Capítulo 54. Patrick

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Después de las semanas de exámenes del mes de enero, mi plan para engañar a Eli y llevarla hasta mi casa familiar, empezaba su andadura.

Solo tenía que ajustar varios detalles de la fiesta y de su regalo, y en ese detalle mi tío tenía mucho que ver. Había estado hablando con él y con hermana que podría regalarle a mi chica por su cumple, tenía varias opciones, un viaje a Paris en verano, un conjunto de alianzas de oro blanco con nuestros nombres grabados y una moto Yamaha R1.

Mi tío y mi hermana me miraron con cara rara, no sabía si era por el viaje a Paris o por la idea de las alianzas.

—Venga, no os quedéis mirándome con cara de tontos.

—Sobrino, que te parece si yo le regalo a moto, y tú la sorprendes con el viaje a Paris para este verano.

—Y entonces ¿yo que la regalo? —pregunta mi hermana.

—Pues, podemos comprarla un vestido para la fiesta y que ese sea tu regalo. ¿Te parece?

—Me encantaaaa la idea. Pero lo elegiré yo, no me fio de tu gusto Patrick, al final sigues siendo un chico… —miro a mi hermana asombrado. Que no se fía de mi gusto, qué graciosa ha salido la niña. Pero si soy especialista en desvestir a Eli, como no voy a saber su gusto…

Continuamos comiendo, y la sonrisa de mi hermana ilumina toda la estancia. Me encanta que ella y Eli, se lleven bien, además sus ataques de ansiedad están medianamente controlados y hace un par de meses que no le da ninguno. Creo que el efecto tranquilizador de Eli, no solo tiene efecto sobre mí, sino que parece que a mi hermana también le alcanza.

Desde que volvimos de esquiar, he notado un cambio en ella, parece más feliz, más cómoda, más contenta que de costumbre. Hacía más de un año que no la veía así. Me pregunto si le ha pasado algo bueno y no ha querido contármelo. No sé lo que será, pero me encanta que sea lo que sea lo que haya sucedido en su vida, le haya hecho estar así de radiante. 

Esa misma tarde, mi hermana me engancha para ir de compras. Por ello vamos al centro comercial de la ciudad y terminamos pasando por todas las tiendas de ropa de alta costura. Me dejo guiar por una cría de 14 años que está completamente emocionada por encontrar un vestido o conjunto perfecto para Eli. El único problema es que nada de lo que vemos nos gusta, pero eso cambia cuando pasamos por un escaparate en el cual hay varios conjuntos de fiesta, pero solo uno llama mi atención. 

Es un conjunto de pantalón ajustado y top de lo que creo que es encaje. Miro en que tienda estamos, y veo que se trata del Atelier Lydia Preston. Alta costura. Creo que nos hemos parado justamente en una de las tiendas, donde que mi madre solía encargar sus vestidos de fiesta. Mi hermana también se ha quedado mirando el escaparate, creo que hemos encontrado el conjunto ganador. 

—Enana, ¿qué te parece este conjunto de pantalón y top?

—Te refieres, ¿al mono de encaje?

—Si, ese me estaba refiriendo. ¿Te gusta?

—Me gusta. Sí nos decidimos por eso, aprovechamos y ¿me puedo comprar un vestido para la fiesta? —me pregunta mi hermana haciendo pucheros. 

—Vale pesada, pero primero el regalo de Eli y luego lo tuyo, ¿estamos?

—Valeeee. —No me da tiempo a decirla nada más, va directa a tirar de la puerta de la tienda y entra.

En ese momento, una mujer de unos 40 años, rubia y bastante bien conservada para su edad, y con ese aire de actriz del Hollywood clásico, sale a nuestro encuentro.

—Buenas tardes, soy Lydia ¿en que os puedo ayudar?

—Hemos visto el mono de encaje que tiene en el escaparate, y queríamos verlo.

AISLING . ENTRE CENIZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora