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Steve se apartó, dando entrada a Eddie que pasó encantado. Al cerrar la puerta, sus cuerpos se encontraron frente al otro.

La mirada de Harrington fisgoneó en la piel pintada bajo el suéter. Tragó saliva, recobrando la postura.

- Uhm... ¿qué pasó? - Preguntó.

- Bueno, la cita ya terminó.

Eddie caminó hasta la puerta trasera, Steve lo siguió a pasos rápidos, poniéndose frente a él.

- ¿A dónde vas?

- A la piscina.

- Eddie, ya te dije que - Fue interrumpido por el repentino acercamiento del rostro del contrario.

- No seas aguafiestas y vamos.

Al estar fuera, el viento les pegó, pero ninguno dijo nada. Se sentaron en las sillas, Eddie se estiró, destapando una botella y tendiéndola al otro.

Steve mantuvo la botella en su mano, dando vueltas. Tenía muchas preguntas para hacer, pero ninguna salía de su boca.

Eddie tomó una gran cantidad de cerveza, eructando poco después.

- La cita no salió como esperaba. - Dijo, sin mirar a Steve.

- ¿Hiciste algo?

- No, al contrario, seguí tus increíbles consejos.

Steve remojó sus labios, bebió.

- ¿No funcionaron?

Eddie bebió.

- Harrington...

- Hm.

- Ella se enamoró de mí.

Harrington sintió una punzada en el estómago, trató de mantenerse al margen, decir algo que lo hiciese lucir bien, pero nada salía.

Munson lo miraba de reojo.

- Eso está bien.

- Sí...

El pelilargo miró al otro, notando su semblante serio. Se paró de la silla, caminando hasta el borde de la piscina.

- ¿Te vas a tirar?

Eddie no respondió, en su lugar se quitó los zapatos, luego los calcetines. Steve se reclinó más en la silla, mirando al contrario.

Luego el suéter fue subido lentamente, dejando totalmente expuesta la piel desnuda de Eddie. El pantalón fue bajado, quedando en ropa interior oscura.

Steve se acomodó, tomando más.

Y el sonido de un cuerpo haciendo contraste con el agua fue escuchado. Un pequeño chapuzón.

Después de unos segundos la cabeza de Munson fue asomada por encima del agua, sus cabellos mojados estaban peinados hacia atrás.

Su collar dónde descansaba su uñeta estaba en su boca, abierta ligeramente para recobrar el aliento.

Harrington tragó saliva, siendo presa de la agradable escena.

- Deberías venir, Harrington.

- Estoy cómodo así.

- Ven, no seas aburrido.

- No, Eddie.

- ¿Me vas a dejar solo acá? - Una sonrisa coqueta envolvió el corazón del castaño, Eddie apoyó sus antebrazos en el borde. - Ven, Harrington.

El nombrado rodó los ojos antes de pararse, dejando la cerveza a un lado. Caminó hasta estar frente a Eddie.

Eddie lo miraba desde abajo.

Kiss Me, Liar [STEDDIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora