Capitulo cuatro (II)

4.5K 287 66
                                    

Significas mucho para ella





Los ojos esmeraldas de Pan se abrían poco a poco e intentaban enfocar y reconocer el lugar en el que estaban. Se sentó en el suave césped en el que anteriormente estaba acostado y exploró con su mirada el ambiente. Reconoció un verde bosque repleto de vegetación, pero sabía que no era Nunca Jamás. Estaba despejado, y podía notar que estaba atardeciendo por el tono anaranjado del firmamento.

En ese momento, la mirada del flautista buscó apresuradamente a una peculiar joven de cabellos negros y largos, y unos profundos ojos azules. Al no encontrarla se puso de pie dispuesto buscar por todo el bosque de ser necesario. Miró de un lado al otro ignorando al grupo de héroes inconscientes en el suelo. Su mirada se relajó cuando de detrás de un árbol salió la chica que tan angustiado lo tenía.

-¿Preocupado? -le preguntó con una sonrisa de lado mientras se acercaba a él esquivando los cuerpos tirados en el suelo.

Él soltó una pequeña risita sin negar ni afirmar nada.

-El portal no fue muy cortés esta vez -le dijo con una sonrisa burlona, tomó las mejillas de la chica entre sus manos de manera delicada-. ¿Desde cuándo estás despierta primero que yo?

Ambos sonrieron recordando sus momentos en la isla. Aquellos en los que casi siempre él terminaba arruinando el sueño profundo de ella.

-Ya te estabas tardando -le dijo en susurros apreciando sus ojos que reflejaban la pura naturaleza-. ¿Te sientes débil?

-Jamás -contestó con su orgullo en la cima.

Hazel sonrió ante tal infantil acción, tomó las manos del chico y de manera discreta le dio una mini recarga de magia sin que él pudiera notarlo. Lastimar el orgullo de Pan sería un error.

-Como digas -dijo tratando de esconder una sonrisa.

-Hay que despertarlos, pronto caerá la noche -indicó dejándole un casto beso en la mejilla de la chica.

Ella asintió y sonrió maliciosa.

-Será mejor que te alejes un poquito -le aconsejó sin dejara atrás su sonrisa, él retrocedió unos pasos.

La chica abrió las palmas de sus manos sin moverlas de sus costados, conforme estas se iban cerrando, se hacía cada vez más fuerte las ráfagas de viento que estaba ocasionando. Y en un momento, las palmas quedaron totalmente cerradas, y un estruendo se oyó por todo el bosque. Los ojos de cada integrante del grupo de héroes se abrieron como si fuesen a salirse, los hombres se pusieron de pie al instante y se apresuraron a levantar a las mujeres, a excepción de Regina quien se incorporó por su cuenta.

La carcajada de Pan hizo que las aves que recién habían regresado a los árboles volviesen a volar espantadas. Hazel se unió al chico.

-No saben cuánto desearía pintar sus rostros de hace un momento -dijo entre carcajadas poniendo sus manos en su estómago si parar de reír.

Nieves y David sonrieron forzadamente. Regina miró sarcástica a la pareja de villanos. Gold se guardó sus quejas y se sacudió su ropa. Emma y Killian se miraron entre sí y rodaron sus ojos al mismo tiempo.

-Infantil -se quejó Regina dispuesta a caminar en cualquier dirección.

-No sean aburridos -se burlaron ambos chicos, pese a ser los mayores se veían como los menores. Hazel detuvo la caminata de Regina con su magia-. No quieres ir por allí.

-Caerá la noche y seguimos aquí -la defendió Swan como rara vez sucede.

-Usaremos magia -agregó Mills con intenciones de demostrar que podía defenderse por sí sola.

Ingobernable [Peter Pan] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora