Capitulo catorce

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Maratón 1/5

Quien toque a la Reina sufrirá la ira del Rey, pero ¿quién dice que la Reina va a caer?












¿Creías que Peter Pan dejaría a Hazel?

—A mi señal —ordenó con autoridad, los niños asintieron, todos los habitantes de la isla estaban dispuestos a rescatarla.

Todos excepto Tinkerbell, el hada estaba en el barco en el cual tenían secuestrada a Hazel.

Pan desapareció en una nube verde, ya lo había planeado, traería de regreso a la chica y al niño. Y en caso de tener oportunidad de salvar a uno solo...

Los niños perdidos esperaban la señal de su líder para atacar, todos estaban escondidos dentro del barco, nadie los notaría gracias a la ayuda de la sombra, quien se encargaría de cualquiera que se acercase a su escondite.

Henry aún dormía, estaba en un camarote de lo más cómodo. Mientras que Hazel se encontraba amarrada al mástil en el centro del barco.

La chica poco a poco comenzó a abrir los ojos y en cuanto lo hizo, vió a quienes estaban frente a ella observandola todos de diferente manera. Mary Margaret y David la miraban con curiosidad y maravilla, el capitán del barco la miraba con picardía, Emma Swan con confusión y el Oscuro con una sonrisa sincera.

—¿Van a seguir observandome o van a preguntar algo? —inquirió con frustración luego de rodar sus azulados ojos. Todos intentaron hablar al mismo tiempo preguntando cosas diferentes que no se les entendía—. Uno por uno —los interrumpió con mirada amenazadora, luego de unos segundos de mirarla sin saber si sentir temor o molestia, todos quisieron ser los primeros, algo que por supuesto no le gustó a la ojiazul—. La de cabello corto primero.

Nieves se sorprendió, pero al mismo tiempo se sintió alagada de ser notada por la ojiazul.

—Bueno... —comenzó con una pausa pensando en lo que iba a preguntar, el resto a excepción de Hazel la observó con molestia—. ¿Estás bien? ¿te duele algo?

—Bueno... —respondió Hazel imitandola con una sonrisa de lado—. A mi me encanta estar amarrada y en el suelo frío y sucio, ¿sabes?

—¿No quieres que...?

—No seas estúpida —intervino Regina Mills entrando a escena por fin—. Quisiera hacer una pregunta.

—No —se negó la chica con una sonrisa inocente mirando a los ojos a la mujer sin ningún problema.

—Tú no me das órdenes —dijo con una sonrisa sarcástica acercándose y agachandose a la altura de la chica que estaba sentada en el suelo.

—Si que puedo, pero habla si quieres, no pienso escucharte —la desafió con una amplia sonrisa, sin temor alguno—. Continúa tú, rubia.

—Escucha, niña, no quieras mostrar valentía, va a costarte caro —amenazó con rabia la reina malvada acercándose peligrosamente a la chica para tomarla del cuello.

—¿A mí o a tí? —interrogó sin una sola pizca de temor para luego agregar algo que sin duda aumentaría la ira de Mills—. Sabes, Henry suele querer mostrar su valentía seguido, por cierto, ¿dónde está?

Regina aumentó la fuerza de su mano. Pan maldijo a la ojiazul por desafiar a la reina malvada.

—¡Basta, Regina! —intervinieron Nieves y Swan tomando a la mujer por los hombros.

—¡Controle esos impulsos, majestad! —intervino esta vez Pan con su característica actitud—. Podrían costarle demasiado.

Mills soltó el cuello de la joven, quien comenzó a toser por aquellos segundos en los que el aire no podía llegar a sus pulmones.

Ingobernable [Peter Pan] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora