Capítulo doce (II)

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Y la reina elevó al rey.









Narrador omnisciente

El portal los dejó justo enfrente de una cueva de gran tamaño.

—¿La rueca está ahí dentro? —Emma Swan fue la primera en ponerse de pie. Hazel asintió antes de ponerse de pie a su lado—. ¿Cómo? ¿Por qué?

—Yo la escondí ahí dentro —el Oscuro buscaba algo a un costado de la cueva que se veía muy oscura—. No sabía por qué lo había hecho si era solo una simple rueca que mantuve en mi castillo por mucho tiempo con la que hilaba oro.

—No es una simple rueca si puedes hilar oro con ella —Regina quiso ayudarlo en su búsqueda.

—Yo creía que era mágica gracias a mí —miró a la chica de ojos azules como cuando descubres algo que siempre estuvo frente a tus narices. Finalmente logró quitar una pequeña roca que estaba incrustada en las otras más grandes, haciendo que el fuego se encendiera en las antorchas dentro de la cueva—. Ya me estaba costando.

—Sigue muy oscuro —la rubia de ojos verdes se quedó en la entrada de la cueva, su hermana la dió un empujón—. ¡Cheshire!

—Ay, no llores —rodó los ojos con diversión.

—Ustedes tienen una tarea —Hazel apareció detrás de sus hijos haciéndoles dar un pequeño salto de susto.

Robin y Rapunzel asintieron firmes. Cheshire le rogó con la mirada a la chica de ojos azules, esta negó con una sonrisa ladina. La felina rodó los ojos y siguió a sus hermanos.

—¿Hacia dónde se dirigen ellos? —Pan quiso saber.

Solo estaban los dos afuera. El resto buscaba la rueca dentro de la cueva.

—En busca de un portal que nos llevará a Andrómeda —lo miró a los ojos y luego al suelo—. Allí se realizará el hechizo.

—Nunca me dijiste sobre ese hechizo, ¿de qué se trata? —su voz bajó de tonalidad sonando pasiva y relajada, pero él quería saber y estaba ansioso.

—Cada objeto sirve para algo, solo tengo que unir su poder y entregártelo —habló con la verdad a medias, sus palabras eran ciertas, pero eso no era todo y Pan supo eso al instante.

—La magia tiene un precio, ¿quién lo pagará? —sus ojos esmeraldas analizaban cada movimiento de la chica.

Hazel no supo qué decirle.

Lo pagaría ella. Pero también lo pagaría él.

Ambos pagarían un precio. Aunque solo uno de ellos pagaría el precio de lamentarse por ello el resto de su vida.

Las voces de los héroes salvaron a la Reina de su interrogatorio.

—¿La encontraron? —les preguntó cuando los vió salir haciendo que Pan la mirase con aún más sospecha.

—Aquí está —Rumplestiltskin llegó detrás de su grupo con la reliquia en sus manos.

—Fantástico, Rumpie-Rumpie —aplaudió con un poco de alegría.

El Oscuro le sonrió por aquel apodo, no podía molestarse con ella.

La rueca se esfumó gracias a la magia de la ojiazul.

—¿Y ahora qué? —el Capitán tomó la palabra.

—Esperen unos segundos —la ojiazul observaba un punto fijo en la vegetación esperando algo o alguien.

Ingobernable [Peter Pan] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora