Capítulo 52

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Nieve, risas y sexo eso es lo que me estaba sucediendo en estos días tan maravillosos. Aun así, esta noche estaba siendo un poco ajetreada, estamos en la víspera de año nuevo y la persona a la que echaba tanto en falta venía constante a mi mente. Las pesadillas sobre aquella noche, vienen a mis sueños de forma constante y bo no era diferente. Patrick intenta tranquilizarme

-Estoy aquí -me susurra al oído. - Preciosa me tienes que contar que pasa por esa cabecita, que te impide dormir. Esta noche parecía que estabas durmiendo bien.

Me debatí en ese momento entre contárselo o no.

-Creo que una vez te lo mencioné, que estuve con otra persona.

-¿Y qué es lo que te atormenta?

-La manera tan drástica en la que murió, y yo...-no quería decírselo, pero merecía saber la verdad-. Le echo de menos a veces.

-Está bien, es normal. -me sonríe- lo superaremos.

-No sé...sus recuerdos son como una bala para mí...él era: Mi sueño. Mi Aisling.

-El otro día en la carrera, me llamaste Aisling. -me quedo callada, recuerdo ese momento, cuando estaba entre sus brazos. - Y me preguntaba si yo ¿podría ser tu sueño? Un nuevo sueño para ti.

-Sí, claro que puedes.

-Explícame... ¿qué significa?

-Mi sueño...

-Pelirroja, eso ya lo has dicho. Cuéntamelo, por favor.

-Bueno... verás...es algo que mis padres también se dicen entre ellos, Mi sueño o My Aisling en irlandés, lo importante no es la palabra sino lo que significa para nosotros. Es esa persona que te ayuda a cumplir las metas que te propongas; a llegar a lo más alto, sin importar cómo, y siempre a tu lado. Que pase lo que pase, sabes que esa persona es tú pilar, en el que te apoyas, y que a la vez te levanta si te caes.


Y yo lo tenía ¿sabes? -digo entre sollozos-. Sé que puede parecer egoísta para ti, pero yo tenía todo eso y un día como cualquier otro se esfumó...

-Yo puedo ser ese sueño para ti pelirroja. Si tú me dejas. -dice mientras con sus manos me coge la cara apoyando nariz con nariz, en medio de la oscuridad de la noche.

-He tenido suerte contigo...

-No, el que ha tenido suerte he sido yo...

Era de esos momentos maravillosos, en los que el frío se convierte en calor, con tan solo la luz de una llama; sus caricias parecían querer curarme todo el dolor que mi alma arrastraba. Es difícil de explicar, pero cada beso, era como una tirita para que el pasado dejara de atormentarme, para que pudiera vivir con él, lo que jamás viviría con Peter, pero estaba claro que él merecía la pena.

No puedo dejar de pensar, en la noche de ayer, su compresión, su cariño, su tacto, todo él de cabeza a los pies, estaba hecho para mí. Y creo que lo había encontrado por segunda vez en ma vida, aunque pareciera imposible.

-Te noto abstraída hermanita -me dice Brandon, que acababa de tirarse con tabla de snowboard, desde lo alto de una de las colinas y estaba tan tranquilo.

-Bueno nos despedimos del viejo año.

-No me vengas con excusas ¿problemas con el moreno? -la voz de Brad se ha tornado protectora, me encanta cuando se pone así.

En ese momento dirijo mi mirada hacia Patrick está con Cayetana esquiando y haciendo el tonto.

-La verdad es que no...

-Vaya, vaya ¿eso es malo?

-Sólo me asusta, volver a sufrir tanto como la última vez.

-A todos nos pasa, pero si queremos ser felices, tenemos que arriesgarnos, porque te voy a decir una cosa zanahoria, quién no arriesga no gana.

-¿Desde cuándo te has vuelto tú tan poético?

-Yo siempre soy poético, es una pena que no lo vieras antes -le doy un codazo en el hombro.

-¿Cuándo has crecido tanto Brad?

-No sé. Creo que estoy madurando. -Pone su mejor cara de pillo y se ríe. -Por cierto, será mejor que vayamos a comer, sino quieres oír a mamá.

-Claro.

-Pero avisa a tu "amigo" -dice haciéndose el tonto.

Pongo los ojos en blanco y me dirijo hasta una de las pistas de hay más abajo, donde están Patrick y Cayetana. Veo a Patrick con el móvil.

-¿Vamos a comer o qué?

-Un momento, preciosa que quiero terminar de hablar con mi tío de una cosa.

-Claro.

Me quedo junto a Cayetana, que no para de hablar sobre lo bien que se lo está pasando en estas vacaciones y lo mucho que ha mejorado con el esquí. Cuando Patrick viene hacia nosotras, nos dirigimos hacia la parte del comedor que está totalmente a oscuras ¿qué pasa? En ese momento las luces se encienden y un cartel enorme aparece con la palabra SORPRESA sostenido por Carla, Sam, Kim y Vanessa.

-¡SORPRESAAAAAAAA!

-Pero y ¿esto?

Carla y Sam se tiran a mis brazos, y unas pequeñas lágrimas asoman por mis ojos, mamá sostiene un roscón de Reyes, de esos que hace ella, con la ayuda de papá, y me guiña un ojo a lo lejos y Brandon me sonríe.

-Bueno... dale las gracias a Patrick nos ha convocado él a todos. -me susurra Carla al oído mientras me abrazo.

-No veas lo organizadito que es -me dice Sam.

Sonrío a Patrick.

-¿Es cosa tuya? - se encoge de hombros.

-Tal vez...

Le doy un pico en los labios y me dirijo hacia Cayetana.

-¿Tú lo sabías?

-Por supuesto, pero mis labios estaban sellados- dice mientras hace un gesto con la mano como si cerrara una cremallera.

Si alguna vez...sólo alguna vez alguien me pregunta ¿qué es la felicidad? Creo que es la primera vez en mucho tiempo que la puedo describir, miro a mi alrededor y lo tengo todo, todo lo que cualquiera querría en su vida, mi familia que me quieren, mis nuevos amigos que eran lo mejor del mundo. En solo tres meses, mi vida había dado un giro de 180 grados. Así había sido siempre, antes de Peter y después de Peter, siempre cambiando, siempre girando. No podía evitar sentirme plena y feliz en este momento, y no podía dejar que el pasado se interpusiera en mi presente. Porque yo quería esté presente para mí, esta nueva oportunidad de vivir.

AISLING . ENTRE CENIZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora