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Fuera de la escuela, el lugar estaba vacío. Eddie sacó un cigarrillo, tendiendo uno a Steve, éste lo aceptó. Después de encenderlos, el castaño miró al otro, esperando que hablase.

- Tengo una cita, Harrington. - Dijo, soltando el humo en dirección a Steve, sin molestar debido a la distancia entre sus cuerpos.

Steve hizo lo mismo, manteniendo más tiempo en su boca.

- Me alegro. - Dijo, fingiendo una sonrisa. - Bueno, supongo que es tu primera cita.

- ¡Estás en lo correcto! - Eddie elevó la voz, alzando sus brazos. - Y no tengo idea qué tengo que hacer.

- Si quieres ser un caballero llévala a un lugar entretenido. - Sostenía su cigarro entre dos dedos, llevándolo a sus labios al terminar de hablar.

- Mmh...

Eddie se acercó al otro balanceando su cuerpo, estando frente a él. Harrington se paró derecho, sacando altura al otro, que lo miraba divertido.

- ¿Debo besarla en la primera cita? - Preguntó, escondiendo sus manos detrás. Steve frunció el ceño, tirando el humo a un lado.

- Depende. Si ves que todo salió bien, y ella demuestra quererlo, hazlo. Pero te aconsejo que no lo hagas. No en la primera cita.

- Ya veo.

Eddie mantenía su mirada en el otro, sin apartarse. Su cuerpo estaba levemente inclinado hacia Steve, éste retrocedió, apoyando su espalda en la pared pintada con dibujos groseros.

- Es la chica de ayer, con la que entrenaste.

- ¿Uh?

- Con la que saldrás.

- Sip.

- Es linda.

Eddie no dijo nada, se limitó a fumar de su cigarrillo nuevamente. Miró a las piedras del suelo, Steve relamió sus labios.

El pelilargo alzó la mirada, enfrentando a su compañero.

- Es bastante linda. Además, amable. ¿Crees que puede fijarse en alguien como yo?

Harrington hizo una mueca, sin entender al completo esa pregunta.

- Deja decirte algo, Munson. A simple vista se nota que eres un... - Lo señaló con el cigarro a cuerpo completo. - "Bicho raro" - Hizo comillas con sus dedos, sin buscar ofender. - Asi que, si te invitó a salir, es porque ella también debe serlo.

- Y le gusto.

- ¿Tú invitarías a salir a alguien que no te gusta?

La mirada de Eddie decayó en los labios de Steve, concentrándose en sus movimientos al formular palabras. El otro lo notó, hizo señas con su mano frente al otro.

- Tengo tu chaqueta. Está en el auto. - Fue lo dicho, cortando el ambiente amistoso.

Eddie fumó una última vez, manteniendo todo en su boca un par de segundos, Steve ya había tirado su cigarrillo al suelo.

Munson posó sus manos sobre los hombros del más alto, y sin aviso alguno, tiró el humo en el rostro de Steve. Éste cerró los ojos, frunciendo el ceño.

- No hagas eso, idiota. - Se quejó, sacudiendo su mano, Eddie se limitó a reír.

- Vamos a tu auto, Harrington.

Sin más discusiones, Steve miró su reloj de muñeca. Al comprobar la hora, frenó al pelilargo tocándole el brazo.

- Las clases comenzarán en cinco. ¿Nos vemos en el otro receso? - Le preguntó.

- Qué puntual eres. - Murmuró Eddie, bromeando. - Te esperaré acá mismo.

- Bien. Nos vemos.

Tenían clases separadas, como la mayoría de horas en la semana. Eran pocas las clases compartidas.

Ambos entraron en sus respectivas salas, sentándose junto a otras personas, anotando diferentes cosas.

Pero los dos compartían algo.

Y eran los pensamientos intrusivos de la figura del otro. El cómo se veía fumando cada uno, al parecer, sus mentes lo habían retratado.

Claro que, ninguno lo ligaba a nada más allá que amistad y curiosidad.

Inocencia, pureza, nada de eso.

Al terminar la clase, Eddie salió directo hasta fuera, bajando las cortas escaleras y esperando en el lugar al otro.

Pero no llegaba.

Parecer ser que Steve Harrington iba a dejar plantado a Eddie. Vaya idiotez. Tampoco esperaba mucho de él.

Pateó una piedra, molesto.

En el momento en que la piedra chocó con una reja cercana, se escucharon pasos.

No era Steve.

- Hola Eddie. - Saludó Robin. - ¿Qué haces acá?

- Nada. ¿Y tú? - Metió sus manos en el bolsillo.

- Me estaba yendo pero te ví acá, con esa cara de estar enojado con la vida y querer patear a cualquiera que se te atreviese. - La chica mostró las palmas de sus manos. - No es una invitación, me tocas y te corto las bolas.

Munson sólo soltó una risa, rascándose la nuca, mirando a la otra.

- ¿Te estabas yendo?

- No soporto una hora más de clases, me duele la cabeza.

- Oh, que triste. Quizá te duele por tener al increíble Steve Harrington de amigo.

Robin alzó las cejas, poniendo sus manos en su cintura.

- ¿Se pelearon otra vez?

- No, claro que no.

Silencio. Buckley lo presionó con la mirada.

- Mierda, me dijo que nos viéramos ahora y no llegó.

- Ah, Steve. Siempre hace eso, seguramente alguna chica linda le pidió algo y se quedó como un bobo.

Eddie tragó saliva, desviando su mirada y atención al césped que se movía al ritmo del viento.

- De todas formas, ¿por qué estás tan molesto?

- No estoy "tan molesto". Pero pude haber hecho mil cosas en este rato, y me quedé esperando.

- Una buena excusa.

- ¿Uh?

- Me voy. Vete a clases, Steve no llegará, enfrentalo después, para que no te vuelva a hacer llorar. - Bromeó, dándose la vuelta y yéndose, sin darle tiempo a Eddie de defenderse.

Relajó sus hombros, aspirando el refrescante aroma del aire. Inhaló despacio una vez antes de entrar a la escuela.

Kiss Me, Liar [STEDDIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora