Capítulo 36. Carla

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Estaba dando vueltas como pez en el agua en mi habitación, ¿qué me pongo?

-Así que...has quedado con Nick -dice Eli con aire pensativo.

-Eso es, pero no ayuda que lo digas en voz alta.

-Relájate ¿vale?

Se acerca a mi armario y saca el vestido rosa que compramos en el Santa Mónica Place, lo mira con atención.

-Este, es perfecto.

-No será... ¿demasiado?

-Demasiado ¿qué?

-No sé, tampoco es que sea una cita, simplemente hemos quedado para tomar algo.

-Te lo voy a traducir querida Carla -alega en tono bromista- quedar para tomar algo, es la nueva cita del siglo XXI.

Dios, tenía razón, era una cita. Tengo una cita con Nick, claramente es eso. En ese momento, llaman a la puerta, debe de ser Sam, Eli va a abrir y ahí está él.

-Bueno... ¿nuestra cantante ya se ha vestido?

-Se acaba de dar cuenta que lo que tiene con Nick es una cita.

-Es que de verdad ¿hace falta explicarlo todo?

-No ayudáis -digo en tono severo.

Cojo el vestido rosa y me dirijo hacia el baño, me lo pongo y se ciñe completamente sobre mi cuerpo, es como una segunda piel. Me peino un poco, me gusta el estilo desenfadado, me pinto los labios con un gloss para darle algo brillo y me pongo un pongo un poco de máscara de pestañas. Cuando salgo, los dos me miran con cara de satisfacción.

-Perfecta -responden al unísono mientras ríen.

Todavía no daba crédito, iba a quedar con Nick a solas, esta tarde a tomar algo, el recuerdo de la puñetera Eli recordándome que es la nueva cita del siglo XXI no hace que me tranquilice absolutamente nada.

Quedamos en el centro comercial, que está dentro de la universidad, concretamente en el bar "Beer", muy apropiado. El bar tiene entrada desde el exterior del centro comercial, así que cuando visualizo la entrada desde lejos, camino hacía ella. Según me voy aproximando a la entrada, más nítida se hace la imagen de Nick. Está apoyado, en una de las columnas que adornan la entrada del bar, parece relajado, al contrario que yo. Tranquila, respira hondo, tranquila y vuelve a respirar. Tú solo respira. Todo irá bien. Ve que me acerco hacía él, me mira y me recorre con la mirada, lo que hace que me ponga, aun más nerviosa de lo que ya estoy.

-Estás preciosa

-Gracias -respondo con timidez- tú también.

-¿Estoy preciosa? No me cambies de sexo -dice guiñándome un ojo.

-Bueno quería decir...-estoy demasiado nerviosa.

-Ya sé, lo que querías decir, es broma.

Me adelanto un poco a él, y abro la puerta del bar, él con un suave movimiento, pone su mano en la parte baja de mi espalda y me guía hasta el interior del local. Dentro hay gente, no está demasiado lleno, parece que hay buen ambiente.

Cuando nos sentamos en una de las mesas, Nick pide dos cervezas, y me mira con atención.

-Cuéntame algo sobre ti.

-¿Cómo qué?

-Por ejemplo... ¿dónde aprendiste a cantar?

-Bueno... yo simplemente lo hago... aunque desde niña he tocado la guitarra.

-Me dejaste impresionado.

Sus alabanzas hacen que me sonroje. El corazón se me acelera, BUM BUM, BUM BUM, parece que los latidos de mi corazón, resuenan demasiado alto, o eso creo yo. Respiro profundamente, en un vago intento por controlarlos.

-Ahora te toca a ti. - le digo alzando las cejas

-Bueno... no hay mucho que contar.

-¿Y el motocross?

-Bueno... pues imagínate a los 16 me regalaron, mi primera moto de competicion, y desde entonces hasta ahora, sin parar. Me gusta sentir la velocidad, el riesgo y la adrenalina. - mientras lo describe, noto cierta pasión en sus palabras. Me recuerda a mí cuando canto.

Cojo la cerveza en señal de brindis.

-Por nuestras pasiones. - le digo.

-Por nuestras pasiones. - repite.

Seguimos hablando de la universidad.

-Coincidimos en Economía internacional

-¿En serio?

-¿No te habías dado cuenta?

Se ríe, claro que se había dado cuenta.

-Claro que me he dado cuenta. Pero habrás notado que siempre voy con prisa de una clase a otra.

-¿Qué haces en esa materia si estas en cursos más avanzados?

-Fui incapaz de aprobarla. Horrible.

-Así que... ¿te consideras mal estudiante? - hago una pausa y alzo las cejas- ¡Qué mala suerte la mía!

-Mala suerte...¿eh?

De repente, se levanta, me coge de la mano, y me lleva hasta el fondo del bar, a un rincón y se me pega a mi, con cierta sensualidad. ¿Está pasando de verdad? Sus manos empiezan a recorrer mi cuerpo y se me pega a mí, más y más. Tanto que sus labios rozan los míos con cierta suavidad. BUM BUM, BUM BUM. De nuevo, mi corazón se acelera como viento sin rumbo.

Al final me besa. ¿Es real? Lo es. Trato de convencerme de lo que pasa, es cierto. Nick me besa despacio, sin prisa. Nos separamos un momento.

-¿Quieres otra cerveza?

-Claro. - noto como me tiemblan las manos.

Todo iba demasiado bien, demasiado bonito. Alzo la vista. Me topo con la mirada intensa de Alex, va acompañado de Addy. Su mirada es demasiado intensa, demasiado profunda. Me siento como si nuestro alrededor no existiera nadie, y sólo nosotros estuviéramos allí. Me hace sentirme aún más nerviosa. Hasta que él desvía la vista y la dirige hacia la chica que está a su lado. Trago saliva. En ese momento llega Nick con otra cerveza,

-Un día de estos tendrás que cantar para mí.

Su afirmación me deja atónita. Y le sonrío.

-Eso está hecho.

El resto de la tarde transcurre con algún que otro beso, o recuerdos que me cuenta Nick de las travesuras que hacía con Patrick de pequeños, que me hacen reír. De vez en cuando se acerca, y me vuelve a besar. Yo me dejo, claro que lo hago. Me encanta.

Pero bajo todas esas risas, mi mirada se desvía de vez en cuando hacia Alex y Addy quienes hablan y se comen la boca de manera desenfrenada. Y no sé por qué eso me incomoda.

Después, Nick me lleva a la residencia en su moto. El corto trayecto, se me pasa volando, ir agarrada de la cintura de Nick, es una nueva sensación que hasta la fecha no había experimentado. Cuando me bajo de la moto, Nick me vuelve a besar, pero esta vez, lo hace de forma mucho más pasional, yo le aprieto contra mí. BUM BUM, BUM BUM. Mi corazón, seguía frenético, en una de estas iba a sufrir una catarsis.

Cuando entro en la habitación, me encuentro con las miradas de curiosidad de Sam y Eli. El interrogatorio...comenzaba. Y les cuento todo, con pelos y señales, a excepción de una cosa sin importancia, que Alex estaba allí, en el local, con otra chica.

A partir de ese día, los mensajes de Nick se acumulaban en mi móvil, y también cambió otra cosa, se sentaba conmigo en las clases de Economía Internacional, esto hizo que me distrajera, en algunas sesiones. Aun así, esta situación duraría poco, dado que los exámenes parciales empezarían en breve. Por lo que mis jornadas en la biblioteca se incrementaron. Eli y yo pasábamos todos los días, con nuestras cabezas metidas en los libros y apuntes, tratando de sacar con exito el cuatrimestre. Era importante conseguir buenas notas en los parciales para que de cara a los exámenes finales fuera todo mucho más fácil.

Pero hay una cosa que teníamos clara, que, aunque ni Eli ni yo celebrásemos Acción de Gracias porque no era tradición en nuestras familias, por lo menos la pasaríamos juntas. Y lo haríamos a nuestra manera. Sería algo así, como nuestra celebración del final de los exámenes parciales.

AISLING . ENTRE CENIZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora