Capitulo diecinueve

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La sensación de su respiración cerca de la suya jamás la olvidaría.










Narrador omnisciente

Ya adentrándose al pueblo, el grupo apreciaba el paisaje frente suyo.

—¿Este es el inframundo? —cuestionó el Capitán recibiendo miradas irónicas, era más que obvio.

El cielo rojo carmesí, el pueblo casi desierto, la esencia de almas desgraciadas, la presencia de magia oscura. En aquel mundo situado debajo de este se podían encontrar a los peores villanos que hayan existido, eso incluye al temido Peter Pan.

—Entonces, ¿qué hacemos? —preguntó la rubia Swan cambiando el tema del Capitán Jones.

—No lo sé, no es mi problema —se quejó con una gran mala actitud la reina malvada.

—No empieces —se quejó el Oscuro iniciando una discusión con el resto a excepción de Hazel quien los veía con cara de "¿en serio?".

—Solo les diré una cosa —inició llevándose la atención del grupo al que claramente ella no pertenecía—. Encuentren a Peter y eso será todo —demandó cansada de sus quejas que no los llevaban a ningún lado—. Mientras más rápido lo encuentren más rápido nos iremos de aquí, lejos de personas que posiblemente los hagan trizas sin que se den cuenta.

Las quejas cesaron, la ojiazul guiaba el grupo, ella iba adelante, y el resto sólo la seguía sin saber hacia donde se dirigía hasta que uno decidió preguntar a medio camino.

—¿Hacia donde exactamente vamos? —interrogó Mary Margaret con una voz pasiva incapaz de sacar a la líder de sus casillas a menos que sea por exceso de bondad.

—A la tienda de Rumpie Rumpie —dijo con cierta diversión y una gran sonrisa se formó en su rostro cuando el aludido puso los ojos en blanco demostrando que ese apodo no le agradaba para nada.

El camino a la tienda que ellos creían que le pertenecía a Gold era bastante silencioso pues el grupo observaba el pueblo desierto y a unas cuantas personas con miradas terroríficas de vez en cuando, todos excepto Hazel quien rogaba que el camino se hiciera más corto para poder llegar hacia él lo más rápido posible.

Ella podría usar magia, sí, pero Hades lo sabría, después de todo él se encargaba de este mundo.

Cuando sus ojos azules pudieron apreciar lo que estaban buscando, Hazel caminó más rápido, el grupo la seguía sin tener más opciones pues temian ser degollados o tal vez maldecidos, incluso la reina malvada.

La chica se detuvo frente a la puerta.

—¿Y vas a entrar? —preguntó una impaciente Regina haciendo que la ojiazul pusiera sus ojos en blanco al escucharla.

"Un día de estos, mi hijo se quedará sin futura esposa" pensó la bella pero poderosa chica.

Hazel abrió la puerta con suma lentitud hasta que la campana sonó. El grupo se adentró a la tienda detrás de ella.

No había ni una sola persona en el lugar, además de ellos, claro. Ni siquiera se sentía la presencia de alguien poderoso como la persona a la que ella buscaba.

El Capitán se adelantó y junto a Swan comenzaron a observar los objetos.

La pareja icónica de Blancanieves y el príncipe encantador le dieron a la ojiazul una mirada de empatía y se adentraron a la tienda dispuestos a hallar al peor villano de todos los tiempos.

Ingobernable [Peter Pan] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora