3. Paul Wesley.

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Aviso: En este universo, Paul y Pheobe siguen manteniendo una relación y TVD sigue al aire.

Las personas poco a poco iban abandonando el parque, al mismo tiempo que el cielo era adornado por la luz brillante de las estrellas. Tal vez era una idea bastante mala seguir esperando, puesto que poco a poco la temperatura bajaba y la heladez se volvía hasta cierto punto insoportable.

Probablemente esa era la razón por la que la gente se iba retirando a sus hogares, y solo los locos como yo, se quedaban sentados en las bancas. Sin embargo, no estaba loca. Solamente estaba esperando mi boleto a la felicidad.

Conforme las manecillas del rejón avanzaban, mi ansiedad también lo hacía. Él llevaba más de una hora y media de retraso y seguía sin responder a mis mensajes o llamadas. Los malos pensamientos poco a poco salían a superficie.

¿Fue buena idea darle otra oportunidad?

Sabía que desde el primer momento en el que vi su sonrisa, iba a ser mi perdición. Pensé que nada sucedería porque yo simplemente era una extra en la serie que había sido mi favorita por tanto tiempo, además, él tenía una novia estable. Me equivoqué, me enamoré perdidamente de Paul Wesley.

"¿No piensas venir a la cena? Aún estás a tiempo" Candice preguntó en el mensaje que me había enviado.

Con mis dedos entumecidos a causa del frío, respondí en contra de mi mejor juicio.

"Lo siento, realmente necesito arreglar un asunto. Pero mantenme informada de todo. "

Mi estúpido corazón enamorado aún no perdía la esperanza de que Paul vendría, él lo había prometido.

¿Era egoísta luchar por mi felicidad si en el proceso alguien salía herido?

Incluso si solo había sido un extra durante muy pocos capítulos de la serie, había formado una muy buena amistad con todo el elenco. Y sin planearlo me volví cercana a Paul. Sabía que él tenía novia, sobre todo estaba consciente que su novia era mi amiga, pero no pude evitar desarrollar sentimientos por él. Había decidido callar todos esos sentimientos, mantenerlos bajo llave hasta que desaparecieran porque no quería arruinar las cosas. Entonces, Paul me besó a los cuatro meses de conocernos.

Debí dejar todo, debí ponerle un alto a él y a mí porque lo que hacíamos estaba mal. Pheobe era mi amiga y la habíamos traicionado. Sin embargo, no fui tan fuerte y me dejé llevar por lo que sentía por él; convirtiéndome en la amante de Paul Wesley. Sabía que era estúpido y sucio y probablemente terminaría con un corazón roto, pero desde el momento en que Paul me confesó que se había enamorado de mí, mi corazón dejo de escuchar razones.

La culpa del engaño se volvía cada vez más difícil de sobrellevar conforme el tiempo pasaba; los encuentros a escondidas y los celos al verlo besándose con ella. Estaba traicionando una amistad, estaba haciendo cosas que iban contra mis principios y sobre todo me estaba traicionado a mí misma.

Una noche terminé borracha y confesándole todo a Nina. Al día siguiente ella habló conmigo y afortunadamente no me juzgó, sino que me apoyó y me aconsejó.

"¿Dónde estás?" Volví a textearle a Paul cuando vi el reloj y me di cuenta de que ya había esperado lo suficiente.

No pude evitar que mis ojos picaran por las lágrimas contenidas, me estaba dando cuenta de que había sido una completa estúpida al pensar que Paul estaba diciendo la verdad.

Hace dos días decidí terminar las cosas con Paul; ya no podía soportar todo el engaño y el asco que estaba comenzando a sentir por mí misma. Infinidad de veces le había dicho a Paul que ya no podía con eso, que él tenía que decidir, pero siempre se excusaba diciendo que necesitaba tiempo para terminar con Pheobe y como una imbécil dejaba de insistir. Nina me había dicho que, si de verdad Paul estaba enamorado de mí, debía de dejar de estar con las dos y si él se negaba era porque básicamente yo sólo era un capricho, su juguete.

Traté de terminar mi "relación" con Paul, pero él me sorprendió cuando entre lágrimas me pidió una nueva oportunidad. Diciéndome que todo terminaría, que solamente necesitaba dos días y después lo nuestro ya no sería un secreto. Y acepté porque lo amaba y quería creer que podía tener mi final feliz con él.

Saqué nuevamente mi celular del bolsillo, y con movimientos un poco torpes, marqué su número. Nuevamente su buzón de voz se escuchó por la pequeña bocina del celular.

Mordí mi labio inferior para evitar gritar de la impotencia, al mismo tiempo que cerraba los ojos para evitar que las lágrimas rodasen por mis mejillas. No entendía porque Paul me había citado en el parque donde nos besamos por primera vez, diciéndome que me tenía una sorpresa y después seriamos una pareja oficial, sin tener que escondernos

"¿Ya hablaste con él?" Era un mensaje de Nina, seguramente preocupada por todo.

"No, él nunca se apareció. Creo que debí escucharte, debí escuchar a Candice e ir a esa estúpida cena." Le respondí de vuelta, sintiendo como mi corazón se agrietaba poco a poco.

Me levanté de la banca y con pasos temblorosos comencé a caminar. No quería estar sola en mi departamento, así que iría con Nina; ella no había querido ir a la cena porque ahí estaría Ian y su esposa.

Estaba caminando sin pensar mucho en lo que hacía, hasta que el sonido de mi celular anunciando una llamada, interrumpió mi andar. Sin siquiera ver el identificador de llamadas contesté, pensando que sería Nina para darme apoyo moral. Me volví a equivocar.

— Nina, de verdad estoy bien. Ahorita mismo voy a tu departamento. — Contesté sin siquiera saludar.

— No soy Nina, soy Candice. — La alegre voz de la rubia me corrigió. — No vayas a donde Nina, mejor ven a mi casa ya mismo, de todas maneras, Nina también debe venir hacia acá. ¡Hay una gran noticia!

— ¿Vas a volver a ser mamá? — Bromeé tratando de alejar la tristeza de mi voz.

— No... Bueno, no que yo sepa. — Rio a través de la línea. — Es otra cosa y creo que te alegrará.

— Bueno, dime.

— ¡Paul y Pheobe acaban de anunciar que se casan! — Gritó con emoción y yo solo pude quedarme en shock.

Abrí la boca para respirar porque repentinamente mis pulmones se habían quedo sin aire. Entonces el claxon de un automóvil viniendo hacia mí a toda velocidad, me sacó del shock. Rápidamente regresé a la acera, con el corazón a punto de salirse de mi pecho y no era precisamente por el susto.

Esto tenía que ser una broma, pero la voz de Candice en mi oído era una prueba de que esto era real.

— ¿Estás bien? Dime que vendrás, hoy es una noche especial y...— La interrumpí.

— Debo irme, lo siento. — Y colgué.

No sabía que sentir, parecía como si alguien más hubiese tomado posesión de mi cuerpo y yo simplemente estuviese viendo. Parecía irreal y creo que así sentía cuando tu corazón se rompía; dejabas de sentir cosas incluso si tus ojos no dejaban de derramar lágrimas.

Llamadas de Nina comenzaron a llegar a mi celular, ella ya sabía.

Y después de varios mensajes y llamadas sin repuestas de mi parte, llegó un mensaje de él. Tal vez fue la parte masoquista dentro de mi, pero abrí el mensaje y lo leí.

"Amor, déjame explicarte las cosas. Es mi culpa y te prometo que lo solucionaré. Voy a tu departamento en una hora, espérame ahí. Te amo.

Paul."

No había nada que explicar, no había nada que prometer. Paul estaba equivocado, no era su culpa.

Era mi culpa por haberme enamorado de él, por ser tan ilusa. Fue mi culpa el aceptar ser la otra, no me di mi lugar y tener el corazón roto era la consecuencia.

Traicioné y engañé a una amiga y al final, el hombre que mana había hecho lo mismo conmigo.

Qué irónico.

One shots (Multifandom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora