¿Una princesa indefensa?
Narrador omnisciente
Pan se había despertado muy temprano, el sueño no quiso acompañarlo mucho tiempo.
Voló hacia el campamento y se acercó hacia donde dormía Hazel. Le sorprendió verla allí, se preguntaba quién la habría ayudado a subir, las chicas oara él eran inútiles y no se arriesgarían a ensuciar sus ropas. Se acercó a su rostro delicado, su piel se veía suave y bien cuidada. No parecía ser una muchacha común del Bosque Encantado, él creía que debía ser alguien importante.
Se alejó un poco y sonrió por lo que estaba a punto de hacer.
—¡De pie todos! —ordenó con voz fuerte, de seguro toda la isla lo había escuchado.
Al instante los chicos se levantaron y comenzaron a levantar sus cosas. Pan se aceró a la niña —porque comparada con él lo parecía— y la observó esperando a que sintiese su mirada en ella y abriese sus ojos, pero solo se giró. Voló hacia donde miraba su rostro y comenzó a mover sus parpados. Entonces cuando abrió los ojos pudo observar unos profundos orbes azules que se encontraban inspeccionándolo.
—Me está poniendo incómodo tu mirada sobre mí.
Hazel pestañeó con rapidez como si esperara que fuera un sueño, y se sentó.
—¿Qué quieres? Acaba de salir el sol —su tono era somnoliento, talló sus ojos y luego de un bostezo volvió a hablar con un poco de molestia en su voz—. ¿Puedes dejar de ignorar mis quejas?
—Es divertido —admitió con una sonrisa maliciosa y luego bajó al suelo a hacer lo que mejor sabía hacer, dar órdenes—. ¡Félix, lleva cinco chicos contigo y traigan el desayuno!
Su mano derecha obedeció. Se giró a ver si la dama necesitaba ayuda para bajar y se sorprendió al verla hablando con uno de los más pequeños.
—Veo que ya te ayudaron a bajar —se acercó hacia donde se encontraba Hazel, y ella solo se limitó a elevar ambas cejas.
—Ella bajó sola —intervino un niño.
—Tú —señaló al niño—. Ve y avísale al resto que luego del desayuno hay entrenamiento.
De inmediato fué con el resto de los chicos a informar sobre la nueva orden de su líder.
—¿Solo sabes dar órdenes? —y sorprendentemente la extraña visitante habló.
—Así que bajaste sola, jamás creí que una dama se comportase como un niño —alzó una ceja.
—¿Cómo haces eso? —cuestionó curiosa mientras intentaba copiar su acción—. Es difícil.
Pan sonrió al ver lo graciosa que se veía intentando elevar un sola ceja.
—Es un talento único —bromeó.
—Dije que era difícil, no imposible, y mucho menos un talento único.
—Comienzo a pensar que sólo puedes hablar si vas a insultar o atacar a alguien con tus palabras —cruzó sus brazos y le sonrió con suficiencia.
—¿Te sientes atacado por mí? —intentó lucir indignada, pero al instante su semblante cambió por uno sarcástico—. No me imagino como será cuando lo haga en serio.
«Esta chica me recuerda a alguien, pero no sé a quién.»
Su vista se detuvo en su collar de hilo negro, que antes se encontraba oculto en su vestido, tenía un dije muy peculiar, una flauta como la que tocaba cada noche, pero tenía un color plateado brillante, juraría que es plata.
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Ingobernable [Peter Pan] ✓
Fiksi PenggemarÉl tenía toda una isla a sus pies. Y Ella terminó adueñándose de su mundo. ¿Peter Pan nunca falla? Pues esta vez Pan falló, el gran rey de nunca jamás, el cruel villano, se enamoró. Y lo hizo sin conocerla del todo, pues, aquella joven no era quien...