Capítulo 24

15 7 0
                                    

Estaba atorada, todo giraba en torno a la fiesta de Halloween. Unos cuantos días después de la salida al muelle de Santa Mónica, la universidad para variar, celebraba una fiesta de Halloween. Todo giraba en torno a esa fiesta ¿qué disfraz me pongo? ¿quiero dar miedo o estar guapa? ¿cómo irán los chicos? Me había negado y renegado a asistir a la fiesta; una fiesta que tenía poco que celebrar para mí, ese día hacía justo un año de su fallecimiento, y celebrar la víspera del día de los muertos, no me hacía ninguna gracia. Todo resultaba paradójico. Patrick insistía en que nos lo pasaríamos bien.

Patrick... ¿en qué términos estábamos exactamente? ¿juntos? Se podría decir que sí, después de lo dulce que había sido conmigo. No habíamos mencionado nada y tampoco quería ponerle término a algo que no sabía si me iba a llevar a algún sitio pues, "aunque la fama no hace al santo, no hay que olvidarse de quién es", mi padre decía continuamente ese refrán, y la verdad, razón no le faltaba. Pero no quería pensarlo y quería disfrutar del momento. Estaba pensativa en la cafetería, desconectaba con facilidad estos días.

—Tierra llamando a Eli— me dice Sam en tono bromista.

—¿Vendrás a la fiesta verdad? —dice Kim. Desde la salida del sábado está siempre con nosotras.

—Ya os lo he dicho...mi respuesta es NO.

Decido marcharme, sin darles pie alguno a que me digan algo más, no quiero ponerme borde con ellas. No tenía nada mejor que hacer y estaba completamente de bajón. Que el tema fuera la puñetera fiesta no ayudaba en absoluto. Mi móvil vibra de repente y puedo ver un mensaje de Patrick

<< ¿Qué pasa pelirroja? ¿Hoy no te he visto, quieres que luego nos tomemos algo?>>

Su mensaje denotaba como era él, "pelirroja" así me llamaba en su tono cariñoso, sonreí. Pero no le contesto. En mi cabeza se empiezan a amontonar las imágenes de Peter, sencillamente la punzada de dolor se hace más aguda, y noto como, poco a poco me vuelvo a desagarrar, es un dolor demasiado intenso, como para soportarlo otra vez. Lo sé, Peter no querría que estuviera así, pero no puedo evitarlo. Sencillamente eso.

Paso el día leyendo en mi cuarto, dado que todos los trabajos y prácticas, que tenía que hacer, ya las había terminado. Unos toques resuenan en la puerta de mi cuarto ¿se habrá dejado olvidadas Carla las llaves? Cuando abro, la figura de Patrick se está ante mí.

—¿Ahora pasas de mí? — me dice de manera directa.

—¿Cómo?

—El mensaje— hace una pausa— no has respondido.

—A...ya...perdona— digo en tono cansado— es que ahora mismo no estoy de humor.

—Ni para responder a un mensaje— dice mientras alza las cejas.

Veo que Patrick sigue en el umbral de la puerta, así que le invito a pasar.

—Oye pelirroja, si te pasa algo conmigo déjamelo claro, yo no me ando con tonterías.

Podía entender su confusión, pero es que no sabía como explicarle que sencillamente necesitaba espacio y que estaba destrozada.

—No es eso...

—¿Entonces?

—Es complicado.

Se acerca junto a mi y nos sentamos en la cama.

—Oye pelirroja, si te pasa algo puedes contármelo ¿entiendes?

Pongo una sonrisa forzada, pues no sé muy bien que decir al respecto.

—Lo sé, pero quiero que sepas que no tiene nada que ver con nosotros.

—Nosotros ¿eh? —hace una pausa— eso ya me gusta más.

AISLING . ENTRE CENIZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora