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- Tenía tanto miedo... - Murmuró Steve tras la separación de sus bocas, recuperando el aliento y mirando los ojos del otro.

- Yo estaba muy confundido, Harrington.

Mantuvieron sus miradas sobre la otra, discutiendo con sus propias mentes lo que sentían en esos momentos. El dedo de Eddie marcó camino sobre la mejilla de Steve, acariciando y bajando hasta su cuello.

- ¿Significa que soy correspondido? - Preguntó, Steve sonrió.

- Significa que te licenciaste, ya no necesitarás un profesor. Felicidades. - Bromeó.

- Pero yo hice las clases para conseguir novia. - Siguió con el mismo tono, acercando su rostro al del contrario.

Harrington no dijo nada y en su lugar picó las costillas del otro, haciéndolo reír y retroceder.

- Está bien, profesor. - Dijo desde ya lejos, nadando hasta el límite. - Pero aún me quedan cosas por aprender.

Eddie comenzó a caminar hasta donde yacían sus ropas tiradas en el suelo. Sacudió su cabeza, esparciendo el agua de su cabello que caía en gotas. Steve saltó, parándose a su lado.

- ¿Cómo cuáles?

- Tú eres el profesor, tú deberías enseñarme.

El castaño se rió, recogiendo sus prendas.

- Vamos dentro, te pasaré algo para que te seques.

- ¿Y para comer? No he comido nada.

- Claro, quedan sobras del almuerzo.

- Nada mejor que eso.

Ambos emprendieron camino, con sonrisas escondidas y una felicidad que era imposible de ocultar, se demostraba en cada paso que daban.

Los recuerdos del beso, los roces, movimientos, todo vivía lúcidamente en la mente de los dos.

Steve le tiró una toalla a Eddie, éste se secó el cabello.

Se dieron la espalda al cambiarse, un poco avergonzados de sus propios sentimientos y las corrientes que producía ver al otro desnudo.

Al cambiarse, Harrington abrió el refrigerador.

- Hay pizza. - Murmuró. - ¿Quieres?

- Pensé que iba a comer una exquisita comida casera.

- No queda.

- Oh.

- ¿Pizza o no?

- Claro que sí.

Eddie seguía con la mirada cada movimiento del otro, parando en detalles en cómo se veía su espalda cada que sujetaba algo.

O cuando se inclinaba levemente.

- No me contaste qué pasó con esa chica.

- ¿Quieres que te hable de ella?

- ¿Por qué no? Después de todo, fue tu cita.

- Vaya rompe pasiones.

- Me gana la curiosidad.

- ¿No te da celos?

- Te besé en la piscina y ahora te tengo esperando una pizza. ¿Crees que soy inseguro ahora?

- ¿Y si te dijera que la besé?

- Debió haber besado mal para que corrieras hasta mí.

Eddie sonrió ante la respuesta.

Kiss Me, Liar [STEDDIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora