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Steve buscaba a Eddie por los pasillos.

Se había quedado terminando un trabajo en el receso, ocupando todo su tiempo ahí.

Realmente no pensó que sería para armar dramas o futuras discusiones, pero una vez que saludó a Munson en el término de clases, éste le levantó el dedo de en medio, rozando su nariz.

- ¿Qué pasó? - Se dignó a preguntar.

- Mi tiempo es preciado, rey de Hawkins.

- ¿Es porque no llegué? 

- Sí, bueno, da igual.

Steve quedó mirándolo, el cabello de Eddie parecía haber luchado fuerte y agresivamente con el viento. Ignoraba por completo al chico, sin dedicarle una mirada o pizca de atención.

- ¿Tengo que disculparme?

Estaba entretenido reorganizando su casillero.

- Munson, no pensé que te enojarías por eso. Fueron sólo... uh, veinte minutos.

Eddie cerró de un manotazo la puerta del casillero, mirando al otro.

- Treinta minutos, Harrington. Treinta.

Le dió la espalda, yendo al comedor de la escuela. El más alto caminaba detrás, siguiendo sus pasos, agarrando su mochila sobre su hombro.

Al entrar por las grandes puertas, hicieron fila.

- Uh... - Steve no sabía qué decir, observando más de lo debido la expresión del contrario. - Perdón, Munson.

El nombrado finalmente dejó caer su atención sobre la confundida mirada del castaño.

- No te escuché, repítelo.

- Vete a la mierda.

- ¡Repítelo!

- No, no volveré a decirlo.

Eddie seguía insistiendo, sacando risas y compartiéndolas, bueno, ambos hscian reír al otro. Avanzaban en la fila, sin ser conscientes de las personas que caminaban hacia ellos.

- Steve. - El llamado hizo separar al par de chicos, quienes miraron al grupo. - Almorzaremos juntos. El equipo almorzará junto.

Jason.

Jason seguido de todos los demás, hasta Miller.

- Vaya, el equipo del rubiecito oxigenado y sus perritos falderos. - Se burló Eddie, sonriendo. Steve contuvo la risa ante el sobrenombre.

- Nadie te ha echado ficha, Manson.

- Manson. - Repitió Eddie a lo bajo, riéndose.

- Vamos, amigo. - El brazo de Miller cayó en los hombros de Steve, abrazándolo.

El castaño miró una última vez a Eddie, pidiendo perdón con la mirada, éste cruzó sus brazos, mirando a Jason.

-Deberías dejar de comportarte como una perra, Jason.

Silencio.

Algunos chicos que rodeaban al grupo quedaron boquiabiertos. La rivalidad de ambos no pasaba desapercibida, pero sin lugar a dudas, llamar "perra" al líder del equipo de baloncesto en frente de docenas de personas, era impresionante.

Harrington se soltó del agarre de su amigo, estanto atento a si surgía alguna pelea.

Nadie dijo nada, esperando la respuesta del rubio.

- Hola amor. - Chrissy había llegado, besando la mejilla de su pareja. - ¿Qué pasa?

Nuevamente, todos guardaron silencio.

Jason apretaba los dientes en dirección a Eddie.

Y la fila avanzó, llevándose al pelilargo con una mirada burlona. Steve se quedó en su lugar, esperando a que los demás desaparecieran.

Chrissy se había ido con ellos.

- ¿Decidiste unirte a mi bando, Harrington? - Preguntó Munson, sonriendo de lado. Steve correspondió la sonrisa y dejó caer su brazo sobre los hombros del contrario.

- Quien pudiera responder así a ese engreído. - Dijo, sin soltar al otro.

El corazón de Eddie latía fuerte y rápido. Los dedos clavados en su hombro derecho desprendían descargas en su cuerpo. Se sentía avergonzado, de alguna manera.

Harrington lo miraba de reojo, el silencio era demasiado largo.

Y los silencios eran extraños cuando estabas con Eddie Munson.

Steve se separó, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.

- Bueno, es mejor que vaya con ellos ahora. - Murmuró, rascándose la nuca, Eddie apretó los labios, alzando la mirada.

- Eh, sí, sí, anda. - Ambos asintieron con la cabeza.

- Después nos vemos para entregarte tu chaqueta. - Decía Steve a medida que se alejaba.

Y se dió vuelta.

Eddie notó como Steve intercambiaba unas palabras alegres con las cocineras, y segundos después, le dieron una bandeja.

- Malditos deportistas. - Se quejó Eddie, frunciendo el ceño.

Cuando ya tenía su comida en mano, buscó la mesa que siempre ocupaba con su grupo. Y ahí estaba Jeff, Mike y Will sentados.

Divisó con la mirada a Steve, sentado junto a los otros idiotas. Se reía.

¿Podía reírse con ellos?

Esos tipos eran de lo peor.

Se sentó en la cabecilla de la mesa, dejando caer su bandeja y provocando un ruido resonante. Mike le sonrió.

- ¡Eddie! - Saludó.

- Hola, chicos.

- ¿Hoy jugamos? - Preguntó Will, Munson asintió despacio, llevando una cuchara a su boca.

- Pero menos tiempo, mañana será más largo. - Completó Jeff.

Pronto llegaron los demás, Dustin palmeó la espalda de su amigo, sacándole una sonrisa.

- ¿Dónde te habías metido? No te he visto.

- Estudiando, no sé si conozcas eso, Eddie.

- Hombre, lamentablemente.

El almuerzo estuvo lleno de bromas, risas e insultos a los idiotas que se metían con ellos. Como por ejemplo, Jason, que últimamente parecía obsesionado con Eddie.

- Es porque Chrissy es tu amiga. - Dijo obvio Gareth. - No soporta que alguien más hombre que él rodee a su chica.

Todos asintieron convencidos, Eddie parecía despreocupado y ajeno del tema.

Robin caminó en frente, yendo directo hasta Steve. Susurró algunas cosas en su oreja y seguido a esto, ambos salieron del comedor.

- Entonces, Eddie...

- Hm.

- ¿Sabes qué hacer en tu cita?

- Estoy en ello.

- Más te vale no cagarla.

- Chicos. - Munson se paró, arreglando su cabello y acomodando su camiseta. - Confíen en esta belleza, la voy a cautivar.

Y sin más, agarró su bandeja vacía y se fue, balanceando su cuerpo en una caminata al ritmo de alguna canción con la que últimamente se haya quedado.

Luego salió golpeando las puertas, sonriendo a todo el mundo.

Camino a ordenar el tablero.

Kiss Me, Liar [STEDDIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora