Hola, Macao ─me senté a su lado y dejé mi mochila a un lado.
