Vergonzosas conversaciones.

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─Te quiero, Kim ─gemí ante su toque

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─Te quiero, Kim ─gemí ante su toque.

─Bien ─de repente se levantó y me sentí vacío─. Vamos ─se acercó a la puerta y la abrió.

─Porchay ─sonrió de pie en la puerta ─Mi hermano nos llamó, ¿lo recuerdas o quieres algo más? ─preguntó con los ojos brillantes.

Lo miré y gruñí, él se rió. Me levanté y le seguí, tirando puñaladas con la mirada en su espalda. De repente dejó de caminar, se giró capturando mi muñeca.

─No te preocupes, yo también te quiero ─susurró acariciando mi mejilla.

Entrecerré los ojos y me empujé hacia atrás, no iba a quedar humillado por él. Kim rió y siguió su camino hacia la cocina.

─Cariño, ¿me pasas la salsa? ─Kim sonrió.

Lo miré y luego cogí la pequeña bandeja que traía una gran variedad de salsas.

─Aquí tienes ─espeté.

Vi una sonrisa ante mis acciones.

─¿Qué pasó? ─murmuró Macao, me dio un codazo y le di una mirada puntiaguda a Kim, que estaba ocupado sonriendo para sí mismo.

Parecía como si acabara de ganar la lotería. Negué, no quería avergonzarme de mí mismo.

─Nada.

─Júralo ─se burló provocando que su hermano volteara desde donde estaba sentado─. Lo siento.

─¿Dónde están tus modales, Macao? Tenemos invitados, contrólate un poco, deberías..

Sentí un fuerte golpe en mi pierna, miré hacia abajo y vi el pie de Kim empujando mi pierna.

─Basta ─susurré alejando su pierna.

─¿Por qué? No parecía molestarte cuando te estaba tocando allá arriba ─se rió para sus adentros sin mirarme.

Me sonrojé y traté de ignorarlo, volví a mi plato. Otro golpe.

─Para ─susurré empujando su pierna.

Lo miré, pero estaba demasiado ocupado fingiendo estar interesado en los dos hombres que discutían sobre quién era más gordo en la televisión. Fruncí el ceño, metí un trozo de comida en mi boca y luego sentí que me tocaba otra vez.

Le fulminé con la mirada.

─Deja de violarme con los ojos, Porchay ─su voz era baja, pero todo el mundo escuchó.

Lo miré fijamente en shock, dijo aquello delante de nuestros hermanos, todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo.

Porsche y Kinn dejaron de tocarse las manos, Tankhun dejó de hablar también y Vegas simplemente rió. Teníamos todos los ojos hacia nosotros.

─Kim, discúlpate. Nunca debes hablar así a un invitado, pídele disculpas ─intervino Khun.

─¿Por qué? ─se encogió de hombros─. Es la verdad.

Antes de que Khun pudiera decir algo, Vegas habló.

─Por Dios, entre ustedes hay una gran tensión sexual, ¿puedes sentirla, Porsche? ─le preguntó a mi hermano.

Abrí la boca en shock y me volví con enojo. Mi hermano asintió con la cabeza y lo honré con una mirada furiosa, se encogió de hombros.

─¿Qué? Es la verdad. No importa lo incómodo que sea la situación ─Kinn frunció el ceño.

─En mi casa no, la casa de Porsche está mejor preparada para sus necesidades ─sonrió mirando a Kim.

Sus ojos estaban oscuros y traviesos, me guiñó un ojo. Abrí la boca con horror y oí la profunda risa de Kim.

─¿Qué? No, es mejor tu casa. Tienes camas mejores ─respondió Porsche por experiencia.

─No vamos a necesitar una cama ─sonrió Kim.

Giré la cabeza hacia él, mirándole para que se callara de una vez. Nunca había sido tan mortificado.

─No, tu casa es mejor.

─No, la tuya.

─No.

─Sí.

─No.

─Cállense ─miré a Kim con sorpresa─. Lo haremos en las dos casas.

─No, no vamos a hacer nada ─susurré.

─No, Porchay, debes hacerlo, puedo oler tus impulsos desde aquí y no es un olor muy agradable ─respondió Vegas.

Mi hermano frunció la nariz.

─Es verdad.

─¿Qué? Cállate ─miré a Khun para que me
ayudara.

─Sí, por favor, cállense ─los fulminó con la mirada─Lo siento, pequeño.

─No te preocupes.

─Te puedo dar un condón si quieres ─propuso Macao.

─¿Perdón? ─susurró Vegas.

Macao se encogió de hombros.

─¿Qué pasa? van a necesitarlo.

Iba a decir algo para acabar con el tema pero Kim se adelantó.

─No vamos a utilizar condón.

─Cállate. No vamos a hacer nada ─respondí.

─Sí lo haremos.

─No, no lo haremos.

─Sí ─insistió y sonrió arrogantemente─. Te lo prometo.

Lo miré apretando el cuchillo y el tenedor, no podía más.

─Terminé contigo, lo que significa que no quiero nada que tenga que ver contigo.

─Eso no era lo que decías allá arriba ─hizo una mueca.

─Eso fue un error.

─¡Y un carajo! Lo hiciste y no hay nada más que puedas hacer al respecto ─sonrió con un tono tan seguro y arrogante que decidí no hacerle caso el resto de la noche.

¿Quién tenía la suficiente energía para discutir con él?

𝐌𝐢 𝐞𝐱-𝐧𝐨𝐯𝐢𝐨 𝐩𝐨𝐬𝐞𝐬𝐢𝐯𝐨 |𝐊𝐢𝐦𝐂𝐡𝐚𝐲|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora