74. Dylan O'Brien

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Nota: Cursiva son recuerdos.



El problema era lo fácil que era olvidar todo cuando la pantalla se iluminaba con su nombre. 

Todo aquello que había decidido se derramaba en un abrir y cerrar de ojos cuando respondía, sabía que no debería ser tan débil y tal vez debía devolverle una cucharada de su propia medicina, pero a esa vocecilla dentro de mi mente le encantaba susurrarme de que eso haría que él perdiera el interés en mí, pero ¿realmente había un interés? 

Muchas veces me reí de las personas que se obsesionaban tanto con la actividad en redes sociales de su pareja, me parecía curioso la manera en la que podían imaginarse un sin fin de escenarios de por qué dicha persona se tardaba en contestar cuando el cirulo verde indicaba que estaba en línea. Si alguien me hubiese dicho que yo me convertiría en una de ellas, probablemente me hubiese burlado, la vida estaba llena de ironías. 

"Mis labios se curvaban al mismo tiempo en el que los suyos lo hacían, me encontraba en una lucha constante por no perderme en el brillo de sus ojos cafés. Tenía que seguir el hilo de la conversación, comprender las palabras que salían de su cuerpo porque realmente quería llegar a conocerlo mejor.  Sin embargo, también estaba tratando de controlarme, de no quedarme mirándolo fijamente mucho tiempo (era algo normal para mí, pero no quería incomodarlo, tampoco quería ser tan física con él pese a que el contacto era algo que inconscientemente buscaba; era mí manera de demostrar afecto. 

¿Cuánto había pasado? ¿Dos horas? ¿Tres? No lo sabía y realmente no me importaba, la conversación no dejaba de fluir, me sentía cómoda junto a él e inclusive los pocos silencios se sentían correctos. La sensación cálida en mi interior estaba comenzando a esparcirse hasta la punta de mi dedos, podía quedarme a vivir en este momento para siempre. ¿Acaso así se sentía cuando hacías click con otra persona?"

Esas dos malditas palabras debajo de su nombre me estaban volviendo loca, mierda. Al principio verlas no causaba ningún amargo efecto en mí, pero la tarde de aquel sábado sucedió y fue como si eso desagradable que existe dentro de cada ser humano despertara de su profundo sueño. Cada vez que sentía esas filosas garras desangrándome desde el interior, mis ojos comenzaban a arder por más que trataba con todas mis fuerzas de evitarlo, cada vez era más difícil recordarme que yo también lo hacía, así que ¿por qué él no?  

Entonces la vocecilla me recordaba algo que cada vez comenzaba a tener más sentido y a doler un poco más; yo también usaba mis redes, me encontraba en línea sabiendo que tenía mensajes sin responder, me conectaba y desconectaba, interactuaba y aún así me tardaba en contestar. Sin embargo, si estoy en ese proceso de conocer a una persona que realmente me interesa, haría un esfuerzo, ¿no? Ahí estaba la respuesta que inconscientemente sabía, pero que realmente no quería ver. Cada "En línea" dolía más que el anterior porque su respuesta no iluminaba la pantalla de mi celular. Se estaba convirtiendo en un obsesión entrar al chat con la esperanza de encontrar una respuesta suya, revisar si había visto mi story y después preguntarme una y otra y otra vez "¿Por qué no me respondía?"

"El manto oscuro había tapado los tenues y débiles rayos del sol que habían sido nuestros cómplices, sin embargo, las estrellas se encontraban en su punto más alto en el cielo para reemplazarles

— ¿Qué pasó? – Le pregunté después de haber ingerido mi última porción de comida. Podía sentir mis mejillas tiñéndose y no por el hecho de que él me estaba viendo comer, sino por la forma en la que me veía y la sonrisa que poco a poco comenzaba a grabarse en el rincón más luminoso de mi mente. — ¿Por qué me miras así?

One shots (Multifandom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora