El lugar era tal como lo recordaba; no había cambiado nada. Excepto tal vez, la presencia de un desastre ocasionado por el resiente inquilino de aquella casa: un gato negro que la pareja había rescatado de un ritual que había dejado al indefenso animal ciego y con severas quemaduras y heridas.
A pesar de su apariencia, a Koutarou le parecía el gato más lindo del universo. Pero no sonrió ni lo saludo en cuanto lo vio.
—Llegamos —mencionó en un tono elevado el más alto de los dos hombres que estaban ingresando a su hogar. No pasó mucho tiempo hasta que una pequeña mata negra se asomó de manera escurridiza desde la puerta que daba a la sala para poder verlos y murmurar un "bienvenidos" quedo.
Al ingresar al lugar, el mayor de los que vivían ahí saludó a quien los miraba a la distancia, acercando sus rostros y dándole un beso en la frente.
—¿Cómo estás, Bokuto? —cuestionó luego de separar al hombre que lo acababa de saludar.
Un suave "meh" se escuchó por el hogar. El otro no insistió.
—Entren, hay té.
—¿Todavía queda?
—Yo no tomé, sólo a ti te gusta ese horrendo té.
—Es delicioso, ¿Verdad? —volteó a ver al decaído hombre. No hubo respuesta— ¡Ven! Arreglemos el cuarto en el que te quedarás, ¿Te agrada la idea? —de nuevo, no hubo palabras como respuesta; sólo un levantamiento ligero de hombros. Esto hizo que a los otros dos hombres en la casa se les formara un nudo en la garganta.
Por lo anterior, el menor de todos se retiró de la misma manera en la que había aparecido; se internó en una habitación y se derrumbó detrás de la puerta, con una única pregunta en mente: «¿Cómo es que ni siquiera llora?».
• • •
—Ya sabes dónde está el resto —una sonrisa amable se formó en su rostro.
—No hagas eso —el otro se sorprendió ante el comentario.
—¿Hacer qué?
—Intentar tratarme de la misma manera que siempre. Sé que apesto; no he dormido bien en mucho tiempo y seguro parezco un muerto idiota que puede caminar. Estoy invadiendo la privacidad de Kenma y la tuya, debería de ir...
—¡No! ¡Entiéndelo de una vez, somos amigos, joder! —no lo veía— ¡Y como tal, siempre estaré a tu lado, ambos lo estaremos! ¡Akaashi también era nuestro amigo, así que sabemos cómo duele! —a pesar de no ser observado por el cabizbajo Koutarou, giró su cabeza, ocultando las pequeñas lágrimas que salían traidoras de su guarida—. Es por eso que... No entiendo por qué...
—No puedo, juro que lo intento. Pero nunca lo logro. Tetsurou, ¡No te imaginas la angustia que siento desde su partida! ¡No te imaginas cuánto dolor he tenido retenido en mi corazón y a pesar de ello, no he podido sacarlo! ¿Crees que no he llorado porque no sienta lo que pasó? ¿Crees que no lloraría por Keiji? ¿Este tormento es inagotable acaso? ¡¿Qué no hay nada que yo pueda hacer?!
Y sin previo aviso, unos delgados brazos le rodearon la fornida pero agotada espalda. Este acto sorprendió bastante a los dos hombres que previamente se hallaban dialogando en un tono elevado.
—No, no sabemos qué es lo que estás sintiendo. Pero sí sabemos lo que nosotros sentimos, así que podemos hacernos una idea de lo tuyo —Koutarou estaba en shock, nunca antes lo había abrazado, ni siquiera en navidad; no por cuenta propia—. Akaashi era mi amigo. Yo lo quería tanto y el que tú no hayas derramado una sola lágrima desde su partida me hace imposible comprender aún más tu sentir. Bokuto, dime, ¿Verdaderamente lo has intentado a profundidad? ¿De verdad quieres deshacerte de este sufrimiento que llevas desde lo más profundo de tu ser? No consideres lo que te voy a decir como un hecho, se trata sólo de mi opinión, pero no creo que a Akaashi le gustara verte reprimir tu sentir. Ni Kuro ni yo somos como él, así que no sabemos cómo tratar de una manera totalmente exitosa contigo, pero hemos sido amigos un largo tiempo; y está en nosotros el ayudarte a asimilar esto y posteriormente, ayudarte a sobrellevarlo. Así que, por favor, deja de renegar tus sentimientos y comienza a avanzar, porque si tú no lo haces nadie más lo hará —el escuchar al menor decir aquello y, de una manera tan calmada, hizo que se le formara un nudo en la garganta. «¿Me preguntas cómo es que yo no he llorado a pesar de que tú tampoco lo hayas hecho a mitad de tu discurso?».
—Kenma, yo... Yo... Yo...
—No tienes que decir nada —y concluyendo con esa frase, al fin pasó; Koutarou abrazó al menor y comenzó a llorar. Primero fue un llanto acallado, pero conforme pasaban los segundos y las manos que le rodeaban le daban un suave masaje, su llanto se incrementó y los gritos se hicieron presentes.
Fue doloroso, pero era un paso importante para poder comenzar a sanar. Akaashi ya no estaría más a su lado y, entre más pronto lo asimilara y supiera vivir con ello, sería mejor.
Esa madrugada, en el cuarto de huéspedes, tres amigos se abrazaron algo más que sus cuerpos; el alma. El superar la muerte de un ser querido no es algo que debiera realizarse de manera solitaria y, de la misma manera, las personas afectadas no tienen por qué superarla de la misma manera.

ESTÁS LEYENDO
GERANIOS [BOKUAKA]
FanfictionEl superar la muerte de un ser querido no es algo que debiera realizarse de manera solitaria y, de la misma manera, las personas afectadas no tienen por qué superarla de la misma manera. ••• - Esta historia se originó en un momento de pérdida para m...