61. Daryl Dixon (2/2)

517 30 4
                                    

Advertencia: No sigue la línea temporal de la serie.



Ninguno podía creer lo que estaba frente a sus ojos, ¿cómo pudo cambiar todo en cuestión de minutos? No había pasado ni siquiera media hora desde que ambos se marcharon en busca de suministros. 

Alexandria estaba sumida en un caos, no había otra manera de describirlo. 

Rick pisó con fuerza el acelerador, dirigiéndose hacia la puerta de la comunidad que ahora estaba infestada de caminantes. Las rejas estaban abiertas de par en par, una camioneta blanca estaba estrellada contra la torre afuera del muro; tal vez el impacto fue el causante de que dicha estructura colapsara sobre el metal que los protegía de extraños y caminantes. 

No habían gritos, ni sonidos de balas, solamente gruñidos y el pánico comenzó a crecer dentro de ambos. ¿Dónde estaba su familia? ¿Qué mierda había pasado? 

Eventualmente Daryl y Rick tuvieron que abrirse paso entre los muertos vivientes cuando la densidad de la horda fue más prominente y los restos de carne putrefacta se colaron al motor a través del cofre del carro. Eran demasiados como para que dos personas se encargasen de ellos, pero la misma adrenalina y angustia sirvieron de motor para que pudiesen escabullirse entre los arbustos y el resto de las casas hasta el lugar donde esperaban encontrar a las personas que amaban. Tratando de ser lo más silenciosos posibles, ya que no habían muchos caminantes al rededor de la casa, abrieron la puerta principal con cuchillos en alto para ser recibidos por un incómodo y perturbador silencio. 

No había sangre, nada.

Entre un intercambio de gestos y señas, se separaron para buscar por todo el primer piso; al mismo tiempo asegurándose que todo estuviese bien cerrado para que ningún muerto pudiese entrar. Daryl fue el primero en escuchar el rechinar del suelo de madera, el sonido provenía de la planta alta y con una mirada se puso de acuerdo con Rick. 

El alma volvió al cuerpo de Rick cuando vio a sus hijos a salvo, sin embargo, el alivio le duró muy poco pues a unos metros se encontraban Carol y Michonne, esta última con un paño ensangrentado sobre uno de sus hombros. 

— Es una herida de bala. – Se apresuró a decir Carol al ver la mirada en el rostro de Rick. El peso sobre los hombros del ojiazul se aligeró un poco. 

— ¿Qué sucedió? – Él necesitaba saber qué sucedió para poder arreglarlo. 

— Unos extraños con una W grabada en la cabeza... – La morena fue la que comenzó a relatar los hechos, pero la mente del arquero estaba en otro lado, más bien en otra persona. 

Él no pasó por alto el otro rastro de sangre en el otro extremo del pasillo, tampoco las huellas que estaban impresas sobre el suelo de madera. Él sabía a quién le pertenecían pues el se había encargado de saber cada aspecto sobre ella con el único propósito de cuidarla y encontrarla en un caso como este. 

— ¿Dónde está? – La voz ronca interrumpió el relato de Michonne quien compartió una mirada con Carol que no le gustó para nada a Daryl. 

— Daryl... – El hecho de que fuese Carol la que hablara revolvió todo en su interior, ella tenía ese maldito tono condescendiente en su voz. 

— ¿Dónde está? ¿Está muerta? – Él no sabría qué hacer si ella lo estaba, maldición, el miedo a no verla nunca más le hizo arrepentirse de todo. Él no podría soportar perderla, no, esa sería el ultimo clavo a su ataúd. 

— Se fue. – Sorpresivamente fue Carl el que tuvo el valor suficiente para hablar. Era sorprendente la firmeza que tenía su voz, a pesar de lo cristalizados de sus ojos, no titubeó. —La bala era para mí, pero ella se interpuso. Nos trajo aquí, ayudó a traer a Michonne a pesar de su propia herida y cuando los caminantes comenzaron a rodear la casa ella... – Se tragó el nudo en la garganta y continuó. — Dijo que tenía que ser ella, los tenía que alejar de la casa porque no íbamos a poder con todos si llegaban a entrar. Un segundo estaba aquí y al siguiente se había ido.

One shots (Multifandom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora