28. Noah Centineo (2/3)

1.1K 64 6
                                    


—¿Qué? No, no, no, espera, no, woah, ¿te vas? No, no. — Eran muy pocas las veces que había visto a Noah confundido, nunca me había gustado ver esa angustia reflejada en sus ojos y esto era mil veces peor. Podía mentirle, podía decirle un sin fin de excusas, pero tenía que hacer esto por nosotros.

—Te amo, ¿sabes? Cada vez que te veo siento cómo algo florece dentro de mi alma, siento la calidez de tu sonrisa en cada centímetro de piel, nunca he sentido algo similar por alguien más, eres solamente tú, Noah. Tú me haces sentir viva. — Ignoré la manera en la que sus ojos comenzaron a cristalizarse, la manera en la que mis mejillas ya estaban siendo manchadas por mis propias lágrimas. Me centré en la profundidad de su mirada. — Sin embargo, no puedo evitar sentir que soy poca cosa para ti, que no merezco a alguien como tú porque... mírate y mírame a mí. ¿Crees que no sé qué es lo que las pocas personas piensan cuando nos llegan a ver juntos? ¿Cómo alguien como tú pudo fijarse en alguien tan poca cosa como yo? Y, y, me siento egoísta y me duele saber que ellos tienen razón, yo sé que no te merezco y que...

— Te estoy mirando. — Me interrumpió, sus manos sujetando ambos lados de mi rostro ocasionando que alzara un poco mi cabeza para poder conectar nuestras miradas. Extrañaría esto, ponerme de puntitas y prácticamente mirar hacia arriba para poder ver su rostro. — Te he mirado desde el día que nos conocimos, te miro ¿y sabes qué veo? Veo a la chica que amo, a la mujer más hermosa que pude haber conocido. Eres la persona con el corazón más grande que he conocido, eres honesta, graciosa y das todo de ti para ayudar a los demás. —Relamió sus labios antes de continuar. — Y eso es solo lo que hay en tu interior. ¿Sabes que es lo que veo cada vez que te observo? Veo esos ojos cafés brillando como si fuesen dos diamantes, cada vez que me miras mi aliento se queda atorado en mis pulmones porque una sola mirada de tus ojos basta para dejarme como un tonto enamorado. Amo cada centímetro de tu piel, amo la manera en la que tu cuerpo se amolda perfectamente a mis brazos, la manera en la que encajamos como si fuésemos dos engranes que fueron hechos para estar juntos. Amo esa sonrisa que hace que todo esté bien, esa curva en tus labios que acelera mi corazón, demonios, haría cualquier cosa por aquella sonrisa en tus labios. Te miro, me miro y no puedo evitar pensar en cómo es que estamos juntos, cada segundo que paso a tu lado tengo miedo de que te vayas de mi vida, que un día decidas que mi vida es demasiado complicada para ti, que mereces algo mejor. Eres hermosa, bebé y te amo con cada parte de mi ser.

— Te vi con ella Noah. — Fue lo que respondí, me quería patear el culo por ser así, pero las inseguridades disfrazadas de voces venenosas eran más fuertes y lograron opacar el impacto de las palabras de Noah. — Fue muy diferente a las demás veces. — Abrió su boca para replicar, pero me adelanté. — Vi la manera en la que la veías, casi de la misma manera en la que solías verme. Ella te miraba como si fueses suyo, te sujetaba como si fueras de ella y tú no te quedabas atrás. No soy estúpida, Noah sé lo que vi.

Algo parecido a la culpa brilló en sus ojos avellana, pero rápidamente se desvaneció para darle paso a otro sentimiento que me fue imposible de identificar.

— Sé que no eres estúpida, lo sé. —Suspiró al darse cuenta de lo temblorosa que su voz se había convertido. — Admito que fue estúpido de mi parte no decirte nada sobre ella, sobre el evento. Lo sé, pero ese fue el único error que cometí. Justo ahí, en esa maldita alfombra, deseaba que fueras tú la que estuviese ahí conmigo, poderle presumir al mundo a la mujer que amo, a una de las personas más importantes de vida. Fantaseé con la idea porque eso era lo que más quería en ese momento, sin embargo, al instante me sentí culpable por desear algo que tú odias, me sentí horriblemente mal porque no sé qué más hacer para que seas honesta conmigo, no eres la única que se detiene a observar. Te veo y sé que algo está mal, pero nunca me dejas ver más allá y tengo miedo de decirlo en voz alta porque sé que te puedo perder y me aterra. — Un involuntario sollozo se escapó de mi garganta cuando vi la primera lágrima de Noah ceder. — Me sentí culpable porque sé que de alguna manera soy culpable de que estés así, que te sientas insegura acerca de nosotros, de ti. Mierda, nunca debí llevar a nadie, ni siquiera cuando fuiste tú la de la idea y me siento como un idiota por darme cuenta de eso hasta ahora, viéndote así, con tus alas rotas.

Me aventé a su cuerpo, rodeando su cuello con mis brazos. Noah envolvió mi cuerpo con sus largos brazos, aferrándome a su cuerpo al mismo tiempo que mis pies momentáneamente dejaban de tocar el suelo. Escondí mi rostro en su cuello, llorando como nunca antes lo había hecho. Sentir el latido acelerado de su corazón contra mi pecho me hizo sentir segura, en casa. Toda inseguridad desapareció cuando me vi envuelta en la calidez de su cuerpo. Las voces maliciosas se callaron al sentir su respiración contra mi cuello. Noah era mi lugar seguro, era mi hogar.

Ahí abrazados en medio de la sala, ambos llorando por lo que sabíamos que pasaría, fue suficiente para que la valentía que no sabía que tenía dentro de mí, me diese una paz que hace mucho no sentía.

— Te amo, Noah Centineo. —Susurré en su oído. Él me aferró aún más a su cuerpo. — De verdad lo hago, pero tengo que irme. No puedo seguir haciéndote esto.

— Lo sé, pero no lo hagas por mí. Hazlo por ti, bebé.

— Lo hago por los dos. No eres el único que se ha tardado en darse cuenta de que está lastimando al otro, incluso si no es esa la intención. Ahora sé que te hecho daño, nos he hecho daño a ambos porque no he sido lo suficientemente valiente para afrontar mis propias inseguridades. — Hice el vano intento de tragar el inmenso nudo en mi garganta, pero las siguientes palabras solo rompieron mi voz. — Tengo que aprender a amarme a mí misma para poder seguir amándote. Apenas me di cuenta de que estaba siendo ingenua al pensar que puedo amar libremente a alguien cuando siento esto por mí misma, cuando odio cada parte de mi ser porque mi estúpido cerebro no puede entender que alguien más me pueda amar de la manera en la que tú lo haces cuando yo no puedo hacerlo, cuando cada vez que me veo al espejo siendo repulsión por mí. Nunca olvides que, a pesar de todos mis problemas, hice lo mejor que pude para amarte, te amo y es por eso que no puedo seguir con esto, así como tampoco te puedo pedir que me esperes porque no sé cuánto tiempo me va a tomar.

— Voy a esperar el tiempo que sea necesario. — Prometió lo cual rompió aún más mi corazón pues era verdad que me dolería verlo ser feliz con alguien más, pero sería peor saber que le estoy arrebatando la oportunidad de ser feliz por el simple hecho de que no puedo prometer un "felices para siempre" porque existía la opción de que nunca superase las voces en mi mente.

— Lo sé, pero no quiero que lo hagas. —Cada palabra tenía ese sabor amargo del dolor. — Puede que nunca me encuentre a mí misma, que nunca me amé. Solo... solo prométeme que vas a intentar enamorarte otra vez, y si sucede, que vas a recordar lo que tuvimos durante estos años como un bonito recuerdo.

Un pequeño "te lo prometo" salió de sus labios, en el fondo de mi mente sabía que simplemente lo había dicho para complacerme porque así era Noah. Mis labios rozaron por última vez la suave piel de su cuello cuando le planté el último beso y me alejé de su cuerpo, rompiendo cualquier contacto entre nosotros al mismo tiempo que sentía como una parte de mi corazón era arrancada para quedarse con él. Me alejé de él con la cabeza agachada porque me sería imposible alejarme de él si volvía a ver aquellos ojos avellana cristalizados.

Tomé mis maletas y justo antes de salir por la puerta escuché su voz.

— Quiero que recuerdes que, a pesar de todo, nunca nadie me amó de la manera en la que tú lo hiciste. — La firmeza en sus palabras fue como un rayo directo al corazón. — y nadie me amará como tú.

Sus palabras eran totalmente diferentes al "Nadie te amará como yo", dejaban ver una vulnerabilidad que nunca había visto en Noah. Entonces supe que todo estaría bien, incluso si el destino decidía que estar lejos era lo mejor para los dos.

................

¿Les está gustando?

One shots (Multifandom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora