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Los encargados de la limpieza del lugar recogían las sábanas para depositarlas en su correspondiente cesto; las mismas, pertenecían a una cama que, si bien, era representativa para los familiares y conocidos del que había perecido en ese lugar, para ella no era más que un cuerpo en deterioro más; por lo que, se encontraba lista para servir de apoyo a otro cuerpo en igual o cercanas condiciones al anterior.

—Todo está listo, cariño —su madre ni siquiera podía mirarlo a los ojos; no podía, aunque quisiera. Y es que aquel hombre no tenía únicamente el corazón destrozado; no había nada en él que no se hubiera roto ya.

Un vago y casi inaudible "sí" acompañado de un leve asentimiento fue la única respuesta que obtuvo.

Él fue el primero en llegar a esa sala; y, fue él, la última persona en retirarse de la misma. Pero, a pesar de ello, fue incapaz de cambiar algo. Si existía un Dios que todo lo sabe y todo lo puede, lo que acababa de suceder debería de catalogarse como una burla hacia su persona, porque no había razón alguna por la cual él tuviera que haberse ido de esa manera; no había argumento alguno que justificara todo el sufrimiento que tuvo que vivir durante estos últimos meses. Si es que existía un Dios, era todo menos justo.

GERANIOS [BOKUAKA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora