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~¡¿Pensaste que había sido yo el que le había propuesto ser pareja?! ~el hombre risueño en la pantalla demostraba su alegría con aquel rostro adornado por una enorme sonrisa~. Aunque, si te sirve de algo, sí pensaba pedírselo yo; es sólo que, las cosas no salieron como esperaba ~echó para atrás su cabeza y soltó una carcajada.

• • •

Ambos jóvenes se encargaban de mirar al contrario con una pizca de enojo y confusión. Aquel cerezo era el único testigo del enfrentamiento.

Es que, ¡Te he notado distante y eso no me hace sentir nada bien!

—Le he dicho que no ocurre nada, Bokuto —el rostro siempre sereno de aquel joven de ojos color mar se veía ligeramente perturbado. Bokuto era observador cuando se lo proponía; se había percatado de ello minutos atrás, cuando esa charla había comenzado.

—Si es así, ¿Por qué no me has mirado a la cara en todo el día?

—No sé a qué se refiere —cerró los ojos y expulsó aire que había contenido sin haberse percatado.

—¿Es... Porque hice algo mal? ¡Akaashi! Por favor, dime, ¿Hice algo mal? —había intentado sostener un hombro ajeno; Akaashi había retrocedido, impidiéndole hacerlo.

—No. No hizo nada mal.

—¿Es por lo que pasó en el desayuno? —inconscientemente, Akaashi había fruncido el entrecejo de manera ligera. «eso es»—, no entiendo por qué te afecta Akaashi, ayúdame a comprenderte. Te dije que Amber es sólo una compañera de clases, ni siquiera entiendo por qué se sentó con nosotros y tiró de su jugo en mis pantalones, ¡Aunque me ayudó a limpiarme!

Ese fue el límite de Akaashi.

—¡No tiene por qué rememorar lo acontecido, estuve ahí!

—Ah, perdón —aguardó unos segundos—. Pero, aún así, ¿Por qué lo haría y por qué te afecta tanto?

Tras pronunciar la última palabra de aquella pregunta, ocurrió algo que Bokuto creyó jamás ver; Akaashi perdiendo los estribos:

—¡Por que le gusta y quiso aprovecharse de la situación para tocarlo! ¡Es tan molesto que usted ni siquiera se percate de las verdaderas intenciones de las personas que le rodean; podría salir herido a causa de su inocencia! —el hecho de que hubiera dicho aquello mirando a los ojos de su acompañante y con el entrecejo arrugado, hizo que la situación se tornara más seria que antes.

—Akaashi...

—Perdón. No debí decir eso; acepte mis disculpas.

—Akaashi, ¿De verdad es así? ¿Crees que alguien podría aprovecharse de mí?

—No importa lo que yo crea.

—¡A mí sí me importa! ¡Y mucho! —su acompañante había vuelto a cerrar los ojos—. Aunque, sigo sin entender por qué te afecta tanto esto.

—¡Porque es una persona maravillosa que se esmera día y noche por conseguir sus objetivos! ¡Porque siempre ha sido el lucero más brillante del universo y que tuve suerte de que alumbre mi vida, impidiendo que me pierda y divague en la oscuridad de la vida! ¡Porque no soportaría ver que alguien le hiciera daño! ¡Y todo esto porque me gusta!

GERANIOS [BOKUAKA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora