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- Bien. - Eddie se preparó, dando pequeños saltos. Al estar listo, miró directamente a los ojos de Steve. - Ya estoy.

Harrington se cruzó de brazos, esperando que el otro hablase, demostrando si ha aprendido o no de las pequeñas clases recién dadas.

- Buenos días, señorita. - Empezó hablando Munson, con una sonrisa. - ¿Puedo besarte la mano?

- Eres demasiado directo, Ozzy.

- ¡Agh, no lo sé! - Eddie tironeó de su cabello, estresado. - Tampoco es fácil coquetear con Steve Harrington.

- ¿Quieres practicar con alguna chica ahora?

Sus miradas se conectaron.

- Me parece una buena idea, pero no me abandones o puedo cagarla. - Steve abrió camino de vuelta a las multitudes, seguido por el pelilargo.

- Antes que nada, ten siempre una bebida en mano, finge que te diviertes y que eres amigable.

Steve se dirigió a la mesa, sacando dos vasos y echando ponche con un cucharon. Al estar llenos, tendió uno a Eddie, quien lo recibió.

- Bien, busca alguna que te guste y me dices.

- Va.

Harrington tomaba apoyado de la pared, mirando a la gente divertirse, bailando, cantando y saltando. Fuera el ambiente estaba repleto de juegos al aire libre.

Eddie pasaba su mirada por todas las personas presentes, cayendo en una chica a lo lejos sentada en la escalera.

Lo que llamó su atención fue que estaba sola, contemplando a los demás. Se paró frente a Steve.

- Listo. - Sonrió.

- ¿Quién es la desafortunada?

- La de ahí. - La apuntó con un dedo notoriamente, Steve le agarró fuerte la mano y la bajó.

- ¿Nunca te han dicho que apuntar es de mala educación? - Murmuró.

Eddie volteó su cabeza, encontrando a Steve a centímetros de su rostro. Se alejó rápidamente.

- Bueno, profesor, ¿qué hago?

- Pues saludarla.

- Oh, no se me había ocurrido. - Usó sarcasmo en su tono.

- Acércate, te sientas a su lado, la saludas y trata de parecer... un buen tipo.

- Muy bien. - Eddie palmeó el hombro del otro, antes de caminar directo a la chica.

Al estar frente a ella, la chica lo miró. Munson se sentó en un escalón más abajo.

- Hola. - Saludó, sin mirarla.

- Hola.

- ¿Estás aburrida?

- Un poco, no soy de las personas que bailan u se emborrachan en fiestas.

- ¿Eres de las que se quedan en casa leyendo? - Empleó bromista, pero se arrepintió al instante. - Eso está genial, yo también lo hago. - Mintió.

La chica no contestó.

- Es una fiesta de mierda, ¿no crees?

- ¿Por qué lo dices?

- ¿Ves esos cuadros? - Apuntó con el dedo, recordando la regañada de Steve. La chica asintió levemente, ambos mirando al cuadro que colgaba elegantemente. - El precio de uno puede alimentar a cien familias.

- Bueno, es bonito.

- Cien familias. - Volvió a decir, marcando sus palabras.

La contraria apretó sus labios y miró curiosa a Eddie.

- ¿Tienes problemas con la gente rica?

- No, no, claro que no. - Negó acompañado de sus manos. - Pero la mayoría parecen tener un agujero en la cabeza.

- Vaya. - Desviaron sus miradas, Eddie se rascó la nuca.

De pronto un chico rubio se acercó a la chica, interrumpiendo el ambiente incómodo.

- ¡Hannah! Al fin te encuentro. - El chico al percatarse de la existencia del pelilargo, alzó las cejas. - Hola.

- Hola.

Seguía mirándole.

- ¿Por qué me miras tanto? - Preguntó Eddie, parándose. - ¿Nos conocemos?

- Hombre, no lo sé, estás en mi casa.

- Oh. Yo... tengo memoria a corto plazo, estoy siendo tratado por ello. Bueno, me voy, simplemente hablaba con tu...

- Hermana.

Vaya, ahora comprendia algunas cosas.

- Hermana, sí, tu hermana, adiós par de hermanos ricachones. Con respeto, claro, me caen bien. - Se despidió caminando hacia atrás.

Al salir de aquella situación, buscó con la mirada a Steve. Lo encontró alegre hablando con otra chica.

Se acercó a ambos, no le importaba interrumpir.

- Steve. - Lo nombró, captando su atención. - Salió todo increíble, no saldré de casa los próximos dos meses.

- ¿Tan mal estuvo?

- Insulté la casa y era la dueña.

Harrington no contuvo la risa, contagiando a su compañera. Eddie se rió por compromiso.

- Por cierto Robin, él es Ozzy. Henderson me lo dejó a cargo.

Robin le sonrió a Eddie, estrechando las manos.

- Soy Robin, amiga de Steve.

Munson se limitó a acercarse despacio a la oreja de la chica.

- Realmente me llamo Eddie, pero no le digas a este idiota. - Susurró. Robin asintió sonriente.

Al separarse, Steve portaba una mirada confundida y curiosa.

- ¿Qué cuchicheaban?

- Ozzy sólo me decía que quería más ponche. Iré a buscar, ¿Quieres más? - Steve negó con la cabeza, y la chica desapareció al meterse en el cumulo de gente.

Ambos chicos se quedaron mirando, sin saber qué decir. Eddie fue el primero en hablar, teniendo que gritar por el subidón de la música.

- ¡Odio admitirlo, pero creo que necesito tu ayuda! - Gritó, pero Steve no lograba escucharlo, hizo señas de que no había entendido nada, y que lo repitiera. - Dije, ¡Debes ayudarme!

La gente comenzó a bailar y gritar, convirtiendo todo en un gran caos. Eddie tomó al otro de la camiseta y jaló hacia él.

- ¡Necesito tu ayuda! - Gritó en su oido, Steve lo empujó, tapándose la oreja. Hizo señas para salir de ahí, y ambos salieron fuera.

El viento frío les pegó de frente. En las afueras habían personas de todo tipo y haciendo actividades diferentes la una de la otra. Eddie metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

- Está bien. Me estás dando pena. - Declaró Steve, mirando a los ojos al otro. - Voy a ayudarte, pero tienes una forma de socializar muy rara.

- Gracias.

- Nada de gracias, lo hago por pasar química.

- Gracias. - Repitió, como un robot.

- Bien Ozzy, no creo que esta noche consigas algo, si te soy sincero. - Eddie no protestó, puesto que tenía razón. - Podemos juntarnos los próximos días, y trabajar en tu... - Buscó las palabras correctas, haciendo una mueca. - "Percepción del amor".

- Pero yo sé lo que es el amor.

- ¿Sí?

Silencio.

Eddie nunca se había enamorado, por ende no sabía cómo se sentía más allá de lo que hacían ver las películas.

Tendría que vivirlo para poder entenderlo, ¿no?

- Mierda, me haces parecer como un fracasado.

Steve se calló la boca, aguantando las miles de bromas que podía soltar en ese momento.

- Pero está bien. Hagámoslo.

Kiss Me, Liar [STEDDIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora