Cuando quiero darme cuenta, estoy en el suelo. Patrick está tirado también en él, cubierto de una sustancia verde que parece demasiado pegajosa. ¡¡¡Aaay!!! No puedo levantarme, me he debido de hacer daño en el tobillo, cuando Patrick me ha empujado.—Eli, ¿estás bien? — pregunta Patrick, con la mayor cara de cabreo, que le he visto hasta ahora.
—Sí, sí, estoy bien. ¿Y tú?
—Sí, yo estoy bien. Pegajoso y mojado, pero bien.
Acto seguido, Patrick se levanta, como puede y me ofrece la mano. Se la agarro y me ayuda a levantarme sin ningún problema. Cuando estoy ya de pie, Patrick me sigue agarrando de la mano. Noto como su pulso esta híper revolucionado, y la vena de su cuello, está en el mismo estado que su muñeca, le palpita.
Le tiro, de la mano, no reacciona. Vuelvo a hacer lo mismo y sigue sin reaccionar.
—¡¡Eeeeh!!! ¡¡¡Patrick!!! ¡¡¡Patrick!!! Mírame. —Lo hace, es lo único, que es capaz de hacer.
Eli, vete. Vete. Por favor —Dice en el tono más calmado que su rabia le permite.
Pero... me puedes explicar ¿qué es lo que ha pasado? no entiendo nada.
Eli, es muy fácil. No hagas preguntas. ¡¡¡Vete!!!
En ese preciso instante, Patrick se quita la camiseta, cual dios griego. Parece Ares, el Dios de la Guerra. Pero ¿qué hace? Mi mente empieza a reaccionar, está empapado de sustancia verde. La visión me deja, absorta por unos segundos. Dios, está mejor que bueno.
—Éli. Reacciona. Sé que estoy muy bueno pero no es para que te quedes, en tu mundo. ¡¡¡Reacciona!!!
—¡No te flipes tanto!
—Ya, ya, lo que tú digas, pelirroja. Ahora vete por favor. ¡Yo me encargo de solucionar todo esto!
Antes de salir, por la puerta, puedo escuchar, como el profesor White, está intentando que no cunda el pánico, dentro de la clase. Los alumnos, se amontonan en la puerta, para poder salir, pero la sustancia verde que ha caído del cubo, les impide el paso. Aun así, yo por una vez, hago caso a Patrick, y me voy.
Me dirijo a la residencia, casi sin aliento, dado que estoy un poco empapada. La próxima clase, tengo intención de saltármela. No estoy en condiciones de asistir ir a ninguna clase. Entro en la habitación, cierro con llave, y le mando a Carla un mensaje, contándola lo que ha sucedido. No tardo en recibir respuesta, me dice que Sam y ella vendrán a recogerme a nuestra habitación, en cuanto terminen sus clases de por la mañana, para luego ir a comer.
Me meto en la ducha, e intento relajarme, lo necesito para poder pensar. El agua corre por mi cara y por mis brazos. Me mojo el pelo y empiezo a lavármelo. Lo necesito, el agua fría es lo que mejor me viene para el dolor de cabeza. Cuando termino de ducharme y lavarme el pelo. Salgo en albornoz, y veo que sigo sola. Me termino de secar y me visto. Me pongo a leer, para matar el tiempo, necesito seguir con mi rutina de relajación y no pensar.
Dos horas después, mi móvil empieza a sonar. Carla y Sam están de camino. Vienen a buscarme para comer. Según me dice, Carla, ya se ha corrido la voz por toda la universidad de lo que ha sucedido, por supuesto Patrick pasa por mi salvador. Aunque en parte tienen razón, está vez me ha salvado de una buena. Se lo tendré que agradecer de alguna manera.
Al poco rato, Carla y Sam aparecen a mi rescate en la puerta de la habitación. Bajamos a comer y les cuento con todo lujo de detalles, lo que ha pasado durante la clase, y por supuesto el final de la clase de sociología de la población. Ambos escuchan atentamente, y emiten juicios de valor sobre todo lo sucedido. Y llegan a la misma conclusión que he llegado yo hace rato. A Patrick le intereso, pero ninguno de los tres sabemos, si para él soy solo un capricho pasajero o algo más.
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AISLING . ENTRE CENIZAS
Novela JuvenilTras la pérdida de su primer y gran amor, el mundo de Eli se derrumba. El amor, la amistad y la confianza serán las claves para salir adelante. Después de todo, ¿ podrá abrir su corazón una vez más?... Lo difícil será volver a empezar.