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"Porque no me caes bien"

Esas palabras rondaban en la cabeza de Eddie. De alguna forma, habían logrado apoderarse de su mente y conciencia.

Al entrar a casa lo primero en hacer fue quitarse el suéter y dejarlo tirado sobre el escritorio. Buscó una camiseta en su armario, tarareando una canción.

Sacó una con el estampado de "Halloween". Michael Myers se veía jodidamente sexy.

Se tiró sobre la cama, mirando al techo de su habitación.

Bien, recopilando todo lo vivido las últimas horas... Esto podría dar un muy buen resultado o arruinar todo.

Había ido a una fiesta.

Conoció a Steve Harrington.

Fracasó en intentar encontrar a una chica.

Ahora tiene un puto profesor del amor.

Y tiene que intentar caerle bien a Steve, ya que necesitaba de su ayuda. Odiaba admitirlo, pero tendría que esforzarse en gustarle a una persona.

No sabría cómo explicarle a sus amigos todo eso. Se lo dejaría a Dustin, él sabe manejar ese tipo de cosas.

Además, Harrington era un chico popular, con una increíble fama por todos lados. Antes era todo un matón ricachón, al menos parecía más simpático que en los rumores.

Bueno, el día tenía un gran potencial de ser aburrido.

Y así fue.

Al día siguiente, se despertó milagrosamente temprano, quedándose acostado con los ojos tapados por su brazo.

Se levantó a pasos lentos, bostezando y rascándose el abdomen bajo la camiseta.

En el baño se animó, tomando una ducha.

Era lunes, podria marcar un nuevo inicio.

Pero eso venia diciendo todos los lunes de todos los meses los últimos 19 años. Bueno, esperemos que esta vez sea un verdadero comienzo.

Steve estaba en el auto, estacionado frente a la escuela. Sus manos sostenían el test de embarazo. Por alguna razón estaba nervioso, y eso le hacia estar y sentirse intranquilo.

Se percató de la figura de Robin cruzando frente a él, parecia apurada. La dejó ir, pero salió del vehículo, metiendo la pequeña caja en su bolsillo.

Se aseguró de que todo estuviera seguro.

Tomó una gran cantidad de aire antes de entrar por las enormes puertas de entrada. Apenas entró, un chico de su equipo de baloncesto se acercó.

- ¡Harrington! - Saludó animado el castaño, alzando su mano y chocando los cinco.

- Miller. - Dijo, sonriente.

- ¿Vendrás a entrenar hoy? - Comezaron a caminar por el pasillo, Steve necesitaba buscar unos libros en su casillero, y el otro lo seguía.

- Claro.

- Esa es, hombre. Jason ha estado insoportable.

- Ese es su estado natural.

- No, pero ahora lo es más, creyéndose el mejor del equipo. ¡Hace menos de un mes daba un discurso diciendo que debiamos apoyarnos entre todos!

- Pura mierda sale de su boca, siempre se ha notado.

- Uh hombre, si sigue así se comerá algunos golpes.

Steve abrió la puerta de su casillero, rebuscando entre las cosas dentro. Agarró dos libros y unos lápices sueltos. Miller se cruzó de brazos.

- Me sorprende que ya no te pongas la chaqueta del equipo.

Kiss Me, Liar [STEDDIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora