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La cita.

La cita.

Una cita.

Su cita.

Eddie mordía sus uñas de los nervios. Kristen buscaba sus mejores prendas. Caminaba por su habitación, el tiempo se le iba acortando con cada movimiento.

Tenía una nota en su casillero, con los detalles de la cita. No se había encontrado con la chica durante esos días.

Ahora el papel estaba sobre su mano izquierda, siendo apretado y arrugado.

Quedaban dos horas para verla.

Esta era su oportunidad, aquel momento que ha esperado desde el comienzo de año, esperando al fin encontrar el amor. Pero... la vida a veces te juega en contra.

Tenía lo que quería, o eso pensaba, pero quería más.

Caminó hasta su armario, abriéndolo y sacando prendas cómodas. No tenía muchas ganas de arreglarse. Un suéter ancho negro rasgado por algunos lados, pantalones rotos en las rodillas.

Se veían sus tatuajes.

Se tiró sobre la cama.

Steve se levantó de la silla, dejando el libro que le faltaba poco para terminar. Miró por la ventana, el día era lindo. Sábado, ese día usualmente estaba destinado a ser uno dónde salía a divertirse.

Pero no tenía planes.

Había un tipo de festival en Hawkins, Robin le comentó que iría con Chrissy a dar unas vueltas.

Nancy seguramente estaría con Jonathan.

Dustin tenía planes con su grupo de amigos.

Miller debía estar con su novia.

Eddie estaba en una cita.

Vaya mierda.

Suspiró una vez se miró al espejo, peinándose el cabello y asegurándose de lucir bien. Se colocó una chaqueta de mezclilla sobre la camiseta negra. Abrochó su cinturón y sonrió para si mismo.

Iría a comprar algo para comer y después ver una película.

Eddie manejaba nervioso hasta el lugar acordado. Era una cafetería recientemente abierta y con clientela satisfecha. Miró su reflejo en el espejo varías veces, checando no tener cara de asustado. O demostrar sus naúseas.

Al encontrar un lugar para estacionar, agarró fuerte con ambas manos el volante. Apretó y apoyó su cabeza en él.

Seguramente esa chica se vería hermosa, radiante. Quizá lo recibía con una gran sonrisa, y pronunciaría su nombre.

Pero pensar en ello no era suficiente para animarlo, aún así las ganas de manejar hasta la casa de Steve Harrington no se iban.

Jugó con sus anillos, tomando aire antes de abrir la puerta y poner sus botas sobre la fría calle.

Steve elegía sabiamente unas papas en bolsa. Cayendo en algunos extraños sabores. No había probado algunas pero lograban llamar demasiado su atención.

Al elegir unas de envoltura verde, fue a buscar unas cervezas, en su casa no quedaban y le apetecía una.

Fue inevitable pensar que, en estos momentos, mientras él buscaba sabores de papas fritas, Eddie conquistaba a una chica. La conquistaba quizá recordando sus propios consejos.

Miró con melancolia las botellas de cerveza, pensando una y otra vez en escenarios de Eddie y su cita.

Ella era linda.

Kiss Me, Liar [STEDDIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora