013

1K 190 148
                                    

- Bien, llegamos. - Habló Steve, con el motor aún encendido frente a la casa de Dustin, éste agarró su mochila, despidiéndose con un corto abrazo.

Al perderse por la puerta de entrada, Steve miró a Eddie por el espejo retrovisor.

- Bien, sólo quedas tú. - Murmuró.

Will se quedaria a dormir en la casa de Mike, acortando el camino. Ahora habían quedado los mayores dentro del vehículo.

Munson no dijo nada, en su lugar, se estiró sobre los asientos traseros, sacando sus pies por la ventana.

- Saca tus pies y sube el vidrio, es peligroso.

- Ná.

- Eddie. - Habló el conductor, irritándose. - Pensé que teníamos una tregua.

- La tenemos.

- ¿Entonces? Hazme caso, es mi auto.

- Son mis pies, yo veré si los pierdo o no. - Bromeó a lo bajo, sonriendo.

- Voy a dejarte aquí tirado, no es mi deber ir hasta tu casa, como una niñera.

- Lo haces porque me quieres, Harrington.

El nombrado soltó una risa sarcástica. Eddie se sentó, subiendo la ventanilla. Se asomó en el espacio de los asientos delanteros, apoyando su cabeza sobre el asiento copiloto, mirando el perfil del otro.

- ¿Qué miras?

- Mi chaqueta está en tu casa. - Murmuró, sin apartar su mirada.

- ¿Qué? ¿Cuál?

- La de cuero.

- Ah. Mañana te la entrego.

- Más te vale, o iré a buscarla por mi cuenta.

- Intenta eso, mi padre es capaz de pegarle tiros a los intrusos.

- ¿Premio o castigo? - Bromeó, Steve soltó una risa, mirándolo por un segundo.

- Mejor no contesto a eso.

Los incontables árboles pasaban deprisa, las brillantes estrellas alumbraban la fría y oscura noche. Eddie jugaba con sus anillos.

- ¿Siempre cuidas de los demás? - Preguntó de pronto Munson, sin despegar la vista de sus dedos.

- ¿Te refieres a que los voy a dejar?

- No sólo en eso, en...todo, supongo.

- A veces me toca servir de niñero, Munson.

Era la primera vez que lo llamaba por su apellido, o era la primera vez que Eddie estaba tan consciente de ello, sus entrañas se revolvieron y alzó la mirada hasta el conductor, con una mano sobre el volante.

Su mandíbula se marcaba, tenía los ojos cansados. Portaba una expresión seria.

Concentrado con la vista delante.

Eddie mordió su labio inferior, sin saber qué decir, percatándose del rato que lo estuvo mirando.

- Entonces... ¿Me darás clases?

Steve lo miró de reojo.

- No son "clases". Mis amigos organizarán una fiesta pronto, vendrás conmigo y seguiremos practicando. Por mientras, trata de hablar con gente en la escuela.

- Hablo con gente en la escuela.

- Habla más.

- ¿Cómo hablas tú?

Kiss Me, Liar [STEDDIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora