Capítulo 30. Alex

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Me siento tranquilo, a gusto, me aprieto más, hacia lo que parece un bulto un cuerpo blandito. Qué bien huele. Lo aprieto más contra mí y noto como se mueve. De repente por sorpresa me despierto ¿Me había dormido?
Miro a mi derecha y ahí está Carla, durmiendo tranquila. Me doy cuenta que la tengo completamente rodeada, y con rapidez me aparto. Mi corazón va a mil por hora.
Salgo escopetado de la habitación, no quiero que se de cuenta. Me acerco al salón, y ahí están Patrick y Eli, hago un gesto con la cabeza, y miro el reloj del salón. Son las doce ¿cuántas horas he dormido?
-Bueno bella durmiente, parece que por fin el sueño ha acudido a ti. - bromea Patrick.
No respondo.
En ese momento Carla aparece inundando lo que para mí es toda la estancia, ¿es que soy imbécil? o ¿qué? la miro de arriba abajo y veo como con ojos de dormida se dirige hacia Eli, la cuál la tiende un vaso de leche con cacao, ni me ha mirado.
-Ella es así, es un zombi por la mañana. - aclara Eli.
Yo la sigo mirando y veo como se muerde el labio y como con la cuchara sigue tratando de mover el vaso de leche. Me mira y aparto la vista de golpe.
-Tenemos que averiguar quién os drogó - dice Patrick.
Yo simplemente asiento. Vuelvo a mirar a Carla y veo que sus antebrazos tienen las marcas de ese capullo. Sólo de verlas me cabreo.
-¿Estas señales? - le dice Eli
-No me acuerdo- miente Carla, porque está claro que miente fatal.
En ese momento me mira, ¿no quiere que diga nada?
-Si, resolveremos todo lo de anoche -digo mirando a Patrick, y después a Carla, a ese capullo le espera un saludito de mi parte.
Después de que todos desayunen, ellas se van y yo apenas he probado bocado, en ese momento aparece Nick en el salón. Yo me voy a mi cuarto, todo huele a ella, abro la ventana esperando que el olor desaparezca rápido.
En ese momento Nick irrumpe en mi habitación.
-¿Qué pasa, ahora te tiras a Carla?-
¿Y a este qué le pasa?
-Qué te importa Nick.
-¿Te la has follado, no? - hace una pausa- Está claro que ha pasado la noche aquí.
-Lárgate
Se ríe y me molesta. ¿Desde cuándo nos hacemos estas preguntas?
-Ya te la tiraste en Santa Mónica te tiene que dar igual lo que haga - hago una pausa y me acerco a él, no me gusta que me toquen los cojones. - Tú vete a follar con Aitana y en mis asuntos no te metas.
Con eso que le he soltado parece que no quiere hablar, y se larga de mi habitación. Miro mí cuarto, me siento en la cama, y su olor sigue impregnado en todas partes. ¡Mierda!

AISLING . ENTRE CENIZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora