Capítulo 51. Parte 1

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Mi despedida con Patrick ha sido un poco triste, como todas las despedidas. No he querido ser dramática, pero iba a estar 15 días sin verle y me había acostumbrado a su presencia. El drama aumentó cuando me despedí de Carla, que se iba con sus padres de vacaciones. Después de un abrazo de amigas, nos prometimos llamarnos todos los días. Me parecía increíble que algunas personas que conoces en tan poco tiempo pasen a ser una parte tan importante de tú vida.

Cuando ambos se van, una sensación de vacío empieza a inundarme. Volvía a casa después de meses, con una nueva vida, nuevos amigos, alguna amiga decepcionante y con un nuevo chico en mi vida, que por primera vez en mucho tiempo, me hacia sentir que la vida merecía la pena.

En ese mismo instante, cuando estoy sumergida en mis pensamientos, mi móvil empieza a sonar, pero no es papá quien me llama, si no Brandon.

-Holaaaa...zanahoria

-¿Bajas? O ¿subo a ayudarte?

-Mira que eres tonto...tres meses sin verme y lo primero que haces es hacerme de rabiar...Anda sube, que te veo muy vago a estas horas...

-Valeee hermanitaaaa.

A los cinco minutos alguien golpea la puerta de mi habitación. Abro y una figura mucho más alta de lo que yo esperaba, pero tan pelirrojo como yo, está en la puerta.

-Braaaad...-acto seguido me tiro a sus brazos. Este no puede ser mi hermano, si hasta hace 3 meses éramos casi de la misma altura-¿Quién eres tú? y ¿qué has hecho con mi hermano pequeño?

-Uno que está en pleno crecimiento jajajaja.

-Te he echado de menos.

-Yo también, zanahoria.

Le miro, ha crecido demasiado en estos meses, un poco más y casi no le reconozco. Aparte de estar más alto, le ha empezado a salir una pequeña pelusa a modo de barba, en la zona de las patillas y en el mentón. No es porque sea mi hermano, pero hay que ver lo guapo que se está poniendo.

Coge mi maleta, el portátil y mi neceser, mientras que yo cierro la puerta de la habitación con llave y nos dirigimos al ascensor.

Cuando llegamos a la planta baja, y salimos a la puerta de la residencia, vemos dos cosas. El coche de papá aparcado enfrente y un chófer metiendo las maletas de Mel en el maletero de un Audio Q8, ella se está metiendo en el coche, con más glamour del que nunca le había visto.

-Eli o estoy viendo mal o la que se está metiendo en ese pedazo de coche es Mel.

-No, no estás viendo mal. Es Mel.

-Pero ¿qué me he perdido en tres meses? ¿La víbora ya ha enseñado su verdadera cara?

-Aaaay Brad, te debo una disculpa.

-Naah hermana. Tarde o temprano sabía que iba a tener razón

-Cuando lleguemos a casa y estemos los cuatro. Os contaré todo lo que ha pasado en estos meses.

Vamos hacia el coche y papá, está mirando como el Audi sale del recinto. Creo que él también se ha dado cuenta, de quien se ha subido en el coche. Pero él tan discreto como siempre, con todo lo que sea de Mel, mira a mi hermano y este le contesta con la mirada. Acto seguido se dirige a mí, y me da uno de esos abrazos que tanto he echado de menos. Papá se ha afeitado y huele tan bien como siempre, se ha echado su colonia favorita, y yo solo puedo aspirar su olor, tan tranquilizador. Su abrazo, me teletransporta a miles de recuerdos de cuando era niña, vuelvo a estar como en casa.

El viaje de casi dos horas y pico hasta casa se me hace realmente corto. Intento no contarles mucho a papá y a Brad, con el fin de poder contarles a mis padres y a mi hermano, todo lo que ha pasado durante este tiempo, bueno, todo, todo, no sé. No tengo idea de cómo hablarles de Patrick, no sé cómo abordar el tema, soy consciente que en cuanto le nombre, las alarmas de mi madre, saltarán y su instinto de protección se accionara de inmediato. Creo que tiene miedo de que pueda volver a sufrir tanto por alguien, la diferencia es que Patrick está vivo, y Peter, no.

AISLING . ENTRE CENIZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora