Nada volverá a ser lo mismo.

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─Kim

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─Kim... ¿crees que le pase algo a Macao? ─pregunté.

─No ─contestó sin quitar la vista de la carretera─. Seguramente es un simple mareo, tal vez necesita dormir. Enserio no entiendo por qué tanta preocupación por tu parte. Creo que Macao está tratando de llamar tu atención, ya que gusta de ti, maldita sea.

─Estás mal de la cabeza ─exploté.

─Jamás he conocido a alguien a quien le guste tanto follar, no importa con quién. Por favor, eso está completamente claro.

Los celos de Kim lo han cegado por completo, lo lleva a desconfiar de todo el mundo, incluso de su propio primo. Está enfermo.

Cuando miré a mi alrededor ya estábamos en la entrada del hospital. Kim bajó del auto y abrió la puerta de Macao.

─¡Hey! Necesito ayuda ─le grité a unas enfermeras que se encontraban cerca, ellas vinieron inmediatamente.

Ellas tomaron a Macao y se lo llevaron en una camilla. Me quedé observando horrorizado, no quería que nada malo le pasara, era mi mejor amigo.

─Vamos, Porchay ─Kim pasó su mano por mi espalda y me guió dentro del hospital.

─Kim, estoy asustado ─confesé.

─Yo también lo estoy.

Paré de caminar y le miré a los ojos, ¿lo decía enserio?

─¿Lo estás? ─pregunté.

─Sí, si le llegara a pasar algo sin duda me culparían a mí primero, no quiero más problemas.

Negué y miré hacia otro lugar.

─Tranquilo, Porchay ─tomó mi barbilla y le miré a los ojos─. Todo va a estar bien. Yo lo sé.

─¿Lo prometes? ─pregunté. Me dolía ver a Macao en ese estado, no quería que le pasase algo malo.

─Lo prometo.

Sonreí con tristeza. Caminé hacia las sillas de espera y me senté en una de ellas, Kim hizo lo mismo. Esperaba que no hubiese discusiones por un momento, necesitaba estar tranquilo. Recosté mi cabeza en el hombro de Kim y cerré los ojos.

Unos minutos después volví a abrir los ojos escuchando los llamados de Kim, su mano me tocaba suavemente el hombro. Miré hacia arriba y le vi mirándome. Tenía la cabeza apoyada en su regazo, observé su rostro tan perfecto como siempre...

─Macao ─pronuncié el nombre al instante en el que su imagen vino a mi cabeza.

─Está bien. Podrá irse para la casa hoy mismo ─acarició mi cabello. Había extrañado sus caricias. Alguna parte de mí comenzaba a ceder, pero tenía que controlarlo, no podía regresar con él─. Al parecer consumió una sustancia la cual hizo que perdiera la razón. Los médicos no se explican cómo fue que llegó a la casa ─explicó Kim.

𝐌𝐢 𝐞𝐱-𝐧𝐨𝐯𝐢𝐨 𝐩𝐨𝐬𝐞𝐬𝐢𝐯𝐨 |𝐊𝐢𝐦𝐂𝐡𝐚𝐲|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora