025

974 195 154
                                    

Steve cerró los libros y los dejó en fila, uno sobre el otro. Eddie miraba cómo las manos del contrario se movían ordenando. Los lápices fueron guardados.

- Podemos seguir otro día con el trabajo. - Dijo Steve, agarrando la fila de libros. - Voy a dejar esto.

- Espera. - Munson saltó, teniendo los pies en el suelo. Agarró la mitad de libros que el otro llevaba y se los quedó. - Vamos.

- Puedo encargarme yo solo de eso. - Protestaba Harrington, caminando a la puerta y abriéndola.

- ¿Y si te caes de la escalera y te rompes el cuello? - Bromeó.

- Eso te gustaría.

- No soy tan sádico, Harrington.

- Pues trata de aparentarlo.

Ambos sonrieron, bajando las escaleras. Los libros que llevaban eran pocos, ya que se habían dividido en dos personas.

Llegaron al librero, Steve comenzó a ordenarlos y Eddie se quedó parado, dando cada libro al otro.

Al terminar, Steve miró por el ventanal.

Y fue entonces que Eddie miró hacía el jardín trasero, abriendo la boca sorprendido y pegando su rostro a la ventana.

- ¡¿Tienes una puta piscina?! - Gritó, el castaño asintió con la cabeza. - Oh Dios, quiero vivir aquí.

El pelilargo intentó salir, pero la mano del otro puesta en su brazo lo frenó.

- No se ha limpiado, los días aún no son tan bonitos.

- Da igual.

- No, Eddie. - Steve cerró la puerta levemente abierta, dejando su mano sobre ella. - Vamos, debes prepararte para tu cita.

Harrington esperó a que el otro devolviese los pasos, y caminó detrás de él.

- Un día voy a venir sólo a tirarme en esa piscina. - Decía mientras subía las escaleras.

- Genial, tendría una excusa para llamar a la policia.

- Te encantaría, ¿no es así?

Al entrar en la habitación, Eddie se tiró sobre la cama.

- Bien. - Comenzó diciendo Steve.

- Bien. - Le siguió Eddie.

- ¿Qué vas a decirle cuando la veas?

- Uhmmm... - La mirada de Munson estaba puesta en el techo, pensando. - Hola, ¿conoces Black Sabbath?

- ¿Estás hablando en serio?

- Claro, si no los conoce puedo sacar plática de ellos.

- ¿Y si los conoce?

- Me caso con ella.

Harrington lo quedó mirando, su mirada no era correspondida, por ende, paseó nuevamente por la chaqueta puesta.

Él no sabía mucho de esa banda.

- Debes comenzar diciendo lo bien que se ve o que estabas impaciente por verla.

- Pero... - Eddie frunció el ceño. - Eso no es cierto.

- ¿Cómo que no?

- No lo sé, suena muy falso para mí. No es mi estilo.

- Tú recurriste a mí por consejos.

- Dustin me obligó.

- Yo recuerdo que después recurriste a mí, y solo.

Se miraron.

Kiss Me, Liar [STEDDIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora