Capítulo diez (II)

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Briella








Narrador omnisciente

Héroes y villanos parecían disfrutar la mañana.

-¿Y cómo era Robin? -preguntó la reina malvada con un tono curioso.

-Era un niño bonito, en ese entonces su cabello era más claro y sus ojos también -le respondió con sus ojos puestos en su hijo, por unos segundos vió la versión pequeña de su hijo sonreírle como años atrás.

-Recuerdo que me cantabas todas las noches -sus palabras la hicieron bajar de las nubes.

-Si, tu canción favorita -agregó tomando la mano de Pan por debajo de la mesa. Él la miró confundido pero con una sonrisa.

-"A las hadas reunirán" era sin duda mi favorita -comentó Robin sumergiendose en los viejos recuerdos de su infancia-. La mejor parte era cuando las hadas aparecían y me llevaban al bosque a jugar.

Hazel sonreía con las palabras de su hija mientras jugaba con la mano de su chico de ojos esmeraldas, al notarlo Pan dejó su taza de té al instante para entregarle su otra mano. Ella le sonrió mientras jugaba con ambas manos, le hacía dibujitos con sus dedos y esto le provocaba cosquillas. Ellos parecían estar en su propio mundo y pocas veces se unían a la conversación.

-Wow espera, fuiste criado por hadas -se expresó con asombro el capitán.

-Mi madre es la mejor de todas.

Al oír su nombre la ojiazul levantó la mirada y le sonrió a su pequeño.

-¿Y qué otra cosa puedes contarnos de tu infancia? -cuestionó con interés Blanca tomando la mano de su esposo quien la miraba con amor.

-Por las noches las sombras me protegían, incluso luego de que mi madre se fuera lo seguían haciendo -hablaba contando con la atención de todos a excepción de dos villanos muy peculiares-. ¿Recuerdas cuando me enseñabas a mezclar las flores silvestres, madre?

La chica elevó su mirada de nuevo encontrándose con los ojos de todos clavados en ella.

-Lo recuerdo muy bien, la mezcla explotó varias veces hasta que aprendiste -carcajeó contagiando al famoso arquero.

-Eres un excelente arquero y sabes hacer pociones, impresionante -alagó la rubia Swan llevándose miradas molestas por parte del capitán y Mills.

-Solo son flores silvestres, Emma -habló restando importancia al comentario de la rubia.

-Flores silvestres, pero las más comunes de Andrómeda, algunas pueden ser peligrosas -comentó la ojiazul como si de algo común y corriente estuviesen hablando.

-¿Hacías pociones con flores silvestres de Andrómeda? -se dirigió a Robin con indignación-. ¿Un arquero lo hizo y yo no, Hazel? ¿Qué es esto?

El hijo de la reina sonrió con orgullo, él tenía ciertos privilegios que ni siquiera el Oscuro podía tener.

-¿Qué te digo, Rumple? Tú no eres mi hijo -le dijo con diversión llevándose una mirada curiosa por parte de Pan.

-De hecho lo sería, ¿no? -Cheshire tomó la iniciativa-. Después de todo estás con su padre.

Pan soltó una risita.

-Eso suena raro -dijo la ojiazul haciendo una mueca.

-No quiero tenerlo de hermano, mamá -habló caprichoso como un niño.

-Ni yo de hijo -le siguió el rey de Nunca Jamás.

-Oigan, estoy aquí -se quejó fingiendo estar ofendido.

Ingobernable [Peter Pan] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora