—¡Es el segundo en este mes! —la señora Momo dijo de manera exasperada.
—Comprendo su sentir, señora Akaashi. Pero es algo que no se puede evitar de ninguna manera —la doctora, que siempre les había atendido con amabilidad y profesionalismo, trató de sonar tranquila para no alterar más a la familia del paciente.
—Amor, toma asiento por favor —su esposo, tras ayudarla a sentarse, dió media vuelta y se dirigió a la doctora:— ¿Hay... Algo que puedan hacer? ¿Pueden evitarle dolor?
Bokuto lo miró, alarmado. La doctora se percató de tal acción.
—Sí. Lamentablemente la situación de su hijo ha empeorado y, desde hace semanas, las dosis de los analgésicos han sido aumentadas; no debe preocuparse por el dolor. Sin embargo —hizo una pausa—, debido a las altas concentraciones de los medicamentos en su sistema y, añadiendo el hecho de su ceguera, le será complicado reconocer múltiples cosas, tales como el entorno en el que se encuentra, la hora, el día y... Las personas a su alrededor.
Los presentes tragaron duro.
«¿Kei no sabrá quién se encuentre a su lado?». Bokuto tomo asiento con aquel pensamiento; su mirada estaba perdida y comenzaba a desconectarse de su entorno. Pasaron minutos sin que él escuchara una sola palabra de la conversación que continuó tras su derrumbe.
—Entiendo. Gracias... Por todo.
—Me retiro.
Tras la salida de la doctora, el lugar quedó en completo silencio.
—Bokuto... Yo... No debe ser tan malo —su suegro intentó apoyarlo, pero ni siquiera él creía lo que acababa de salir de sus propios labios.
—¿De verdad lo cree, señor Akaashi?
Si lo que había escuchado por parte de la doctora lo había dejado desanimado, la mirada sin brillo y casi muerta de su nuero, le destrozó el alma. Por ello, en un susurro casi inaudible, respondió:
—No.
No importa qué tan bajo haya sido pronunciada tal palabra; Bokuto lo había escuchado; por tal motivo, asintió y, de nuevo, ocultó su rostro entre sus manos; un acto que había comenzado a ser común en su día a día.
• • •
Al siguiente día, Akaashi había sido dado de alta; los y las medicas no veían necesario el seguir realizando estudios: "Sólo, háganlo sentir en casa" y Bokuto se encargaría de ello, aunque tuviera que seguir haciendo sacrificios.
—Entiendo, pero le suplico que comprenda mi situación: ¡Un familiar está... —se negaba a decirlo en voz alta, sobretodo a su entrenador—. Está... Él... Su pronóstico no ha mejorado, nunca.
Su entrenador sentía lástima por él; el simple hecho de verlo le hacía querer abrazarlo y decirle "todo estará bien", a pesar de que no tuviera idea de todo lo que ese joven hombre estaba viviendo: su cabello era tan largo que tapaba medio rostro, los parches negros alrededor de aquellos ojos robaron el protagonismo a los iris antes llenos de vida, la barba y bigote comenzaban a notarse; sinónimo de descuido personal y, por último, había comenzado a faltar a los entrenamientos que habían sido impuestos como obligatorios en su caso excepcional.
Suspiró y comentó, al fin:
—Sabes que no depende de mí.
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GERANIOS [BOKUAKA]
FanfictionEl superar la muerte de un ser querido no es algo que debiera realizarse de manera solitaria y, de la misma manera, las personas afectadas no tienen por qué superarla de la misma manera. ••• - Esta historia se originó en un momento de pérdida para m...