Especial Navidad #4

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Un pequeño susto

Peter Pan

La tarde se había puesto un poco calurosa en la isla, y a Hazel se le ocurrió la genial idea de ir a nadar a la laguna de las sirenas. Genial idea, nótese el sarcasmo. Detendrían sus tareas solo para nadar. Esperaba que Hazel me tuviera una linda recompensa por ello.

-¡Llegué! -gritó uno de los niños a lo lejos.

-¡No vale! ¡Te adelantaste! -le gritó otro.

Cuando ya todos habíamos llegado, los niños decidieron saltar al agua. Les divertía salpicarse agua unos a otros.

Hazel se encontraba a mi lado observando cómo los niños se divertían.

-Sonríe -me miró con ojitos suplicantes, me ví obligado a sonreírle-. Mucho mejor.

-¿No vienes? -Joe le salpicó agua a Hazel y la miró suplicante casi tan convincente como la mirada de Hazel.

-No... Joe -hablaba no muy convencida.

-Fue tu idea -defendí al pequeño.

-¡Oye! ¿De qué lado estás? -llevó sus manos a su cintura.

Yo solo elevé mis manos demostrando inocencia. Falsa inocencia.

Lo cierto era que estábamos en la orilla y no me costaba nada empujarla. Pero alguien se me adelantó, Jack tomó el brazo de Hazel arrastrándola hacia la laguna.

-¡No, no ,no! -se negaba a tocar el agua, pero era tarde, Jack y los niños ya habían logrado meterla en el agua.

Los niños salieron ya bien frescos.

Comencé a reír tomando por sorpresa a los niños, quienes también se unieron segundos después.

Ya todos habían salido... excepto Hazel.

Poco a poco nuestras risas y carcajadas cesaron. Al no verla salir comenzamos a preocuparnos.

-¿Hazel? -preguntó a la nada uno de los niños.

-Pan... -Joe quiso que le diese una respuesta.

-¿Por qué no sale? -Jack me miró inquisitivo.

Al no recibir respuesta de mi parte los niños saltaron de nuevo a la laguna para buscarla sin importarles nada más que eso. Cuando iba a hacer lo mismo, una voz en mi cabeza me detuvo.

"No vayas llorar por mí, me estoy divirtiendo"

Pude respirar con tranquilidad. Ella solo estaba jugando.

Los niños salieron a la superficie luego de unos largos segundos, podría decirse entonces unos pocos minutos. Considerando que en Nunca Jamás no corría el tiempo.

-No está -mi mano derecha salió todo empapado.

-No era esa mi intención -se lamentó Jack bajando la mirada.

Todos ellos comenzaron a salir de la laguna cabizbajos.

Ante su drama, comencé a reír.

Ellos me miraban extrañados.

-¿Por qué...?

El movimiento del agua detuvo sus palabras.

Hazel emergió del agua convertida en sirena. Su cola de sirena era entre blanca y plateada. Su pecho estaba cubierto por joyas extrañas y únicas.

-¡Hazel! -gritaron todos al mismo tiempo con sonrisas en sus rostros.

-Eso no fue lindo -se quejó el travieso de Jack cruzando sus brazos.

-Lo sé, ya regresen al campamento -ordenó y como si para obedecerla hubieran nacido, los niños perdidos emprendieron camino al campamento.

-Te queda bien -me adentré a la laguna-. Si sabes que me preocupaste, ¿verdad?

-Lo sé y lo siento -me atrajo hacia ella.

-Espero que te disculpes muy bien -le eché una última mirada a su cuerpo antes de besarla.

Ingobernable [Peter Pan] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora