Estamos todos locos aquí
Los tres, Rumple, Pan y la sombra, observaban a la chica con cautela. Los dos primeros no entendían por qué la tenían en frente y jamás lo supieron, mientras que la sombra sabía perfectamente lo que su ama hacía en la isla, la había acompañado por años suficientes como para comprender su trabajo. El silencio reinaba en el lugar hasta que alguien lo rompió.
—¿Cómo es posible? —inquirió el Oscuro, su mirada no se despegaba de la chica, la miraba sin poder creerlo—. Siempre supe que existía, pero jamás pensé que fueras tú, o que te vieras... —la miró de arriba a abajo analizando cada detalle—, así.
—¿Debo agradecer? —habló con ironía, suspiró, miró a Pan quien contemplaba ahora el suelo, luego miró al Oscuro—. Es hora de irse, Rumple.
—No, no quiero irme, debo saber... — la chica no lo dejó terminar cuando lo desapareció en una nube roja.
Pan la miró a los ojos con el ceño fruncido, él no podía soportar una mentira, quería saberlo todo acerca de ella, se arrepintió de no haber querido escuchar su historia por completo cuando ella misma la estaba relatando a los niños perdidos.
—Me engañaste —soltó con un rostro serio, pero se podían apreciar rastros de decepción en su voz.
—No, en ningún momento te dije algo que no era cierto —confesó adelantándose dos pasos hacia Pan, este le respondió con una sonrisa sarcástica—. Yo jamás tuve la necesidad de mentir... porque jamás tuve miedo de decir la verdad.
—Claro —inició con una pausa sarcástica—, ¿cómo podría olvidar cuando te presentaste y nos contaste tu historia? ¿o cuando nos dijiste que eras la dueña de la isla? Fuiste tan directa —su mirada esmeralda fulminaba a la chica, a Peter Pan no le gustaban los tramposos, o al menos así la consideraba a ella, una tramposa. Aunque pensándolo bien, él se lo había tomado muy a pecho—. ¿o debería decir... majestad? —se burló sin gracia, la chica se mantuvo seria.
Él ya no la miraba.
—Pan —lo llamó acercándose a él hasta tomarlo por los hombros.
—Mjm.
En ningún momento la miró a los ojos. Parecía dramático, pero estaba pensando en qué haría para hacer entender a la chica que no debía desafiarlo... sin morir en el intento, pues aunque su orgullo no lo dejara aceptar, él sabía que ella era poderosa, al menos eso decían.
—Pan —llamó por segunda vez y no obtuvo respuesta—. ¡Peter, respóndeme! —lo sacudió un poco, este la miró con el ceño arrugado.
—¿Que? —respondió frío y seco, su rostro estaba serio.
—Te contaré mi historia si eso hace que dejes de hacer eso y... —no pudo continuar porque le molestaba que no la mirase—. ¡Rayos, mírame!
—Te estoy mirando —se defendió mientras seguía mirándola, mas no a los ojos.
—A los ojos, Peter —se quejó quitando sus manos de los hombros del chico, mientras él luchaba por no caer, pues oír su nombre salir de sus labios hacía que que una corriente recorriera todo su cuerpo. Intentaba, mas no lo logró, la miró a los ojos, miró sus azulados ojos—. Ahora dime, ¿quieres que te cuente o no?
—Si no vas a mentir...
—¡Que no! —se quejó, él sonrió con diversión—. Entonces...
—Bien —aceptó, aunque venía un gran pero, relamió sus labios y continuó—. Pero —agregó sonriendo al ver que la chica rodó los ojos—, me responderás todas mis preguntas —dispuso, ella iba a quejarse, pero él no lo permitió—. De lo contrario no hay trato.
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Ingobernable [Peter Pan] ✓
FanfictionÉl tenía toda una isla a sus pies. Y Ella terminó adueñándose de su mundo. ¿Peter Pan nunca falla? Pues esta vez Pan falló, el gran rey de nunca jamás, el cruel villano, se enamoró. Y lo hizo sin conocerla del todo, pues, aquella joven no era quien...